Las puertas de la información

Cuba y Estados Unidos mueven con prontitud las piezas de las telecomunicaciones. El inicio de conversaciones para reanudar relaciones diplomáticas ha acelerado el juego en ese terreno, de alta sensibilidad para el resto de los ámbitos de la vida y del desarrollo: ciencia y tecnología, cultura y acceso a información, la política, la economía. Con el anuncio simultáneo de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama el pasado 17 de diciembre, el mandatario estadounidense reconoció el fracaso de la política de bloqueo económico. Pero advirtió de inmediato que persisten sus intenciones y fines con la vecina del Caribe. “Las décadas de aislamiento de Cuba por parte de EEUU no consiguieron nuestro objetivo de promover el surgimiento de una Cuba estable, próspera y democrática”, manifestó. Solo propuso entonces una manera diferente, más civilizada, de enfocar o alcanzar su estrategia. Entre sus

Telecommunications promise to score the first Cuban-U.S. business agreement since the start of talks between the two countries.

Telecommunications promise to score the first Cuban-U.S. business agreement since the start of talks between the two countries.

Foto: Telecommunications promise to score the first Cuban-U.S. business agreement since the start of talks between the two countries.

Cuba y Estados Unidos mueven con prontitud las piezas de las telecomunicaciones. El inicio de conversaciones para reanudar relaciones diplomáticas ha acelerado el juego en ese terreno, de alta sensibilidad para el resto de los ámbitos de la vida y del desarrollo: ciencia y tecnología, cultura y acceso a información, la política, la economía.

Con el anuncio simultáneo de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama el pasado 17 de diciembre, el mandatario estadounidense reconoció el fracaso de la política de bloqueo económico. Pero advirtió de inmediato que persisten sus intenciones y fines con la vecina del Caribe. “Las décadas de aislamiento de Cuba por parte de EEUU no consiguieron nuestro objetivo de promover el surgimiento de una Cuba estable, próspera y democrática”, manifestó. Solo propuso entonces una manera diferente, más civilizada, de enfocar o alcanzar su estrategia.

Entre sus cartas, Washington apuesta a flexibilizar los viajes hacia la mayor de las Antillas, aunque por el momento los mantiene prohibidos para el estadounidense común. También promete liberar el envío de remesas de mayor monto, exportaciones comerciales destinadas al naciente sector privado cubano y facilitar las transacciones financieras de compañías norteamericanas con la banca insular.

Pero entre las frutas prometidas y soñadas, parecen avanzar más los pasos y expectativas en materia de telecomunicaciones.
De acuerdo con la declaración inicial de Obama –reiterada por otros funcionarios después-, la Casa Blanca planea autorizar “la exportación comercial de ciertos artículos que contribuirán a la capacidad de los cubanos para comunicarse con personas en Estados Unidos y el resto del mundo”. Tal opción comprendería la venta de dispositivos de comunicaciones, software, aplicaciones, hardware y servicios, entre otros.

El gobierno norteamericano también propone permitir que “los proveedores de telecomunicaciones establezcan los mecanismos necesarios en Cuba, incluida la infraestructura, para proporcionar telecomunicaciones comerciales y servicios de Internet”.

Las empresas del giro en EEUU respondieron enseguida a la invitación, según reconoció la secretaria de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, encargada de las conversaciones con Cuba. La semana pasada adelantó que algunas empresas de telecomunicaciones de su país han contactado con su gobierno para sondear la posibilidad de hacer negocios en Cuba.
A raíz de esta declaración, varios medios de prensa comentaron que Washington está trabajando en la reducción de restricciones para que las compañías de telecomunicaciones desarrollen nexos comerciales con La Habana, como parte de sus medidas hacia la eventual normalización de relaciones con Cuba.

Apenas unas horas después, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (Etecsa) y la compañía norteamericana IDT Domestic Telecom, INC. (IDT) concluyeron conversaciones, con el propósito de “suscribir un Acuerdo de Servicios para la Operación de Telecomunicaciones Internacionales, que permitirá la interconexión directa entre Estados Unidos y Cuba”, según la firma de la nación caribeña. Con la brevedad propia de un comunicado oficial, Etecsa dejó la bola en la cancha estadounidense. Ahora espera, dijo, “las aprobaciones correspondientes de las autoridades norteamericanas para su posterior implementación”.

Sería el primer acuerdo empresarial entre ambas naciones desde que Jacobson se sentó por primera vez ante su contraparte cubana, encabezada por Josefina Vidal, Directora General de EEUU en el Ministerio de Relaciones Exteriores de la mayor de las Antillas, en un intento por poner fin a casi medio siglo de incomunicación formal.

Si IDT logra el visto bueno de la FCC, se convertirá en el primer operador estadounidense en tener comunicación directa con Cuba. El director ejecutivo de IDT Telecom, Bill Pereira, dijo que sentían “muy satisfechos” por este «acuerdo pionero» con ETECSA.
Como ganancia, la entidad cubana espera “mayores facilidades y calidad en las comunicaciones” entre ambos pueblos. Pero este paso tiene alcances más profundos. El restablecimiento de vías de comunicación directas será clave para aproximar intereses económicos, sociales y, por extensión, políticos, que hasta el presente se mantuvieron distanciados, de manera forzada, en muchos campos.

Entretanto, La Habana acelera cambios puertas adentro. En días recientes, Etecsa ensayó medidas para liberalizar y abaratar el acceso a las líneas de telefonía móvil, mientras el país revisa las políticas para acelerar la información de la sociedad, a juzgar por los debates del Primer Taller Nacional de Informatización y Ciberseguridad celebrado la semana pasada.

Las autoridades cubanas esperan el inicio de una etapa diferente, con oportunidades, e igualmente con riesgos. En la clausura de ese Taller, el Vicepresidente Primero, Miguel Díaz-Canel, confirmó que aprecia un “cambio de táctica, pero no de los objetivos de la política del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba”. Aún así, dijo que el nuevo escenario “acentúa la necesidad de que avancemos más en el proceso de información cubano”. Es una conclusión después de reiterar que “el bloqueo a Cuba (…) ha limitado el acceso a financiamiento, tecnología, sistema, infraestructura, software y aplicaciones”.

Además de reconocer el derecho de los cubanos a Internet y la necesidad de diseñar una estrategia con ese fin, Díaz-Canel habló sobre las responsabilidades que plantea al ciudadano. E insistió en su valor, al señalar que “el desarrollo de la ciencia es inconcebible hoy sin Internet”.

El acceso de los cubanos al ciberespacio ha tropezado tradicionalmente con una multitud de obstáculos técnicos que podrían reducirse aceleradamente a medida que Estados Unidos franqueé una puerta que controlan mayoritariamente empresas de ese país. Cuba se verá, entonces, ante oportunidades valiosas para la edificación de una economía más avanzada y para el desarrollo integral, pero también enfrentará conflictos, amenazas y riesgos que reclaman de acciones más hábiles y de políticas con una visión realmente estratégica.

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