Comercio online en Cuba a la sombra del coronavirus

Las estrategias cubanas frente a la covid-19 se han abierto al comercio electrónico, pero la demanda sobrepasa las capacidades de este servicio en el país.

Para refrenar el peligro de aglomeraciones ante las tiendas, el gobierno cubano implementa medidas entre las cuales la expansión del comercio electrónico ocupa un lugar protagónico.

Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Las inversiones en telecomunicaciones, la telefonía móvil y el acceso masivo a internet ganaron celeridad en Cuba hace un par de años, después de mantenerse en escalas de subdesarrollo. Una rama de ese árbol, la del comercio electrónico, comenzó a expandirse en 2019. Nadie podía imaginar entonces que sería una carta clave en la estrategia cubana frente al coronavirus que apareció en China en diciembre de ese año y se convirtió en pandemia en menos de tres meses. De haberlo supuesto, probablemente las inversiones se hubieran embalado más.

El programa cubano de medidas contra el contagioso Sars-Cov-2 apuesta ante todo al aislamiento social, reconocido como remedio básico mientras no aparezca una vacuna. En el empeño por evitar aglomeraciones y cortar posibles cadenas de transmisión, desde el 24 de marzo el gobierno cerró las fronteras, las escuelas, centros de trabajos que no son imprescindibles y suspendió los viajes interprovinciales. El rigor de las medidas aumenta de día en día.

Nuevos obstáculos

Pero el muro de contención de las aglomeraciones tiene una grieta peligrosa en el comercio minorista. Las autoridades han cancelado ventas y espacios comerciales que no son fundamentales y han cerrado grandes centros comerciales. Apuestan a descentralizar o desagregar los puntos de distribución hacia los barrios. Pero no ha logrado impedir que la ansiedad típica del consumo, agravada por la crisis, se exprese en colas y gentíos que no respetan la distancia social mínima a las puertas de tiendas y bodegas.

Ante el dilema de mantener a la población recogida en sus casas la mayor parte del tiempo, las tiendas virtuales ganan partidarios. Entendidas hace apenas tres o cuatro meses como mera comodidad o hasta un lujo, han adquirido protagonismo político a la sombra de la covid-19, junto a otros servicios online expandidos el año pasado.

El 14 de abril, en una de las reuniones diarias del gobierno para evaluar la epidemia y el programa de medidas, la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, anunció la próxima ampliación del servicio de tiendas virtuales, que asumirán los inventarios de siete de los mayores centros comerciales de La Habana, cerrados desde el 10 de abril para evitar la concentración de personas: Carlos III, La Puntilla, Mercado Cuatro Caminos, Almacenes Ultra, 3ra. y 70, 5ta. y 42, y Náutico.

A pesar de los tropiezos sufridos por congestión de la demanda, las autoridades insisten en expandir los servicios de tiendas virtuales, como la plataforma TuEnvío.cu.

La noticia llega en momentos en que la clientela manifiesta a través de los medios de prensa y redes sociales incomodidad por demoras e incumplimientos de las tiendas virtuales.

La ministra reconoció la congestión de este comercio al dispararse las órdenes de compra desde que aumentó el aislamiento social. Informó pasos para ampliar personal y equipamiento y ampliar la capacidad de despachos online.

Una de las opciones virtuales más promocionadas desde hace un mes, la plataforma TuEnvío.cu, de la Corporación Cimex, admitió atascos por el crecimiento exponencial de la clientela en estos días. Directivos de la entidad informaron de la próxima ampliación de su flotilla de vehículos para ampliar la entrega a domicilio, además de sumar al Grupo Empresarial Correos de Cuba a partir del 13 de abril.

En otro paso oportuno, pero que amenaza con ampliar la demanda, Cimex anunció una reducción de la compra mínima reglamentada para acceder al servicio de TuEnvío.cu -a 25 pesos cubanos (CUP) o 1 peso cubano convertible (CUC)- y una rebaja del 10 por ciento en las tarifas aprobadas hasta la fecha.

Esta alternativa se suma a opciones de comercio online que habían ganado creciente popularidad en 2019.

Transfermóvil, de la Empresa de Telecomunicaciones S.A. (ETECSA), para pagos de electricidad y otros servicios del hogar, vio crecer sus operaciones un 20 por ciento en marzo pasado y otro 15 por ciento en la primera semana de abril, en comparación con igual semana de marzo. En 2019 la cifra de clientes de Transfermóvil casi se había quintuplicado hasta medio millón de personas. ¿A cuánto ascenderán en estos meses? Los signos de congestión también castigan a esta plataforma online.

Servicios online como Transfermóvil comenzaron a ganar popularidad apenas unos meses antes de llegar su hora estratégica con la pandemia de la Covid-19.

Se buscan nuevas opciones bancarias

La expansión de estos servicios genera las presiones lógicas sobre la banca. Las maldecidas aglomeraciones que trata de eliminar el gobierno de las tiendas reaparecen ante sucursales bancarias. Las personas acuden a sacar tarjetas magnéticas o a renovarlas.

A pesar del conflicto, el ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, insistió en defender esta opción, sostén de un comercio electrónico que aleja a los consumidores de las tiendas. Pidió a la banca buscar alternativas para renovar las tarjetas magnéticas mediante el empleo de un sistema automatizado, a fin de ahorrarles ese trámite directo a las personas en los bancos.

Como recurso parecido, ETECSA ha implementado la recarga automática de las cuentas Nautas de navegación en internet que vencían en abril. A pesar de algún tropiezo inicial con esa medida, la empresa ha dado pasos que deben estimular más el empleo de móviles y telecomunicaciones por los consumidores cubanos.

De acuerdo con evaluaciones comentadas por Gil Fernández, buena parte de quienes están acudiendo actualmente a los bancos para obtener tarjetas magnéticas y depositar dinero lo hacen con el propósito de realizar luego compras online.

El coronavirus sorprendió a Cuba apenas unos meses después de poner el pie sobre el acelerador del comercio electrónico. En la recta final del 2019, el gobierno estaba implementando medidas para expandir el uso de tarjetas magnéticas en mercados, pagos de servicios del hogar y cobro de salarios, entre otros.

Pero las operaciones financieras sin efectivo todavía tenían una participación baja en la economía cubana cuando llegó la pandemia: 10.800 millones de pesos al cierre de 2019, un 10 por ciento del total de operaciones financieras, de acuerdo con datos del Banco Central de Cuba. Un ascenso moderado desde el 6 por ciento en 2017. Es previsible que en 2020 experimenten un verdadero salto a cuenta del maldecido Sars-Cov-2. (2020).

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