2011: La hoja de ruta

Un año marcado por el VI Congreso del gobernante Partido Comunista y el camino hacia la Conferencia Nacional.

Jorge Luis Baños - IPS

El congreso partidista constituyó sin lugar a dudas el acontecimiento político más importante del año

Bajo su divisa de “sin prisa, pero sin pausa”, el presidente Raúl Castro avanzó este año en los cambios que considera necesarios para modernizar y fortalecer el modelo socialista, ignorando los reclamos de quienes piden mayor rapidez y profundidad en el proceso. Sus mayores inquietudes no pasan, al parecer, por apresuramientos o impaciencias.

En el último discurso del año, el mandatario dejó un sabor amargo en quienes esperaban la reforma migratoria, la alegría del indulto para casi 3.000 encarcelados, la mayoría por delitos comunes, y la seria advertencia de que no habrá tregua en el combate contra la corrupción, fenómeno que considera más peligroso que la subversión interna y externa.

Al mismo tiempo, el gobernante mantuvo la práctica de limitar sus intervenciones públicas a las estrictamente necesarias, sin espacios a la improvisación y escaso intercambio con los medios de prensa. En un año como el 2011, marcado por el congreso partidista, el mandatario pronunció solo cuatro discursos en el país y dos en el extranjero.

El 3 de junio cumplió 80 años y se le vio activo y de buen ánimo, cuando, la víspera de su onomástico, despidió al ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), con quien comprobó la marcha de los trabajos de ampliación y modernización del puerto de Mariel, unos 45 kilómetros al oeste de La Habana, uno de los vastos proyectos que se preparan para un eventual boom petrolero.

Meses antes, durante el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba que se celebró del 16 al 19 de abril, había sido electo primer secretario del Comité Central de esa organización, tras conocerse la renuncia de su hermano mayor Fidel Castro a ese cargo, el último que aún conservaba, desde que su enfermedad le obligó a abandonar sus responsabilidades públicas en julio de 2006.

Sobre el nombramiento, Raúl Castro dijo asumir su “última tarea” con la convicción y el compromiso de que su misión principal como máximo dirigente del Partido Comunista pasa por “defender, preservar y proseguir perfeccionando el Socialismo y no permitir jamás el regreso del régimen capitalista”.

La “actualización” del modelo

Aplazado desde hace 14 años, el congreso partidista constituyó sin lugar a dudas el acontecimiento político más importante del año al aprobar los “Lineamientos de la política social y económica del partido y la revolución”, hoja de ruta para la actualización del modelo económico, que requiere de la modernización de la organización política gobernante.

Para alcanzar el éxito dijo Castro al cierre del encuentro, lo primero que habrá que «modificar en la vida » partidaria «es la mentalidad, que es como una barrera psicológica». Eso es lo que más trabajo llevará superar, «al estar atada durante largos años a los mismos dogmas y criterios obsoletos», indicó.

A la cita, precedida de debates populares sobre el proyecto de lineamientos, asistieron 1.000 delegados en representación de casi 800.000 militantes de la organización.

Según el informe central al congreso, en esa consulta realizada del primero de diciembre del 2010 al 28 de febrero de 2011 participaron 8 millones 913. 838 personas en más de 163.000 reuniones efectuadas en el seno de las diferentes organizaciones, registrándose una cifra superior a tres millones de intervenciones. Sobre esa base, el texto fue reformulado y los 291 lineamientos que contenía el original pasaron a los 313 finalmente aprobados. Entre las conclusiones oficiales sobre el desarrollo, resultado y consecuencias de estas consultas, mencionados en el informe central al VI congreso del Pcc destacan las siguientes:

– El proceso puso de manifiesto la capacidad del Pcc para conducir un diálogo serio y transparente con la población sobre cualquier asunto, por sensible que éste fuera, máxime cuando se trata de ir forjando un consenso nacional acerca de los rasgos que deberán caracterizar al modelo económico y social del país.

– Los resultados del debate constituyeron una suerte de referéndum popular respecto a la profundidad, alcance y ritmo de los cambios que se deben introducir.

– Hubo comprensión y apoyo al contenido de los lineamientos, pero no unanimidad. Según Castro eso era lo que se necesitaba “si de verdad pretendíamos una consulta democrática y seria con el pueblo”.

– La consulta puso a prueba la confianza y unidad mayoritaria de la población en torno al Partido y la Revolución, unidad que no niega diferencias de opiniones.

– La mayor cantidad de planteamientos y proposiciones se concentró en temas que tocan directamente el nivel de vida de la población, en primer lugar el de la eliminación de la libreta de abastecimientos, seguido de la política de precios, servicios de transporte público, educación y salud.

– En Cuba, bajo el socialismo, no hay espacio para las “terapias de choque”, nadie quedará desamparado y se reorganiza el sistema de atención para asegurar el sostenimiento diferenciado y racional de aquellos que realmente lo requieran.

– Será imprescindible eliminar el sistema normado de abastecimiento, pero se haría de forma gradual y no sin previamente crear las condiciones que lo garanticen.

El reto de la renovación

Responder al desafío de preservar el socialismo bajo nuevas condiciones supone “actualizar” también al partido y órganos de gobierno.

Al respecto, el encuentro adoptó varias decisiones, algunas de las cuales deberán ser refrendadas por la Conferencia Nacional, una suerte de continuación del VI congreso, prevista para el 28 de enero de 2012.

Entre otras, esas decisiones, recomendaciones o propuestas incluyen:

– El Comité Central debe realizar al menos dos plenos al año y analizar la marcha de la actualización del modelo y cumplimiento del plan de la economía.

– Se recomienda a la Asamblea Nacional emplear un proceder semejante en sus sesiones ordinarias, a fin de” potenciar el protagonismo inherente a su condición de órgano supremo del poder del Estado”.

– Enmendar la confusión entre las tareas del partido y del gobierno. Esto quiere decir que se debe despojar al partido de labores administrativas y otras no propias de su carácter de organización política.

– Corregir desaciertos y deficiencias en la política de cuadros, causante ahora de que llegada la hora del relevo generacional, los nuevos dirigentes no están listos para asumir.

– La militancia política no debe ser requisito indispensable para el desempeño de cargo en el gobierno o el Estado.

– Resulta recomendable limitar, a un máximo de dos períodos consecutivos de cinco años, el desempeño de los cargos políticos y estatales fundamentales.

De otra parte, la integración del nuevo Buró Político y del Comité Central del Partido, elegidos en la cita, marcó diferencias importantes entre uno y otro. En este último analistas destacaron cambios, considerados «un primer paso» hacia lo que Castro llama el «proceso gradual de renovación y rejuvenecimiento de la cadena de cargos políticos y estatales».

Hacia la Conferencia Nacional

Cerradas las puertas del VI congreso y pasados algunos meses, las miradas de la sociedad cubana se volvieron hacia la Conferencia Nacional, cuyo proyecto de agenda, fue distribuido en octubre en formato tabloide como documento base de la cita. De inicio, el texto dejó inclusive a muchos militantes del PCC con sabor a poco, pese a que incluyó temas sociales otrora impensables en un texto político.

Entre los temas sociales, de alta sensibilidad, aparecen el enfrentamiento de los prejuicios ante creencias religiosas, junto a los raciales, de género, orientación sexual y otros que puedan generar discriminación o limitar el ejercicio de los derechos de las personas, como ocupar cargos públicos.

Según medios oficiales, el nuevo encuentro tendrá facultades para actualizar los métodos y estilo de trabajo, estructuras y política de cuadros, incluyendo ampliar y renovar el Comité Central, integrado por 115 miembros desde el VI Congreso.

A fines de diciembre, el segundo secretario del Pcc, José Ramón Machado Ventura, informó que el proyecto de documento base de la conferencia fue discutido en más de 65.000 reuniones de los núcleos del partido y comités de base de la Unión de Jóvenes Comunistas. La militancia emitió más de un millón de opiniones que resultaron en la modificación de 78 de los 96 objetivos y la incorporación de otros cinco.

En un editorial de mediados de noviembre, la revista Espacio Laical instó a la nueva cita partidista a no perder la “oportunidad” de “aportar cambios sustanciales y convocar al pueblo a realizarlos”. La publicación del Consejo Arquidiocesano de Laicos de la Arquidiócesis de La Habana se quejó de que en el documento base faltan innumerables temas que el pueblo esperaba que aparecieran en la agenda del evento y por otro lado presenta a un Pcc “apegado a dogmas fracasados en otras experiencias, y aferrado a una relación muy vertical con la sociedad”.

La amenaza de la corrupción

Diciembre cerró con la inquietante certeza de que la corrupción figura entre los mayores obstáculos que pueden dar al traste con la voluntad gubernamental de hacer eficiente la economía y responder al desafío de hacer de Cuba un país próspero sin abandonar el cauce socialista.

El tema se menciona en varios puntos del proyecto de documento base de la Conferencia Nacional y es posible que en el texto final aparezca fortalecido. Para que nadie dudara de la seriedad del problema, en su discurso ante el parlamento del 23 de diciembre Raúl Castro volvió a golpear la mesa, quizás con mayor fuerza que en anteriores ocasiones. Asimismo, reveló que “una serie de documentales e interrogatorios a delincuentes de cuello blanco” fue exhibida en la última reunión anual del comité central del Pcc y “en su momento” será mostrada “en las respectivas provincias” a los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular y a otros dirigentes.

“Estoy convencido de que la corrupción es hoy uno de los principales enemigos de la Revolución, mucho más dañino que la actividad subversiva e injerencista del gobierno de Estados Unidos y sus aliados dentro y fuera del país”, advirtió ante el parlamento el 23 de diciembre. No pocos analistas tomaron nota de que las palabras del gobernante coinciden con las advertencias del ensayista Esteban Morales, en escritos por los cuales fue separado por un año de las filas del Pcc.

El gobernante definió el enfrentamiento del problema como una “batalla estratégica” en que comienzan a verse algunos resultados, tanto en los hechos llamados de “cuello blanco”, cometidos por directivos y funcionarios nacionales y extranjeros vinculados con el comercio exterior y la inversión extranjera, como en las fechorías llevadas a cabo por delincuentes comunes”. Estos últimos en “contubernio con dirigentes administrativos y empleados de dependencias estatales, en los procesos productivos, la transportación y distribución en entidades de la industria alimentaria, el comercio, la gastronomía, el sistema de la vivienda y los ministerios de la Industria Básica y la Agricultura”. “A nadie le cabe dudas de que con este panorama que les estoy narrando sería muy difícil actualizar nuestro socialismo”, sentenció el mandatario.

Cambios migratorios en espera

El aplazamiento de la actualización de la política migratoria fue la gran decepción del año que concluye. Aunque al anunciar en agosto ante el parlamento que se trabajaba en ello, Castro no mencionó plazos, mucha gente se hizo ilusiones ante la posibilidad de un alivio de las regulaciones que limitan el derecho de viaje de las personas de nacionalidad cubana residentes en el país.

Sin embargo, Cuba despidió 2011 sin novedades en este sentido. La voluntad de cambios en esta materia persiste, pero se introducirán de modo paulatino y “sin dejar de valorar en toda su integralidad los efectos favorables y desfavorables de cada paso que demos”, confirmó Castro al concluir el último periodo de sesiones del parlamento.

La reforma migratoria figura entre las demandas más generalizadas en amplios sectores de la población, tanto por las expectativas propias como por su impacto en la relación con la familia emigrada.

La Caridad del Cobre y la visita del Papa

Esa y otras evaluaciones críticas desde la intelectualidad católica se enmarcaron en un contexto de buenas relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado que serán coronadas con la visita del papa Benedicto XVI, prevista para los días 26, 27 y 28 de marzo de 2012. La agenda papal incluye una entrevista con el presidente Raúl Castro y misa en la emblemática Plaza de la Revolución.

Durante el año, el acercamiento se puso a prueba con la peregrinación por todo el país desde agosto hasta el 30 de diciembre de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre. El recorrido como parte de la conmemoración del 400 aniversario del hallazgo de la imagen requirió y tuvo la colaboración de las autoridades cubanas.

Los festejos culminan en 2012 con un año jubilar (año santo) convocado en todas las diócesis, durante el cual se espera la visita de muchos peregrinos tanto del país como del extranjero hasta el Santuario del Cobre, incluida la del Papa. Esa visita, como el 400 aniversario del encuentro de la imagen de la virgen patrona de Cuba, fueron tenidos en cuenta para el indulto presidencial que en víspera de navidad favoreció a más de 2.900 presos.

En su último discurso del año, Castro reiteró que Benedicto XVI será recibido con afecto y respeto, aunque en sectores de la sociedad civil no han faltado opiniones de desacuerdo por sus posturas frente al control de la natalidad, el divorcio y la diversidad sexual. “Aparte de esas consideraciones, yo creo que este papa es muy distinto a Juan Pablo II y no veo razones para emocionarse con su visita”, dijo una joven bloguera que pidió no ser identificada.

Por su parte, el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, fue impugnado este año por grupos de la oposición descontentos por las características del diálogo sostenido por la jerarquía católica con el presidente Castro en 2010, que logró la excarcelación de 126 presos, según el estimado de la revista católica Palabra Nueva. En un artículo de esa publicación, el vocero del Arzobispado habanero Orlando Márquez, aclaró que en ningún momento se planteó la posibilidad de una mediación “entre las autoridades y sus opositores”.

Al introducir el tema en su informe central al VI Congreso del PCC, Castro dijo que esas excarcelaciones se produjeron «en el marco de un diálogo de respeto mutuo, lealtad y transparencia», con puntos de vista no siempre coincidentes, pero sí constructivos. «Con esta acción hemos favorecido la consolidación del más precioso legado de nuestra historia y del proceso revolucionario: la unidad de la nación», indicó.

Para analistas, plasmar este acercamiento e intercambio en el documento de la próxima Conferencia Nacional refrendó la política a seguir en las relaciones con la Iglesia Católica.

Disidencia interna

Uno de los motivos de discordia que separa a los gobiernos de Cuba y Estados Unidos apunta al respaldo de este último a los grupos opositores de la isla caribeña. Lo que para Washington es un principio democrático, para La Habana constituye un intento de desestabilizar y promover la subversión.

En ese sentido, medios oficiales cubanos aseguran que los fondos de 20 millones de dólares aprobados por Washington a comienzos de agosto están dirigidos a programas que introducen nuevas modalidades y, «sin abandonar su tradicional apoyo a la contrarrevolución», se proponen «expandir su acceso a los más diversos sectores» de la sociedad de la isla.

Si algo caracterizó al 2011, fue el aumento de los intentos disidentes de expresarse en ámbitos públicos y la respuesta de grupos seguidores del gobierno que consideran cualquier manifestación de este tipo como una provocación.

Entre otros momentos clave, destacan:

– Las Damas de Blanco perdieron a su fundadora y más de sus integrantes, Laura Pollán, quien falleció el 14 de octubre en un hospital habanero tras sufrir un paro cardiorespiratorio.

– El 23 de marzo fueron excarcelados de manera anticipada los dos últimos opositores del grupo de los 75 pero estas mujeres decidieron continuar su activismo.

– El gobierno desmintió el 10 de mayo versiones que culpaban a la policía de la muerte de un opositor en Santa Clara.

– La Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, que actúa sin reconocimiento legal, cuestionó en septiembre la situación humanitaria local, en un informe divulgado tres días después de que medios progubernamentales alertaran sobre una nueva campaña mediática contra este país.

– La llegada de una flotilla procedente de Miami que se situó al atardecer del 10 de diciembre 12,5 millas de Cuba para lanzar fuegos artificiales fue considerada por las autoridades una provocación política.

Cuba-Estados Unidos: entre vecinos

Cuba volvió a reiterar en 2011 su voluntad de avanzar hacia una normalización de sus relaciones con Estados Unidos y la apertura de espacios de diálogo, pero la realidad es que, en cinco décadas de conflicto, la emigración sigue siendo el único tema que ha sentado a la mesa de negociaciones a Cuba y Estados Unidos. Bajo el gobierno del demócrata Barack Obama en el país del norte, se reanudaron las conversaciones periódicas en que delegaciones de ambas naciones revisaban la marcha de los acuerdos migratorios de 1994 y 1995.

En apretada síntesis, en las complicadas relaciones bilaterales resaltan los siguientes momentos:

Enero

Delegaciones de Cuba y Estados Unidos se reúnen en La Habana para revisar los acuerdos migratorios. Que se tenga noticia, no hubo nuevas reuniones sobre el tema durante el año.

– Cuba considera positivas, pero «de alcance limitado», nuevas medidas de flexibilización para viajes y envío de remesas de dinero al país desde Estados Unidos aprobadas por el gobierno de Barack Obama.

Agosto

– El Tribunal Supremo Popular de Cuba desestima la impugnación de su sentencia presentada por el ciudadano estadounidense Alan Gross.

Marzo

– Cuba enjuicia y condena a 15 años de cárcel al contratista estadounidense Alan Gross, bajo cargo de atentar «contra la independencia o integridad territorial del Estado».

Visita la Habana, del 28 al 30, el ex presidente estadounidense Jimmy Carter, invitado por Raúl Castro.

Septiembre

– Gobierno y organizaciones sociales de Cuba intensifican una campaña en reclamo de la excarcelación de los cinco agentes de este país presos desde hace 13 años en Estados Unidos, en tanto abogados defensores aseguran disponer de nuevas evidencias que prueban su inocencia.

– Cuba reitera en Naciones Unidas su propuesta a Estados Unidos de dialogar sobre varios temas de interés común.

Julio

– El Tribunal Supremo de Cuba revisa la apelación de Alan Gross.

Octubre

– La resolución de Cuba contra el bloqueo recibe en la Asamblea General de la ONU el voto favorable de 186 países, la oposición de Estados Unidos e Israel y la abstención de Islas Marshall, Micronesia e Islas Palau.

Integración regional

Al concluir 2011 Cuba fortaleció lazos con su región al integrarse activamente a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), un mecanismo de concertación que agrupa a 33 naciones de América Latina y el Caribe.

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