El cielo se va a caer
Entrevista con Alejandro Montesinos, director de la Editorial CUBASOLAR y de la revista «Energía y tú».
El cielo se va a caer y el Rey lo debe saber… Sólo que hasta hoy los reyes se han negado a escuchar las advertencias lanzadas por especialistas y otras voces autorizadas que, a nivel mundial, exponen los peligros asociados al uso de los combustibles fósiles y nucleares como fuentes de energía.
Al parecer, ni siquiera el desastre natural ocurrido en Japón que ocasionó graves daños de consecuencias insospechadas a la planta nuclear de Fukushima, será suficiente para poner sobre la mesa la impostergable necesidad de transformar el actual sistema energético mundial.
De acuerdo con el Master Alejandro Montesinos Larrosa, Director de la Editorial CUBASOLAR, no existe la voluntad política de utilizar los recursos financieros, tecnológicos y humanos necesarios para revertir ese sistema, a pesar de que la Humanidad dispone de los conocimientos científicos y la capacidad monetaria para satisfacer las necesidades energéticas de todos los países sin excepción.
La afirmación coincide con el criterio de un grupo de científicos de la Universidad de Standford (EE.UU.), para los cuales el mundo podría abandonar el uso del petróleo y del carbón para 2030 o 2050 y abastecerse prácticamente con lo que denominan “energías alternativas”.
Según los académicos, sólo la energía eólica y la energía solar podrían cubrir el 90% de las necesidades energéticas mundiales y el resto de la cuota estaría asegurado con energía geotérmica, hidroeléctrica y mareomotriz.
Ello no significaría abandonar las prestaciones y comodidades alcanzadas en el mundo moderno, sino de variar el modelo para utilizar aviones con motores de hidrógeno, a modo de ejemplo, o agua calentada por el sol ahí donde se necesite.
En opinión de Montesinos, que también dirige la revista Energía y tú, la sinergia de todas las fuentes renovables de energía es capaz de satisfacer varias veces las actuales y futuras necesidades energéticas mundiales, por lo que se trata más que todo de una lucha ideológica, debido a que el mundo está montado sobre el esquema del uso del petróleo.
“Pero lo cierto es que si seguimos explotándolo tal y como lo hacemos ahora, el petróleo va a acabar con nosotros mucho antes de que se agoten sus existencias”, aseguró.
“Asimismo si continuamos utilizando las fuentes nucleares para generar electricidad, estaremos creando minas de tiempo para las generaciones futuras debido a los desechos tóxicos que generan”, advirtió.
“Sin embargo hay que ser realistas. Uno de los elementos más importantes para detentar el poder es controlar las fuentes de energía y en casi todo el mundo tanto el carbón mineral, como el petróleo y la energía nuclear pueden ser controlados por grupos restringidos que no están dispuestos a perder ese control.
“Por el contrario, las fuentes renovables de energía están por doquier y si son utilizadas con una perspectiva sostenible pueden estar en manos de las personas comunes, lo que obligaría a compartir ese poder”.
Desde su fundación en 1994 como una entidad no gubernamental (ONG), CUBASOLAR estableció entre sus objetivos prioritarios promover el uso de las fuentes renovables de energía con un sentido ecológico y contribuir a sentar las bases para el desarrollo de una “cultura solar”.
Sensibilizar tanto a decisores como a la población en general ha sido esencial para la organización, constituida actualmente por unos 800 miembros y con delegaciones en todas las provincias.
La posibilidad de contar con la pequeña Editorial CUBASOLAR le ha permitido a la entidad extender su campo de acción con la edición de libros y otros materiales de carácter científico y de divulgación científico-popular sobre el tema, y de publicaciones como la revista Energía y tú.
“De lo que se trata es de lograr un cambio de paradigma, pues no basta con sustituir las fuentes energéticas más utilizadas hasta hoy si no se transforma la relación del hombre con las fuentes, la Naturaleza en general y hacia el interior de la sociedad”, señala Montesinos.
Las fuentes renovables de energía no son ecológicas per se –indicó el experto-, por lo cual es muy importante utilizarlas desde una perspectiva comprometida con un pensamiento ecológico y ambientalista.
La Humanidad ha llegado a un punto en que no sólo se impone la necesidad de recurrir a las fuentes renovables, sino también de crear una cultura alrededor de la energía, una “cultura solar”, según el concepto que prefiere utilizar Montesinos por su alcance ecuménico y metafórico.
“Quizá no se trata de un término totalmente acuñado por la ciencia pero sirve para recalcar su basamento en un esquema energético cimentado en las fuentes ‘solares’ de energía, puesto que la cultura solar es inviable si no incluye la cultura energética sostenible.
“Por tanto uno de sus vectores fundamentales es el uso creciente de las fuentes renovables en sustitución los combustibles fósiles y nucleares. Ello no sólo implica el aprovechamiento de la energía del sol de diferentes maneras, sino que incluye la energía solar ‘indirecta’, para llamarla de alguna forma, obtenida del viento, el agua y la biomasa.
“La energía eólica se sirve de los vientos generados por el movimiento de las masas de aire al ser calentadas por el sol, lo que provoca diferentes temperaturas y presiones atmosféricas.
“Una buena parte de la energía hidráulica proviene de los ríos y otras masas de agua que también forman parte de un ciclo hidrológico dependiente de la luz solar: precipitaciones, evaporación, condensación…
“En cuanto a la biomasa, recordemos que una de las formas más antiguas de producir energía es a partir de la leña y que la existencia de la masa vegetal depende de la luz, sin la cual no podría realizarse la fotosíntesis.
“Otros vectores importantes son la salud y la educación: educación para todos desde una mirada humanista y el desarrollo mayor de un sistema de salud preventivo, no intervencionista.
“Al mismo tiempo sería imposible hablar de una nueva cultura más amigable con la naturaleza y con el ser humano sin aspirar a la seguridad alimentaria basada en procesos agrícolas sostenibles y el logro de una alimentación sana con predominio de los productos naturales.
“Tampoco sería concebible si no preservamos la bio y la sociodiversidad. Y pongo un énfasis especial en estos términos porque normalmente nos referimos a los elementos bióticos pero los saberes sociales quedan relegados. A veces parece preocuparnos más la extinción de algunas especies de animales y olvidamos la precaria supervivencia de tribus y grupos humanos de África, de Australia o incluso de América Latina.
“El verbo compartir tiene especial relevancia dentro de la cultura solar a la que aspiramos, por eso el sexto vector se refiere a la solidaridad, la paz y el amor, pues sin todos esos valores no vamos a ningún lugar”. (2011)
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