Desnudo, homoerotismo y masturbación en expo de joven fotógrafa cubana

Hijos de Onán reúne 20 obras de Yanahara Mauri, expuestas al público hasta el 30 de abril.

Las galerías privadas devienen espacios para confrontar propuestas artísticas no siempre aceptadas por las instituciones oficiales.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

La Habana, 23 abr.- Imágenes y símbolos sobre el erotismo y la autosatisfacción distinguen la exposición fotográfica Hijos de Onán, que propone una reflexión conceptual sobre el aún velado tema de las sexualidades y prácticas no heteronormativas.

La muestra personal de la joven artista Yanahara Mauri Villareal (La Habana, 1984) fue inaugurada el 20 de abril en DNasco Estudio, una galería privada sita en el capitalino municipio de Centro Habana.

Una veintena de obras fotográficas sobre lienzo, papel fotográfico y vinilo sobre PVC, producidas gracias al apoyo de la Embajada de Noruega a proyectos culturales locales, ponen a un lado patrones y estereotipos machistas y androcéntricos para mostrar prácticas relacionadas con el deseo, el homoerotismo y la autosatisfacción.

La joven fotógrafa Yanahara Mauri es graduada de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana y ha participado en exposiciones colectivas dentro y fuera de Cuba.

“Para la tradición religiosa la “semilla” o semen no debe ser derramada en vano, el pecado de Onán (personaje bíblico) fue el coito interrumpido o el onanismo (masturbación) para impedir la fecundación que es ley divina”, explicó Mauri a la Redacción IPS Cuba durante la inauguración de la muestra.

Recordó que esas prácticas para evitar la procreación son valoradas aún por diferentes credos como formas innaturales de sexualidad.

A diferencia de la heterosexualidad, las otras orientaciones se han catalogado como enfermedad, patología, trastorno, perversión o aberración que deben ser curadas o tratadas. Por ello, reflexionó, la serie adopta el título Hijos de Onán, “porque Onán simboliza el pecado, el hereje, la contracepción, lo marginado”.

Afirmó que en esta serie, la tercera que realiza después de Los espasmos de Venus (2011) y Puertas abiertas (2015), continúa el esbozo de la búsqueda interior desde el género, la identidad, el performance corporal y el ser sociosexual.

“Enfatizo en la pluralidad del ser, las orientaciones sexuales, el desnudo, lo erótico, el placer, la máscara, hurgo en ese “otro yo”, y abordo la muerte como zona”, indicó.

Según la artista, este ensayo fotográfico oscila entre la ficción y lo real, se convierte en metáfora, para ofrecer un panorama plagado de intérpretes que encarnan una zona del ser muchas veces prohibida y oculta.

“Aíslo y disuelvo ese constructo jerárquico sexo-género-sexualidad preestablecido e impuesto por la heteronorma del poder, ligado a los conceptos de Hombre o Mujer, para ofrecer otras miradas desviadas de sus lógicas”, resumió.

En otra parte de su diálogo, Mauri remarcó la importancia de las galerías privadas, “como espacios alternativos donde encuentra cabida aquellas temáticas y obras que resultan conflictivas para muchas instituciones estatales”.

Señaló asimismo que aun cuando las galerías y espacios institucionales tengan interés en mostrar las obras, “muchas veces debes esperar hasta dos años para exponer ante la gran cantidad de artistas existentes y la poca disponibilidad de espacios y tiempo para mantener allí las creaciones”.

Además, opinó, aunque se ha avanzado en el respeto de las diversidades sexuales, “sigue levantando resquemores y miedos en espacios que no se arriesgan a presentar una tema de este tipo”.

En igual sintonía opinó Yusimí Rodríguez, una de las espectadoras que se reconoce como seguidora del trabajo de Mauri “por la exploración que hace de la diversidad sexual y de la identidad de género, además del componente erótico”.

“Me parece maravilloso que contemos con galerías de arte alternativas, más allá de la institucionalidad donde a veces se mezclan suspicacias políticas y convenciones de directivos, donde existen rezagos u opiniones retrógradas sobre muchos aspectos y no existe el suficiente espacio y libertad para la expresión y la creación artística”, subrayó.

Para Ernesto Morejón, otro de los asistentes a la inauguración, “la exposición resulta interesante debido al manejo de códigos de manera muy conceptual que se alejan de los clichés, así como el uso de títulos sugestivos que ofrecen lecturas diversas sobre el amplio espectro de la sexualidad humana”.

Yanahara Mauri es graduada de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana. Ha participado en exposiciones colectivas dentro y fuera de Cuba.

En 2010 obtuvo premios en la Bienal de Fotografía de La Habana y en el I Festival de Fotografía de Pequeño Formato. Su obra se incluye en publicaciones cubanas y extranjeras. (2017)

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