Teatro latinoamericano laureado en los Villanueva

La crítica teatral cubana premió varios títulos de compañías de México, Chile Colombia y Perú, presentadas en el 2016.

Carlos Celdrán, director de Argos Teatro recibe el Premio Villanueva por Diez Millones.

Foto: Tomada de www.atenas.cult.cu/

Todos los fines de diciembre, la sección de Crítica e Investigación de las Artes escénicas en la Unión Nacional de Artistas y Escritores de Cuba (UNEAC) se reúne para premiar los espectáculos nacionales y extranjeros que en los 12 meses anteriores descollaron entre lo presentado en las tablas del país.

A fines de enero, en la ciudad de Matanzas, fueron entregados los premios Villanueva, nombre en recordación a los sucesos que en el siglo XIX tuvieron lugar en el teatro así nombrado[1].

Llama la atención la presencia destacada de América Latina entre lo que recibimos durante 2016 en la capital y otras ciudades del país, algo que no se dejó de reflejar en el resultado de estos premios.

El rico empleo de la polifonía y la mezcla de géneros, en todo sentido, proyectó el grupo peruano Yuyachkani —que acercó también dos monólogos— en Cartas a Chimbote (también fue premiado Confesiones, otra puesta suya). En este caso incorporando textos de uno de sus emblemáticos escritores, el célebre José María Arguedas, quien se suicidó a fines de los sesenta y a quien rinde homenaje mediante esta puesta dirigida por Miguel Rubio Zapata, donde la lectura y representación de epístolas, diarios y fragmentos de la novela póstuma, El zorro de arriba y el zorro de abajo, se resuelve con saludable movimiento escénico y notables actuaciones. Por tales méritos los críticos teatrales cubanos la eligiéramos para uno de los premios Villanueva.

Premios Villanueva 2016

Espectáculos nacionales:

Diez Millones, Argos Teatro. Dirección de Carlos Celdrán.
Los dos príncipes, Teatro de las Estaciones. Dirección de Rubén Darío Salazar.
Superbandaclown, Teatro Tuyo. Dirección de Ernesto Parra.
Éxtasis, Teatro Buendía. Dirección de Flora Lauten.
Guan Melón, Tu Melón, El Ciervo Encantado. Dirección de Nelda Castillo.
Harry Potter, se acabó la magia, Teatro El Público. Dirección de Carlos Díaz.
Baquestribois, Osikán Teatro, Dirección de José Ramón Hernández.
Welcome, DanzAbierta. Coreografía de Susana Pous.
Montañeses, Teatro de los Elementos. Dirección de Oriol González.
Espectáculos extranjeros:
Mendoza, Compañía Los Colochos, México.
Cleanroom, de Juan Domínguez, España.
La vida crónica, Las grandes ciudades bajo la luna, Memorias y Mis niños de escena, espectáculos del Odin Teatret, Dinamarca. Dirección de Eugenio Barba.
Cartas del Chimbote y Confesiones, espectáculos de Yuyachkani, Perú. Dirección de Miguel Rubio.
Otelo, Compañía Viaje Inmóvil, de Chile. Dirección de Jaime Lorca.
Programa Concierto de la Compañía de Martha Graham, Estados Unidos de América.
Gala Ballet Royalty, Estados Unidos de América. Bailarines de diversas compañías internacionales.
Diva, espectáculo de Sofie Krog Teatret, Dinamarca.
Psycho Street-Cut, Dansk Rakkerpak, Dinamarca

Otra puesta imaginativa y sólida, de esas que entablan una absoluta empatía con el público, fue Mendoza, que presentó Teatro Los Colochos, de México, también integrante de la selección gratificada.

El Macbeth shakesperiano, enfundado en los uniformes y las armas de los ejércitos contendientes durante la Revolución Mexicana, en adaptación de Antonio Zúñiga y Juan Carrillo, vuelve a confirmarnos que las pasiones y contradicciones humanas, magistralmente reflejadas por el bardo inglés en su obra, pueden ser contextualizadas en cualquier época y lugar.

Siendo justos, hay una primera parte que demora en encontrar el ritmo, sostenido e indetenible una vez alcanzado y, por tanto, pudiera someterse a cierta poda, pero la agilidad y dinámica escénicas que logran durante el largo periplo, perdona cualquier desaguisado. Los actores accionan una escenografía dúctil y funcional, poblándola de ingeniosas soluciones y variantes que hacen del escenario circular en que devino la sala Tito Junco del Complejo Brecht, un espacio múltiple, variopinto, enriquecido.

El uso de recursos como las máscaras o las bolsas de sangre, y hasta las cervezas Corona, no solo actúan como eficaces agentes dramáticos e incorporan a los espectadores dentro de la diégesis teatral, sino que conectan las viejas realidades en que se enmarca la pieza con ese México violento de nuestros días. Un equipo actoral de primera línea asume personajes que, como se sabe, se enfrentan en una carrera desenfrenada de crímenes, odio, venganza, dolor y muerte, lo cual coloca una vez más a Shakespeare como nuestro indiscutible contemporáneo.

Del dramaturgo y poeta inglés también se nutrió la compañía Viaje inmóvil, de Chile, para otra versión, en este caso de Otelo, el moro de Venecia, también receptora de un premio Villanueva.

Partiendo de una presunta emisión televisiva —que ilustra la masificación del escritor explotando los elementos melodramáticos que se hallan en obras como esta—, Teresita Iacobelli, Christian Ortega y Jaime Lorca, uno de los dos actores que en trabajan en la puesta, reproducen el mundo del matrimonio interracial, arruinado por la envidia y los celos mediante un complejo sistema de máscaras y marionetas que los intérpretes accionan con gran facilidad y destreza, incorporando diversos roles mientras ellos mismo asumen los protagónicos.

Admirable la imaginación que trasuntan las soluciones dramáticas, la manera en que el texto se ensancha con solo una cama y esos rostros y vestidos que se alternan en el cuerpo, las manos y los gestos de los histriones, pero sobre todo, la increíble manera de convertir la dureza del relato en toda una tragicomedia sin que esa cuerda floja tonal haga titubear en momento alguno a los excelentes y capaces actores, Lorca y su compañera, Nicole Espinoza, sobre el escenario.

Y aunque procedente de Dinamarca, sobresale la presencia de nuestra región en las puestas de Odin Teatret, sobre todo en dos de las reconocidas por estos premios cubanos: La vida crónica y Las grandes ciudades bajo la luna, ricos en personajes y situaciones de todo el mundo, sobre todo sus geografías más pobres y afectadas por el hambre y la desigualdad social.

De modo que la excelencia y diversidad del teatro en y sobre América Latina fue un hecho que, según ha privilegiado la crítica escénica, esperamos continúe manifestándose durante este 2017 en los escenarios cubanos. (2017)

Nota:

[1]El teatro Villanueva, instalación de prestigio cultural en La Habana, Cuba, se encontraba ubicado en el área comprendida entre las calles Zulueta, Colón, Morro y Refugio. El 22 de enero de 1869 actuaba una compañía de bufos, la cual ofreció una función a la que asistieron varios simpatizantes del movimiento independentista cubano apenas iniciado cien días atrás en La Demajagua. El objetivo de la función era recaudar fondos para apoyar la causa de los cubanos. Al término de la obra se escucharon en la sala varias exclamaciones como «Viva Céspedes» y «Viva Cuba Libre», las cuales evidenciaron la simpatía por parte de los autores de dichos gritos con la lucha insurrecta. Los integrantes del Cuerpo de Voluntarios, fuerza militar auxiliar del gobierno colonial español, que estaban presentes en los alrededores del teatro, dieron comienzo a un intercambio de balas que se generalizó por toda la ciudad, lo cual ocasionó varios muertos y heridos, seguidos en los días posteriores por varios registros y detenciones. Entre los detenidos se encontraba Rafael María de Mendive, maestro de José Martí.

 

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