La Habana, 28 ene.- Cuba será sede del V Congreso Iberoamericano de Programas Universitarios con Mayores, PUMA 2013, convocado para julio próximo por la Universidad de La Habana (UH). Allí se mostrarán los logros y retos del programa educativo cubano para personas de más de 60 años.

En la actualidad, alrededor de 85.000 ancianas y ancianos han egresado de las Aulas o Universidades de Mayores en Cuba, cuyos antecedentes son las llamadas universidades de la tercera edad de otros países y proyectos de ese tipo creados en algunas regiones cubanas, según el número 65 de Antropológicas.

En cada rincón

La experiencia que se extiende a todas las provincias y municipios del país nació con el objetivo de enfrentar el creciente envejecimiento de la población cubana, que para el 2035 podría contar con 3,6 millones de personas en el último período de la vida, según proyecciones de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información.

Según la revista electrónica de la Cátedra de Antropología “Luís Montané” de la Facultad de Biología de la UH, este programa surgió a partir de la creación de la Cátedra Universitaria del Adulto Mayor, el 14 de febrero del 2000, con sede en la Facultad de Psicología de la universidad capitalina, como iniciativa conjunta de esa facultad y las no gubernamentales Central de Trabajadores de Cuba y la Asociación de Pedagogos de Cuba.

La presidenta y fundadora de esa cátedra, Teresa Orosa, explicó a medios locales que rápidamente la idea se diseminó entonces y hoy existen 17 cátedras que dirigen y organizan el funcionamiento de más de 500 aulas en todo el territorio nacional.

La pedagoga explicó que se trata de un proyecto gratuito y muy accesible para las personas de la tercera edad, pues las aulas funcionan en la comunidad, es decir, en escuelas, casas de cultura, áreas de salud y fábricas, entre otros espacios.

Prepararse para la vejez

El Programa Nacional de Educación para Mayores plantea entre sus fines la preparación para el envejecimiento individual y como generación que continúa desarrollándose dentro de la sociedad. A su vez, busca actualizar a las personas longevas en los cambios y novedades tecnológicas, sociales y científicas de este tiempo.

Dicho programa comienza con un curso básico de un año, que incluye varios módulos y uno propedéutico donde se trabajan habilidades para aprender a estudiar con 60 años o más de vida.

Luego se tratan temas relacionados con el medio ambiente, el desarrollo sostenible, la educación por la paz y los derechos humanos, el envejecimiento como parte de los procesos humanos, las transformaciones en la familia y la sexualidad.

Además, se imparten módulos que tratan la salud y la prevención en esa esfera, la seguridad social y la cultura, como concepto amplio que abarca desde la informática hasta las manifestaciones artísticas.

Luego del curso básico, se ofrecen otros de continuidad que profundizan en determinados temas ya abordados y, en ocasiones, pueden vincularse con la comunidad donde radica el aula. Asimismo, muchos estudiantes optan por el curso sobre abuelidad, de un año de duración.

El artículo de Antropológicas, una cortesía además de la Red Latinoamericana y Caribeña de Antropología del Envejecimiento, apuntó que este programa debe estudiar e implementar “estrategias en todos los sectores de la sociedad para dar atención a los elevados niveles de envejecimiento de la población”.

En las regiones de América Latina y el Caribe, Barbados y Uruguay ostentan junto a Cuba los mayores por cientos de su población en la tercera edad, una realidad que plantea nuevos retos a la economía y los sistemas de asistencia social de estas naciones, todas en vías de desarrollo.

Por su impacto en diversas latitudes del planeta, la Organización de Naciones Unidas conmemora desde 1990 el Día Internacional del Adulto Mayor, para concienciar sobre el valor de la prolongación de la vida y la necesidad de fundar sociedades cada vez más integradoras y justas para todas las personas. (2013)