Documental sobre mujeres emprendedoras pone acento en los derechos económicos

El filme aborda los desafíos que representa para ellas llevar adelante un emprendimiento privado, en una cooperativa o trabajo por cuenta propia.

Protagonistas del documental Los poderes... durante la presentación en el cine 23 y 12. En este y otros audiovisuales, Lizzete Vila e Ingrid León han abordado las problemáticas actuales de las mujeres en Cuba.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

La Habana, 26 mar.- El documental Mujeres… los poderes vitales del éxito, de las realizadoras cubanas Lizzete Vila e Ingrid León, muestra una cara poco conocida de la violencia, que puede ser también económica y afectar el desempeño de emprendedoras, cuentapropistas y activistas.

Con motivo del Día Naranja promovido desde Naciones Unidas para focalizar la no violencia contra las mujeres y las niñas, el filme se exhibió este sábado en el Cine 23 y 12 ante la asistencia de un público que desbordó la sala como ya es habitual en las presentaciones del Proyecto Palomas.

El largometraje recoge las historias de 25 mujeres de diferentes profesiones y oficios, unidas por la aspiración común de llevar adelante proyectos propios a pesar de las dificultades materiales y los rezagos de discriminación existentes.

Nayvis Díaz, promotora de Velo Cuba; Isabel Ferras, al frente del restaurante Karma; Melvis Zarduy, arrendataria en divisa; y Olga Oye, usufructuaria agrícola, son algunas de las protagonistas de esta cinta que pone el foco sobre los derechos económicos.

Ellas explicaron sus desafíos cotidianos, pese a que las nuevas formas de gestión no estatal promovidas durante los últimos años como parte de la actualización del modelo económico y social en el país le han abierto nuevas oportunidades.

Muchas se volcaron al trabajo por cuenta propia durante el periodo especial cuando arreció la crisis y su trabajo estatal no les permitía mantener a su familia, entonces comenzaron a ejercer un oficio con mayor entrada monetaria.

Incluso, algunas dejaron sus puestos de ingenieras, maestras o periodistas para dedicarse a una actividad completamente diferente y alejada de aquellas profesiones que estudiaron, como artesanas, peluqueas o administradoras de sus propios negocios.

Unido a los problemas de la mayoría de los cuentapropistas referidos a la falta de recursos y materias primas, o el limitado acceso a maquinarias y productos, ellas enfrentan varias incomprensiones relacionadas con su condición de mujer.

También reclamaron frente a las cámaras mayor apoyo institucional y de sus familias, y expusieron lo difícil que resulta conciliar lo laboral y lo personal, pues llevan la mayor parte de la carga doméstica y la crianza de hijos e hijas.

La creadora de Vitria -una de las cooperativas no agropecuarias de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana- Irena Martínez, se refirió a cómo algunos hombres dudan de sus capacidades y las discriminan por ser mujeres: creen que no podemos hacer trabajos pesados o encaramarnos en un andamio bien alto.

El documental también expone conceptos como los de violencia económica y violencia patrimonial, los cuales suelen ser poco conocidos y mencionados. Los textos de la periodista Sara Mas, narrados por la actriz Obelia Blanco, permitieron dilucidar –además– cuestiones legales y de derechos.

El representante de la organización no gubernamental CARE International, Richard Paterson, agradeció a las realizadoras y al Proyecto Palomas por hacer el documental en tiempo récord y se mostró impresionado ante el poder de convocatoria de la exhibición.

Conocí a Lizzete Vila hace un año y medio y coincidimos en la necesidad de compartir las historias de mujeres cubanas que han enfrentado numerosos obstáculos para realizar sus sueños de emprendimientos económicos y lanzar sus propios proyectos, expresó.

A su juicio, materiales audiovisuales de este tipo pueden no solo mostrar una realidad, sino también mover a la reflexión y acción, convencer a los decisores de la necesidad de crear más espacios y ponernos a pensar qué podemos hacer para ayudarlas.

“Queremos que este documental inspire a otras mujeres”, dijo.

Para finalizar, la activista y cineasta Lizzete Vila reconoció la labor de esas 25 mujeres, que tuvieron el derecho a la palabra, mientras millones en todo el mundo no pueden siquiera alzar la voz. Actualmente, un tercio de las cerca de 500.000 personas que trabajan por cuenta propia en el país son mujeres.

Entre los asistentes se encontraban personal del cuerpo diplomático y de Naciones Unidas en Cuba. Asimismo, las realizadoras invitaron a la presentación a directivos e integrantes de instituciones públicas cubanas para que conocieras más sobre esas historias de vida (2017).

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