Jorge García: Nadie es perfecto

Jorge nació en La Habana, el 4 de mayo de 1959, en plena efervescencia de la revolución cubana.

Cortesía Marta María Ramírez

Jorge García cuando era niño.

El escenario incluye las primeras medidas del nuevo gobierno, dictadas a favor de los tradicionalmente desposeídos, de las mujeres…, y las amenazas de una inminente invasión militar estadounidense: la explosión del buque francés La Coubre (1960), declaración del carácter socialista de la revolución (1961), alianza con la URSS  y victoria cubana en Bahía de Cochinos (1961), embargo estadounidense y Crisis de los misiles (1962).

Fueron también tiempos de definiciones de la política cultural para hacer frente a otra temidísima invasión: la de las ideas, que devino en férrea vigilancia y persecución del arte, visto desde un supuesto prisma revolucionario para reconocer otros supuestos “diversionismos ideológicos”, provenientes del mundo capitalista, de Estados Unidos.

En 1961, Fidel Castro lanzaba, en el Congreso Nacional de Educación y Cultura, su frase resumen de lo que vendría: “dentro de la revolución, todo; contra la revolución, nada… ¿Cuáles son los derechos de los escritores y de los artistas, revolucionarios o no revolucionarios? Dentro de la revolución: todo; contra la revolución ningún derecho.”.

Su abuela materna, Teresa, le enseñó a vivir intensamente, y su padre, tintorero de oficio y cantante de vocación, lo acercó a la trova cubana de inicios de siglo XX, al bolero, filin y tango. Su amigo imaginario, Sander Pérez, lo acompañó, y un drums fue su juguete más preciado.

En 1967, apenas 2 meses después de su octavo cumpleaños, la trovadora Teresita Fernández presentaba en el recital Teresita y nosotros, al trovador Silvio Rodríguez y un grupo de poetas nucleados por la revista El Caimán Barbudo.

Ese mismo año, se celebraba en Casa de las Américas el Encuentro de la Canción Protesta y el propio Silvio aparecía como conductor de Mientras tanto, un espacio televisivo de 30 minutos, dirigido por Eduardo Moya, que duró poco y dejó huellas.

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