Azúcar: el futuro depende de la recuperación cañera

Alrededor de 70 industrias azucareras fueron desmanteladas desde el año 2004 y hasta 2007 en Cuba.

Jorge Luis Baños - IPS

De las 156 industrias con que contaba la isla, en apenas tres años se cerraron 71 y algunas fueron desmanteladas para llevarlas a Venezuela

Con una zafra pendiente del comportamiento climático por las lluvias invernales que acompañan la presencia del fenómeno El Niño, Cuba aspira a crecer 32 por ciento en la producción de azúcar. La cantidad obtenida en 2006, no informada oficialmente, se estima en alrededor de 1.200.000 toneladas.

El pronóstico, dijo Ulises Rosales del Toro, ministro del Azúcar, está sustentado en 28 por ciento de incremento del volumen de caña en los campos. En este mes debe entrar en molienda una parte de los 50 ingenios que trabajarán en la actual zafra, ocho más que el año anterior.

De las 156 industrias con que contaba la isla, en apenas tres años se cerraron 71 y algunas fueron desmanteladas para llevarlas a Venezuela. Más de la mitad de las áreas cañeras, las de peores condiciones, se destinaron a la siembra de cultivos varios, frutales, ganadería y reforestación, proceso que se conoce como Tarea Álvaro Reynoso, en honor a un sabio estudioso de la caña y la agricultura en general.

Cuando el Ministerio del Azúcar asumió la reorganización de la agroindustria, en 2002, sus directivos encontraron cinco centrales -totalmente de madera- que aún funcionaban, otros seis sin planta eléctrica y en los ingenios había más de 1.200 equipos movidos por vapor, entre estos 226 calderas de 150 libras, además de 262 locomotoras.

Toda la tecnología obsoleta se sustituye actualmente y la infraestructura que se movía con vapor será cambiada por equipos eléctricos, afirmó Orlando García, viceministro del Azúcar, quien agregó que en la actual zafra el país se propone elaborar toda la azúcar refinada sin consumo de fuel oil.

En esta campaña, el programa energético prevé la modernización de las calderas y la electrificación de cuatro tandems, máquinas donde se muele la caña. En cuanto a la maquinaria, el viceministro refirió que se reconstruyen más de 200 combinadas y 32 locomotoras. Los caminos, en muy malas condiciones, también se mejoran.

Para 2008, el Ministerio del Azúcar se ha propuesto autoabastecerse totalmente de electricidad, y necesita invertir en sistemas que posibiliten emplear esa energía en todo el proceso fabril.

El aumento de la mecanización permitirá reducir la cifra de 95.000 macheteros que cortaban caña a 14.000, en el interés de humanizar esa labor que en siglos pasados realizaban los esclavos.

De las 600.000 hectáreas dedicadas a  la gramínea, 400.000 tienen 50 por ciento de la población de caña agrícola requeridaDeficiente agricultura

La principal debilidad de la producción cubana de azúcar no radica sólo en su industria obsoleta, sino también en su deficiente agricultura, con bajos rendimientos, que no llegan siquiera a 54 toneladas por hectárea, cuando otras naciones obtienen 70.

De las 600.000 hectáreas dedicadas a la gramínea, 400.000 tienen 50 por ciento de la población de caña agrícola requerida. Por cumplir con las metas propuestas, sin tener las condiciones adecuadas en la preparación de la tierra y en las semillas, las malas yerbas terminaron con los campos donde había más maleza que caña.

Durante el proceso de reestructuración del Ministerio del Azúcar, fueron detectados varios problemas que conspiraban contra la eficiencia del sistema industrial y fabril:

– Falta de insumos y su llegada tardía.

– La influencia del clima.

– Deficiencias en la organización del trabajo y en la calidad de las siembras.

– Incumplimiento en el balance de las áreas que debían ser cortadas.

– Insuficiencia en el control de malezas.

– Malos estimados.

– Falta de motivación de los trabajadores.

– Deterioro en el estado técnico de los equipos para cultivar y cortar la caña.

El precio de compra de la gramínea se duplicó y esto estimuló a los productores, que hasta ese momento consideraban que la caña no era un negocio, sino una pérdida.

La forma de producción prevaleciente en la agricultura cañera son las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC). Se calcula que más de 78.405 trabajadores laboran de forma directa en las atenciones al cultivo. De ellos, más de 29.000 reciben cursos de capacitación. Esta fuerza se agrupó en más de 1.000 brigadas, cada una de las cuales responde a la estructura de lote cañero, una extensión un poco más grande que una finca habitual.

La Habana, Pinar del Río y Sancti Spíritus son las provincias que menos avanzan en la vinculación de los obreros con sus resultados económicos mediante este tipo de estructura productiva, según José Carlos Santos, viceministro del Azúcar.

La relación entre trabajo e ingresos por resultados mejorará más con el actual precio de la caña, apuntó Santos. El promedio de salario mensual, 365 pesos, subió a 400, aún insuficiente. Analistas consideran que, si no se eleva, la gente seguirá emigrando para otros trabajos más remunerativos.

Gracias a los cursos de superación organizados en este sector, 917 trabajadores alcanzaron nivel universitario, pero aún hay déficit de profesionales: 339 unidades productoras de caña carecen de graduados de nivel superior.

Cambio cualitativo

Una zafra requiere de 30.000 surtidos en insumosEl aumento en las siembras de caña promoverá un cambio cualitativo en la producción y los rendimientos, si prevalece la calidad. En 2006 se sembraron 122.000 hectáreas, cantidad superior en extensión a 2005. Sin embargo, para cubrir el área vacía que debe ser renovada se requiere un ritmo anual de 150.000 hectáreas, donde cada metro cuadrado cuente con 20 yemas, para asegurar mejores rendimientos, explicó el funcionario.

Para garantizar sistemas de riego en los bancos de semilla y en las plantaciones, se invierten más de 9.000.000 de pesos. Durante los años de prolongada sequía, la carencia de riego ocasionó una baja productiva de 15 toneladas de caña por hectárea.

Se espera que los altos niveles de maleza en épocas anteriores disminuyan con el empleo de la tracción animal, tras la siembra y la aplicación de un herbicida seco, cuyo efecto en el suelo sea más prolongado. También se contará con los fertilizantes necesarios, recursos ausentes de los campos cañeros durante la crisis económica.

Una zafra requiere de 30.000 surtidos en insumos. Para la actual, la mayoría de estos ha estado a tiempo en el lugar, afirmó el ministro del Azúcar en una intervención ante parlamentarios cubanos. Sin embargo, un ingeniero que dirigió un central por mucho tiempo reveló que ni en los mejores tiempos económicos, los ingenios arrancaban con lo necesario y siempre faltaban muchos detalles por concluir. Por ejemplo, algunos se quejan ahora de la escasez de gomas y de rodamientos para los equipos de corte.

Reducir las pérdidas en la cosecha, obtener el rendimiento planificado en azúcar dentro del proceso fabril, mejorar el parque de equipos e implementos y cumplir la programación de corte son aspectos que contribuirán al aumento previsto en la producción de azúcar, subrayó Del Toro.

Otras tareas principales, trazadas por los dirigentes azucareros, son producir energía, elaborar alcohol, modernizar la maquinaria y lograr el funcionamiento de las industrias como un reloj.

El país dará un sensible impulso a la producción de alcohol con el montaje de siete modernas destilerías y la modernización de las 11 que ahora funcionan, lo que incrementará la producción anual. Según fuentes del Ministerio del Azúcar, este año se dedicarán 80.000 toneladas de miel para destilar alcohol y se montará una nueva planta para generar gas carbónico en Aguada de Pasajeros, en la centrosureña provincia de Cienfuegos.

Tenemos que convertir la zafra azucarera en lo que era antes, el segundo deporte nacional, después de la pelota, afirmó un diputado, en alusión a que en Cuba todo el mundo presume de saber de zafra, al igual que de béisbol.

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