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Declaración Oficial de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana en Cuba a propósito del tema de la diversidad sexual a identidad de género en Cuba.

Ante la declaración emitida el 28 de junio de 2018 por La Iglesia Evangélica Pentecostal, Asamblea de Dios, La convención Bautista Occidental y Oriental, La Liga Evangélica de Cuba y La Iglesia Metodista de Cuba; La Iglesia de la Comunidad Metropolitana en Cuba (ICM en Cuba) expone su posicionamiento.

Para analizar el posicionamiento público (también político) de algunas Iglesias protestantes ante la diversidad sexual en Cuba, comenzaremos en el año 2008, cuando, a partir de la realización de la Jornada cubana contra la homofobia y la transfobia, de la proyección en la televisión cubana, por esa misma fecha y como parte de esa actividad, de la película estadounidense Brokeback Mountain, de la propuesta de la resolución 126 del Ministerio de Salud Pública que pretende “disciplinar todos los procedimientos que impliquen la atención integral a personas transexuales” y la propuesta de trasformación del Código de Familia para la inclusión de la unión de personas homosexuales con igualdad de derechos; la Iglesia de Dios del Evangelio Completo, La Convención Bautista de Cuba Oriental, la Convención Bautista de Cuba Occidental y la Junta Consultiva de la Iglesia Metodista en Cuba; emitieron declaraciones dirigidas a los organismos del gobierno y al pueblo de Cuba, expresando su inconformidad con el tratamiento de las demandas de las personas LGBTI como un asunto de interés social y estatal, de orden público.

Ahora dos nuevas denominaciones, la Iglesia Evangélica Pentecostal y la Asamblea de Dios, se han unido a la Iglesia Metodista de Cuba y a las Convenciones Bautistas Occidental y Oriental, en un documento único. Esta acción denota cierta organización en las agendas de lo que llamamos
fundamentalismo cristiano, donde algunos de sus basamentos son la infalibilidad de la Biblia y su historicidad, el literalismo bíblico, la bibliolatría, el rechazo a los aportes científicos, la independencia de la Iglesia y el Estado, etc. Todo esto hace, entre otras cosas, que se promueva el odio y las exclusiones, mediante burdos mecanismos de control social, a través de la “voz de Dios”.

Las denominadas iglesias fundamentalistas ejercen un rechazo a las personas LGTBI basado en versiones, comentarios, y diccionarios bíblicos, que proclaman que la Biblia prohíbe y condena las relaciones homoeróticas. Las personas “no transformadas, degeneradas o no regeneradas”, las LGTBQ, deben dedicarse a la ardua oración, fingir su orientación sexual u identidad de género, entregarse a Cristo para recibir la “transformación y la regeneración”, someterse a cultos de sanación y a terapias de conversión, dar testimonio público de su arrepentimiento y “nueva vida en Cristo”. Se nvuelven esas exigencias en un halo del amor y la Gracia de Dios, como si no fueran una agresión a la integridad espiritual y psicológica de seres humanos concretos; cuyo único fin es el de mantener el status quo de privilegios patriarcales y machistas. Según la Rev. Mona West, de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, en su artículo La Biblia y la homosexualidad:

Cuando se manejen asuntos de interpretación bíblica, es necesario tener en mente el papel de la autoridad de la Biblia en materia de fe y de práctica. Si bien la Biblia es un importante testigo de la relación entre Dios y la humanidad, no es la máxima revelación de Dios, porque Cristo Jesús, el Verbo hecho carne, sí lo es. Debemos cuidarnos de hacer de la Bíblia un ídolo. Una forma de cuidarnos de la bibliolatría es percatarnos de que si bien la Biblia debe estar en el centro de la fe, también debe estar en diálogo con la tradición, experiencia y razón. Estas cuatro fuentes de fe se conocen como el cuadrilátero de Wesley, por el apellido de John Wesley, de quien se originaron, y fundador de la herencia Metodista (…)

En Génesis, 1 y 2 se promueve la procreación ante la necesidad de mantener la especie y esto ha sido el paradigma de lo que se considera “natural”, pautando un modelo de sexualidad entre hombre y mujer. Siguiendo esta lógica es inaceptable el sexo solo por placer; sino solamente con el fin de
la procreación, por lo que toda relación sexual que no tenga este fin es incoherente. A este método de acercarse a las escrituras extrayendo solamente lo que conviene para presentarlo como ley de Dios, se le denomina literalismo selectivo, y ha resultado un mecanismo efectivo para validar y mantener los privilegios de unos seres humanos sobre otros.

El uso de Génesis 1, 27 y 28 no sostiene un posicionamiento en contra de matrimonio igualitario, pues el mandato de Dios es unirse para tener descendencia y en ningún momento se habla de matrimonio, a menos que se sostenga que el matrimonio es solo un encuentro copulativo para no extinguir la especie. En caso de que lo último sea el posicionamiento, sería entendible que dentro de la institución del matrimonio encontremos violencia, abuso, abandono, incomprensiones. Por otro lado, el comportamiento incestuoso de las hijas de Lot (con su padre) para garantizar la procreación, sería un paradigama ético importante en nuestros días.

Si la tesis es mantener la especie humana desde el matrimonio, muchas parejas del mismo sexo manifiestan su deseo de tener descendencia y exigen se les garantice el acceso a los avances tecnológicos como una de las opciones para lograrlo y que se les reconozca sus vínculos eróticos-afectivos ante la ley. La Biblia no puede ser tomada como código de ética y conducta, puesto que en ella encontramos muchos pasajes de violencia y discriminación, incluso contradictorios. Los pasajes bíblicos fueron escritos desde diferentes tradiciones, no es uniforme. Es una biblioteca de libros escrita para recoger la experiencia de fe del pueblo de Dios con su divinidad, en un período de 1000 años aproximadamente. Es importante destacar también que en cuanto a la vida familiar y sexual, en otros textos de la Biblia se presentan variedades de comportamientos, poligamia, celibato, las relaciones sexuales por placer, matrimonios sin descendencia, solteros, solteras, hijos concebidos fuera del matrimonio, incesto, violaciones…

Existen autores que se pudieran consultar para tratar este texto desde un análisis exegético-hermeneútico liberador, como Renato Ling, Tom Hank, Justin R. Cannon, Virginia Ramey Mollenkott, Seow Choon- Leong, Mona West, entre otros. Aquí nos hemos acercado simplemente al texto, de la misma manera en que fue utilizado para rebatir el matrimonio igualitario.

La iglesias más abiertas han acogido en sus comunidades personas gay, lesbianas y bisexuales, aunque todavía manteniendo las premisas teológicas que hasta ahora han sustentado la exclusión a las personas LGTBI. En muchas de estas congregaciones se ha predicado sobre el tema en términos de discernimiento, en estudios bíblicos se han analizado los textos que condenan la homosexualidad desde una perspectiva no condenatoria, las personas con diferente orientación sexual forman parte del Cuerpo de Cristo, pues son bautizadas, tienen cargos directivos dentro de las comunidades de fe, incluso han tenido acceso al Ministerio ordenado. Con estos pasos muchas veces se piensa que ya se ha resuelto la situación y se pueden autodenominar una comunidad inclusiva, pero no es suficiente.

La cuestión radica en el dualismo que se establece entre vida pública y vida privada de las personas con diferente orientación sexual. Se pretende reducir la sexualidad a lo que acontece en el dormitorio, condenando sus expresiones en el espacio el público, sin embargo, es en este lugar donde se establecen y norman las comprensiones que se hacen de la sexualidad. Con esta distinción se pretende evitar controversias entre los feligreses, considerándose este tema como uno de los que podría crear divisiones dentro de la comunidad de fe. Este pretexto, la carga peyorativa que se le ha dado tradicionalmente a los asuntos relacionados con la sexualidad, el desconocimiento en materia de sexualidad y las teologías que abordan de manera positiva el asunto, las estructuras heteronormativas y patriarcales desde donde se establece la cultura, pueden citarse como algunas de las causas por las cuales estas iglesias más abiertas no están siendo explícitamente inclusivas con la diversidad sexual y de género. Importante destacar que las personas trans no tienen acceso a la iglesia, a menos que nieguen su identidad de género.

Las Iglesia de la Comunidad Metropolitana en Cuba siguiendo el ejemplo de Jesús y con el poder del Espíritu, quiere ser una comunidad transformadora que exige, proclama y hace justicia en el mundo, desarrollando estrategias de acciones que promuevan el respeto, la igualdad, el amor y la dignidad del ser humano y en especial la de las personas más vulnerables, considerando que la diversidad en cuanto a género, razas, credos, religión, cultura, orientación sexual e identidad de género y la libertad de expresarla es un don divino y un derecho humano fundamental.

Asimismo practicamos un Ministerio radicalmente inclusivo entendido como la inclusión de las personas LGTBIQ, a través del bautismo como parte del Cuerpo de Cristo, la comunidad cristiana y el liderazgo, sin prejuicio alguno. Legitimar la vida de las personas LGBTIQ, sus valores, sus historias de vida y su problemáticas. Validar el principio de igualdad que tienen todos los seres humanos como parte de la sociedad. Acoger a las familias homoparentales y otras asociaciones que están teniendo las personas con diferente orientación sexual e identidad de género. Respetar el derecho a la libertad sexual y el disfrute de la afectividad y el amor.

Acceder al Ministerio Pastoral y a otros ministerios, incluso las personas transgéneros. Experimentar sexualidad/espiritualidad de manera positiva e inseparable. Recibir la bendición de amor, sin cuestionar la orientación sexual o la identidad de género. Tratar los textos de terror (textos bíblicos usados para condenar a las personas LGTBIQ) sin prejuicios dominantes y apoyados por métodos exegéticos y la crítica textual.

Encontrar en las Escrituras las historias de vida, sexualidad y espiritualidad de todas las personas, incluyendo las personas LGTBIQ. Propiciar una comunidad segura, sin que las personas LGBTIQ tengan que despojarse de su sexualidad o identidad. Reconocer todas las experiencias, con Dios, con la Biblia, con la iglesia, con la sexualidad y el cuerpo, como una fuente de revelación y con ellas la orientación hacia lo Divino.

Pedimos a algunas iglesias, a centros ecuménicos y de inspiración cristianas, a los movimientos que comparten una visión y ética humanista y emancipadora, que se posicionen, profeticen, testifiquen, validen el Evangelio Liberador de Jesucristo: Fraternidad de Iglesias Bautistas de Cuba, a la Iglesia Episcopal (Anglicana), Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba, Iglesia de los Amigos (Cuáqueros), al Consejo de Iglesias de Cuba, al Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo, a la Conferencia Cristiana por la Paz, Centro Memorial Dr. Martin Luther King, Movimiento Estudiantil Cristiano y al Centro Oscar Arnulfo Romero.

Nuestro país está viviendo momentos coyunturales importantes, estamos realizando revoluciones, dentro de la Revolución. Es hora de dejar atrás el miedo y ser consecuentes y coherentes con el Evangelio liberador de Jesucristo. No podemos dejar de atender las necesidades y reclamos de la ersonas con identidades no-heteronormativas, los ciegos, leprosos, mujeres, esclavos, los excluidos y excluidas de nuestros tiempos.

Queremos dialogar con las iglesias signatarias de la carta que ha suscitado nuestro comunicado, y con las instituciones que promueven el ecumenismo en el país. Necesitamos tener un diálogo de paz, donde se incluya a quienes estamos directamente afectados y afectadas. Aspiramos a que hablen con las personas LGBTIQ y no sobre las personas LGBTIQ, a que no se nos excluya de sus diálogos, que se convierten en monólogos cuando no estamos representados y representadas. Invitamos a que se escuchen nuestras historias de vida, que se escuchen nuestras posturas. Existimos y no dejaremos de hacerlo, siempre hemos estado y siempre estaremos con la Gracia de nuestro maestro Jesucristo.

A nuestros hermanas, hermanos con identidades sexuales y de género no heteronormativas, gays, lesbianas, bisexuales, transgéneros, transexuales, queer, a las personas heterosexuales que defienden estas causas, a las familias diversas, a quienes han perdido la fe por causa de teologías medievales, queremos decirles: ¡Dios existe y les ama! Es poliamoroso y radicalmente inclusivo. Se complace cuando hacemos el amor y no la guerra Su Gracia es para todos y todas tal cual somos. A pesar de que la Biblia ha sufrido violencia en sus diferentes traducciones e interpretaciones a lo largo de la historia y que haya sido escrita en un contexto patriarcal, el mensaje del amor incondicional de Cristo es nuestra fuente de Salvación divina.

La Iglesia de la Comunidad Metropolitana en Cuba seguirá acompañando La Jornada cubana contra la homofobia y la transfobia convocada por el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), y toda política pública dirigida a las emancipaciones del ser humano. Seguirá del lado de la comunidad LGTBIQ. Seguirá convocando al diálogo y celebrando la mesa abierta de Cristo paratodas y todos.

 

La misericordia y la verdad sehan encontrado,la justicia y la paz se han besado.
La verdad brota de la tierra, y la justicia mira desde los cielos.
Ciertamente el Señor dará lo que es bueno, y la tierra dará su fruto.
La justicia irá delante de Él y pondrá por caminos sus pasos.
(Salmo 85, 10-1)

La Biblia de las Américas

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