Expertas señalan brechas para mujeres negras y mestizas en Cuba
Trascendió en un encuentro por el Día de la Mujer Afrodescendiente, Afrolatinoamericana y Afrocaribeña.

El Día de la Mujer Afrodescendiente, Afrolatinoamericana y Afrocaribeña se celebra el 25 de julio, pero por ser feriado en el país caribeño se adelantó para el 21 y se unió al Día Naranja por la No violencia de Género.
Foto: IPS_Cuba
La Habana, 22 jul.- Las brechas que enfrentan las mujeres cubanas negras y mestizas para acceder a la educación superior y aprovechar las oportunidades de la actual reforma económica en Cuba, entre otras, fueron analizadas por expertas en ocasión del Día de la Mujer Afrodescendiente, Afrolatinoamericana y Afrocaribeña.
Realizada la víspera en La Habana, la iniciativa promovida por el proyecto sociocultural Quisicuaba contó con el acompañamiento del Sistema de las Naciones Unidas en Cuba y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación.
El encuentro sucedió además en el contexto del Decenio Internacional de las Personas Afrodescendientes y una fecha de activismo de la campaña Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, que se llama Día Naranja.
Dalia Acosta, coordinadora de la campaña, explicó al auditorio integrado por mujeres cubanas afrodescendientes de diferentes edades y procedencias, que el Día de la Mujer Afrodescendiente, Afrolatinoamericana y Afrocaribeña se celebra el 25 de julio, pero por ser feriado en el país caribeño se adelantó para el 21 y se unió al Día Naranja por la No violencia de Género.
“La discriminación que viven muchas mujeres negras en Cuba y en cualquier lugar del mundo es forma de violencia y se inserta en la campaña. En el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 de la Agenda 2030 tiene como primera meta poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo”, enfatizó.
Este día, insistió Acosta, “es muy importante porque visualiza la necesidad de eliminar todas las brechas y desigualdades que sufren las mujeres afrodescendientes”.
El gestor de proyectos de Quisicuaba, Andrei Hernández, sostuvo que el encuentro fue convocado para celebrar los derechos conquistados y por conquistar en materia de discriminación racial y de género.
En su ponencia “Mujeres negras cubanas: entre la remodelación del modelo socioeconómico y la reproducción conferencia de la configuración cultural”, Geydis Fundora, profesora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, se refirió a las oportunidades que han generado las transformaciones en curso como diversificación de opciones de empleo, facilidades para la autogestión y derechos con nueva ley migratoria.
Sin embargo, alertó sobre los saldos negativos como aumento de la pobreza en familias con insuficientes activos para generar iniciativas, disparidad de ingresos por tipo de inserción en el marcado laboral, desigual aprovechamiento de las oportunidades de obtener o reparar la vivienda y mayor marginalización de grupos sociales que pierden sus redes de amparo, entre otros.
La estudiosa citó a la investigadora Mayra Espina, quien sostiene que “la posibilidad de aprovechar las nuevas oportunidades que se generen dependerá de los activos individuales y familiares: conocimientos y calificación, capital para invertir, bienes para generar actividades mercantiles (casa, autos, herramientas), información (aspectos legales, oportunidades, mercados posibles) y conexiones que permitan acceder a los nuevos espacios económicos”.
Sobre el acceso a la educación superior, la socióloga Yulexis Almeida, profesora de la Universidad de La Habana, destacó que son muchas menos las personas negras y mestizas que acceden, en comparación con las personas blancas, tanto hombres como mujeres, sobre todo en los cursos regulares diurnos y, en menor medida, en los cursos por encuentro.
Esa realidad, describió, se complejiza, porque la cifra de afrodescendientes se reduce aún más entre quienes egresan de la educación superior.
Al respecto, Almeida consideró que “las políticas no pueden estar centradas en la ampliación de la matrícula sin incorporar las nociones de equidad en el acceso, el aprovechamiento y la culminación de los estudios. La selección basada exclusivamente en los méritos constituye un mecanismo formal que no garantiza la democratización ni la inclusión”.

Durante la actividad, se presentó el proyecto La negra Tomasa, que es una experiencia para en una primera etapa fortalecer a 20 mujeres entre 20 y 65 años, con conocimientos, actitudes y prácticas sobre género, racialidad y el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, e incrementar su autoestima y autonomía.
En una segunda etapa, aspira a incorporar adolescentes en su respuesta efectiva al VIH.
Norma Guillard, una de las coordinadoras, informó que hasta ahora han fortalecido las capacidades en autoestima y autoeficacia, los mecanismos de enfrentamiento ante situaciones de estigma y discriminación, la creación de un espacio amigable de igualdad de género y de una red de apoyo de mujeres afrodescendientes.
Para dar vida a lo adquirido, dijo Guillard, el grupo propuso crear encuentros y cine debates sobre género, racialidad y VIH en las comunidades e introducir el tema en círculos de interés de los centros de educación y las escuelas de padres y madres, compartir información mediante soportes digitales y con los vecinos en los diferentes espacios de socialización. (2017)
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