La Habana, 19 ene.- Las cuatro muertes provocadas por el derrumbe de un edificio en el municipio capitalino de Centro Habana, sito entre las intersecciones de las calles de Infanta y Salud, reactiva la alarma entre las autoridades y la población sobre las consecuencias del deteriorado constructivo de la principal ciudad de la isla caribeña.

En el hecho, sucedido el martes 17 en la noche y reportado por la televisión local en su edición estelar del 18 de enero, fallecieron Yexnis Rachel Labrada Mesa, Sheila Mejías Muñoz, Daniela Fleites Marchante y Jorge Osvaldo Gómez González.

Además, otras cinco personas fueron lesionadas. En la actualidad, cuatro de ellas están hospitalizadas y “evolucionan de manera estable”, especificó la nota oficial, leída por la conductora televisiva, Agnes Becerra.

Vecinos de la zona brindaron su apoyo al rescate de quienes quedaron atrapados entre los escombros, realizado hasta la mañana del miércoles 18 por las fuerzas especializadas del Cuerpo de Bomberos, la Policía Nacional Revolucionaria y los servicios médicos de urgencia. Asimismo, acudieron al lugar las autoridades de la provincia, especificó el texto.

Entre urgencias

A finales del pasado año, la presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular (gobierno local) en La Habana, Marta Hernández Romero, identificó la situación crítica de muchos inmuebles entre las prioridades de desarrollo previstas en la planificación presupuestaria territorial para el 2012.

La capital cubana figuraba como la urbe con mayores problemas del país en este sentido, provocados por la acumulación el deterioro acumulado durante décadas y acentuados por la crisis económica iniciada en los años 90 del pasado siglo XX. En 2008, contaba con más de 6.000 ciudadelas-edificios y casas antiguas subdivididas o “cuarterías”, y 46 asentamientos precarios donde habitan unas 18.000 personas en más de 6.200 viviendas.

Especialistas y autoridades esperan que las cifras sobre el estado técnico habitacional de Cuba sean actualizadas con la realización este año del Censo de Población y Viviendas. Según los resultados de la última pesquisa nacional de este tipo en el 2002, la población de la isla vivía repartida en 3.534.327 unidades de alojamiento, de las cuales 99,8 por ciento eran inmuebles particulares construidos especialmente para ese fin.

Por esfuerzo propio

Entre las acciones del gobierno para enfrentar el problema figura la flexibilización en el 2010 de los procedimientos para obtener una licencia de construcción por esfuerzo propio para obras nuevas, ampliaciones, remodelaciones, rehabilitación y divisiones. Asimismo, desde enero del 2011, se permitió y amplió la venta liberada en moneda nacional de materiales de construcción en todo el país.

Asimismo, como parte de la actualización del modelo económico cubano que encauza el gobierno de Raúl Castro, las autoridades aspiran para el 2015 a que el 70 por ciento de las actividades productivas del área de la vivienda sean realizadas por el sector no estatal.

El 2012 comenzó con la puesta en vigor de la posibilidad, el 16 de enero, de solicitar por parte de personas con poca solvencia económica subsidios para comprar materiales o pagar mano de obra en acciones constructivas o de mejora por cuenta propia.

Ese mismo día, se presentaron en todo el país 4.900 solicitudes de ayuda, sin contar las provincias de Mayabeque, Matanzas, Cienfuegos, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo, informó el diario oficial Juventud Rebelde. Las autoridades aprobaron ya 1.340 de estos pedidos.

Las medidas, sin embargo, no dan una respuesta aún a las necesidades de los edificios multifamiliares que abundan en algunos de los municipios más densamente poblados de la ciudad, como Centro Habana, Habana Vieja o 10 de octubre, que muestran serios problemas de deterioro e, incluso, escasas condiciones de habitabilidad. (2012)