Cuba se conecta con la energía maya

Medios masivos de comunicación, en especial Internet, divulgan la idea «falsa» de que el calendario maya marca el fin del mundo el 21 de este mes.

Jorge Luis Baños - IPS

La ceremonia maya se celebró por vez primera en Cuba

LA HABANA, dic (IPS) – El «fuego sagrado» maya se avivó con ofrendas de cubanos que asisten a ceremonias y encuentros con tres líderes de esa cultura originaria de América Central, que visitan este país para aclarar ideas erróneas y compartir la cosmovisión y desafíos de su pueblo.

«Siempre he tenido fe en la cultura maya», confesó a IPS la arqueóloga Yamilé del Carmen Luguera, quien participó para «captar esa energía», junto a su bebé de cinco meses, del rito celebrado el jueves 6 en la playa habanera de Bacuranao. «Pronto comienza una nueva era. No es el fin del mundo», apuntó la también activista ecológica.

Medios masivos de comunicación, en especial Internet, divulgan la idea «falsa» de que el calendario maya marca el fin del mundo el 21 de este mes, lamentaron Rosalina Tuyuc, María Faviana Cochoy y Pedro Celestino Yac Noj, líderes espirituales mayas de Guatemala que llegaron a Cuba el 28 de noviembre y permanecerán hasta este domingo 9.

«El tiempo que esperamos no es de muerte», especificó Tuyuc, quien junto a sus colegas explicó que ese día se cerrará un ciclo de 5.200 años. «Termina una era y comienza otra», abundó Juan León Alvarado, embajador de Guatemala en la isla caribeña y promotor de este intercambio junto a la fundación cultural Casa de las Américas.

Diferentes voces indígenas publican libros y realizan este año viajes, encuentros, discursos y declaraciones para «seguir aclarando que el calendario maya no indica la destrucción de la vida», defendió Alvarado.

Este almanaque tiene 13 meses de 20 días cada uno y se califica de «sagrado» porque comprende el tiempo de gestación de un ser humano.

El 21 de este mes acontecerá «una renovación del tiempo» y el inicio de una nueva era, el llamado 13 B’aktun o Oxlajuj B’aktun B’aktun, también denominada del «Sol Dorado» o la «Luz», indica el folleto del recorrido. Por ello, «es necesario renovar nuestra relación con la Madre Tierra», expresó en el texto Jaime Gómez Triana, investigador de Casa de las Américas.

El 13 B’aktun comenzó el 11 de agosto del año 3.114 antes de Cristo y, tras una llamada «cuenta larga», concluirá el 21 de este mes, para allí volver a cero y dar comienzo a un nuevo ciclo de otra igual cantidad de días, detallan los historiadores.

Gómez Triana valoró que «resulta imprescindible atender al saber acumulado por los pueblos indígenas, conscientes de la necesidad de una vida en armonía con el medio ambiente».

Alvarado indicó que, con el objetivo de compartir su visión de respeto y cuidado del medio ambiente, «los tatas y las nanas (nombre respectivo de los hombres y mujeres guías espirituales) van adonde los inviten». Así, viajarán luego a México y Colombia para reflexionar sobre la destrucción de la naturaleza y el cambio climático, informó el diplomático guatemalteco.

Por eso, proponen la filosofía de «buena vida» o «buen vivir», que también comparten otros pueblos originarios de América del Sur, en su recorrido por universidades, museos, instituciones y organizaciones de la sociedad civil en La Habana, Matanzas, Mayabeque y Artemisa, tres provincias colindantes con la capital cubana.

Esta manera de concebir la existencia humana plantea «una vida a plenitud y sostenible» y «de más protección del ambiente», según el grupo de sabios mayas, que se definieron como «personas que les tocó nacer en ese pueblo, vivir una etapa muy dura para su gente, y no como especialistas o estudiosos de la cultura maya».

Las poblaciones mayas contemporáneas descienden de una fuerte civilización que ocupó, 3.000 años antes de la llegada de los españoles a América en 1492, gran parte de los territorios actuales de Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y el sur de México, una vasta zona llamada Mesoamérica.

Crearon diversos estilos arquitectónicos, un calendario y escritura propia, un alto potencial científico y cientos de dialectos que originaron alrededor de 44 lenguas, algunas de las cuales son habladas todavía hoy por sus descendientes, que resistieron la masacre de la conquista española y siglos de imposición del catolicismo y la cultura occidental.

«Todos los días vemos la desestimación de la cultura maya. Nuestros pueblos están invadidos desde todos los puntos de vista: económico, religioso, económico, entre otros», expresó Cochoy en conferencia de prensa. Sus comunidades, sobre todo campesinas, están amenazadas por la emigración hacia las ciudades y el poco acceso a la tierra, entre otros factores.

No obstante, reveló que, en Guatemala, los asentamientos mayas cuentan con más guías espirituales que en etapas recientes, cuya misión radica, además, en «observar el calendario y el movimiento de los astros», «dirigir las ceremonias» y «estudiar y proponer soluciones a los problemas entre las familias, comunidades y sociedades».

«No somos religiosos», sostuvo Cochoy ante la consulta de IPS. El rito, oficiado con la asistencia de más de un centenar de personas, representa una vía para «conectarnos, relacionarnos y armonizarnos con todos los elementos de la naturaleza, la tierra, la luna, las estrellas… con el universo completo y todos los seres vivos», amplió.

«En Cuba, la gente ha leído mucho y tiene conocimiento sobre nosotros, pero nunca había tenido una conexión con un fuego (sagrado)», uno de los últimos que comparten antes del cambio de era, reveló, mientras hombres y mujeres se le acercaban para agradecerle, hacerle preguntas y regalarle collares, documentos y plantas medicinales.

El «fuego sagrado» surgió de una pira que los tres sabios construyeron a la orilla de la playa, compuesta por las ofrendas naturales que llevaron las y los participantes como frutas, maderas, semillas, tabaco, velas y maíz. Con antelación, Cochoy, Tuyuc y Yac Noj invitaron a la población cubana a ofrecer «cualquier regalo de esta tierra».

Algunas personas asistieron a la ceremonia en busca de «espiritualidad», como la jubilada María Ortega.

«Todas las culturas originarias nos enseñan a armonizar con la naturaleza», dijo a IPS la religiosa yoruba, culto afrocubano. «Hacer el bien es lo que vale», sentenció la mujer con 70 años.

(FIN/2012)

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