Industria saneará aguas antes de verterlas en la Bahía de La Habana

Se espera que un potente sistema de tratamiento funcione a más tardar a inicios de 2018 en una fábrica de cárnicos.

Las autoridades aspiran a que el puerto de La Habana cobre un perfil turístico, para lo que resulta esencial la limpieza de sus aguas e instalaciones.

Foto: Jorge Luis Baños_IPS

La Habana, 30 ago.- La bahía de La Habana, con niveles de contaminación que apenas ceden, se beneficiará con el montaje de una planta de tratamiento de residuales en una de las pocas industrias del sector alimentario que permanecen en sus márgenes… y que estaría activa en 2018.

Con la idea de sustituir importaciones, la estatal empresa Prodal y el Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria realizaron estudios para producir en el país salchichas, un alimento de alta demanda que hasta ahora se importa de naciones como Canadá y Brasil.

Entre los requerimientos establecidos por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente a la hora de dar el visto bueno a la inversión, estuvo el montaje de un sistema de tratamiento de residuales que sanee las aguas de toda la empresa.

Yaneisy Romero, jefa del grupo de importaciones de Prodal, reconoció que “hasta ahora solamente hacemos recogida de sólidos, esa agua tiene químicos y sólidos en suspensión que no son eliminados. Con la planta, estos serán reducidos y el agua saldrá con calidad “clase A”, por encima de lo que establece la norma cubana”.

De acuerdo con Ernesto Martínez Paneque, uno de los directivos de la entidad, diariamente la indsutria vierte a la rada unos 500 metros cúbicos del líquido con contaminantes.

Para el montaje del equipamiento, ya importado en su totalidad, se requiere primero la colocación de pilotes y la cimentación de una losa, toda vez que el terreno es inestable y limita el montaje.

“Este año corresponde la etapa de construcción y le seguirá la instalación de los equipos. La inversión total se calcula en alrededor de 2,6 millones, de ellos 1,3 millones en equipamiento”, dijo.

De acuerdo con la jefa del grupo de importaciones, el proceso incluye varias filtraciones, que posibilitarán separar hasta 90 por ciento de la grasa y el aceite. Luego, el tratamiento con elementos químicos oxidará los fósforos y, posteriormente, el agua llegará al reactor biológico, donde el aire alimentará la proliferación de las bacterias.

Las labores de saneamiento realizadas hasta ahora en la bahía por autoridades cubanas se concentran en la recogida de sólidos, pero esto no es suficiente según indican los expertos.

“Lo novedoso en esta planta, única de su tipo en el país, es el reactor de membrana que filtra el agua con microporos. Eso garantiza agua de calidad, más limpia de lo que exige la norma cubana, que demanda “clase E” para verter a ese cuerpo de agua”, explicó.

A su juicio, la alta descontaminación de “se hace pensando en las inversiones de reconversión del puerto y la empresa estará a tono con el desarrollo sostenible”.

Una vez en funcionamiento, la planta tendrá capacidad de procesar un pico máximo de 29 metros cúbicos de agua cada hora y unos 500 metros cúbicos diariamente, destacó la jefa del grupo de inversiones.

En la primera etapa, bombearán esa agua a la bahía, pero existe un proyecto futuro de recuperarla y dedicarla al riego de plantas, fregado de equipos y pasillos, donde sus características biológicas y microbiológicas lo permitan, lo que constituiría una importante fuente de ahorro de ese escaso recurso, agregó Romero.

“Prodal siempre se sintió en deuda con el medio ambiente pero necesitábamos un crédito. Las inversiones medioambientales son costosas y los montos no se amortizan con producción, sino con la parte verde que tiene dentro cada persona”, sostuvo.

Según fuentes del Grupo de Trabajo Estatal Bahía Habana (GTE-BH), “se estima una reducción de 70 por ciento de la carga contaminante que aportan las fuentes como resultado de la labor de gestión ambiental del grupo en coordinación con los organismos de la administración central del Estado y otras instituciones”.

Las mejoras se atribuyen también a prácticas de producción más limpias, que tienen en cuenta una disposición adecuada de residuos líquidos y sólidos, además de otras medidas como cierre, traslado y cambio de uso de algunas industrias.

En abril pasado, especialistas del GTE-BH alertaron que pese a discretos avances, los indicadores se mantienen en fase de meseta desde hace dos años, por lo que urgen medidas más drásticas e inversiones, incluidos los sistemas de tratamiento para mejorar la calidad de las aguas que se vierten a la rada habanera.

Hoy están en proceso cinco plantas de tratamiento de residuales para los ríos Luyanó y Martín Pérez. (2017)

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