Tres fotógrafas iberoamericanas en Casa

El 28 de marzo culmina el Año Fotográfico promovido por Casa de las Américas con la clausura de la exposición colectiva «Del cuerpo y la memoria…»

Beatriz Ruibal

De la serie

La exposición Del cuerpo y la memoria…tres fotógrafas iberoamericanas se exhibe en la Galería Latinoamericana de la habanera Casa de las Américas desde el 27 de enero. Reúne creaciones de Carmen Novo (Brasil), Beatriz Ruibal (España) y Karla Solano (Costa Rica).

La clausura de la muestra, el 28 de marzo próximo, fungirá también como cierre del Año Fotográfico que desde el 2013 promueve la institución cultural cubana.

De la brasileña Carmen Novo se exhibe una muestra de la serie Le petit musée de mon moi-la vie des choses, producida en 2010.

Como su nombre lo indica, la fotógrafa captura recuerdos y preocupaciones cotidianas a través de la «vida de las cosas», de la imagen fragmentada de objetos comunes.

El encuadre desde el cual son presentados esos objetos y los espacios que ocupan, así como el blanco y negro de todas las fotografías de impresión digital, contribuyen a mostrar su valor sentimental más que material.

Son mujeres quienes portan o sostienen las medallas y relicarios fotografiados por Novo. También son femeninas las figuras que aparecen en los espejos de las casas antiguas que ella retrata.

La representación de la mujer y sus espacios cotidianos es sin duda el denominador común de la muestra, que contó con la curaduría de Nahela Hechavarría, y la asistencia de curadoría de Cristina Figueroa.

Madre es el nombre de las instalaciones que Beatriz Ruibal exhibe en esta exposición. Fueron creadas en 2012, a raíz del fallecimiento de su progenitora. Videoarte, fotografía y tejido son algunos de los soportes y materiales empleados por la creadora.

En un texto que preside el espacio ocupado por sus instalaciones, Ruibal explica: «En ese momento, me interesaba el punto final narrativo en la convivencia entre dichas instantáneas, además del autodescubrimiento a partir de los objetos o de los espacios que fuimos».

Según la creadora, su serie «se nutre de la relación entre los conceptos de presencia y ausencia, de pérdida y sobrevivencia, en el marco de la creación actual».

Los objetos cotidianos representan de nuevo a los seres humanos. Así Ruibal retrata un creyón de labios a punto de ser usado, un frasco de pintura de uñas, el picaporte de una habitación que nos descubre a medias.

Lo concibe como «un homenaje entre la vida cotidiana de la mujer y la condición de madre». De las fotografías quedan excluidas las figuras humanas. En su serie son también los objetos los que cuentan la historia de las personas.

La simplicidad de la composición, las cosas del hogar como símbolo de pequeñas historias evocan sin embargo momentos concretos, seguramente mediados por la experiencia de vida de cada receptor o receptora.

Retratos personales llegan en dos breves videoartes reproducidos una y otra vez en varios televisores colgados en las paredes de la Galería.

Tanto fotografías como textos y videos conforman un conjunto que complementa sus sentidos, aunque con vida propia como obras de arte individuales.

Los colores de las instantáneas de Ruibal (con predominio de blanco, rojo y rosa, en tonos muy vivos) contrastan llamativamente con el blanco y negro de sus proyecciones audiovisuales.

Una instalación totalmente diferente cierra la muestra. «Raíces» es la propuesta de la costarricense Karla Solano, que concluye el recorrido propuesto en la Galería Latinoamericana.

La instalación fue concebida en 2013 por su creadora. Como la mayoría de las piezas de Solano tiene como centro un autorretrato impreso en gran formato, solo que esta vez aparece en un ambiente controlado, precedido por una loma de tierra.

La escasa iluminación del espacio obliga a pisar la materia para descubrir los detalles de la imagen. El rostro de la fotógrafa aparece también cubierto de lodo.

Según Nahela Hechavarría, en las palabras del catálogo de la exposición, Raíces «propone una suerte de environment que invoca al espectador a transitar la obra y ser parte de ella». Para la curadora, la artista muestra a «la tierra como matriz y origen».

Hechavarría asegura que «en Raíces la vida y la muerte pudieran ser la misma cosa, solo la esperanza tiene al cuerpo como vehículo».

Lo cierto es que el cuerpo fragmentado que caracteriza a la obra de Solano vuelve a confrontarse en esta instalación. Aunque esta vez solo desde el rostro femenino, que aparece con los ojos cerrados, acaso como analogía de la muerte.

A pesar de que la exposición se centra explícitamente en la creación de «tres fotógrafas iberoamericanas», la geografía deja de ser un contexto trascendental en cuanto uno se adentra en la muestra.

Fundamental parece ser la experiencia de vida de las mujeres como grupos sociales, sus sentimientos y dolores comunes.

Para Hechavarría «De esta forma, desde el cuerpo fragmentado, los objetos (la materia), transitado hacia lo intangible (la memoria), las tres artistas supieron encontrar ese no-lugar, sin tiempo, quizás aún en ciernes, que hace de la fotografía un territorio».

Todo un año

Desde el 26 de abril de 2013 hasta el 28 de marzo de 2014, la Casa de las Américas ha promovido un Año Fotográfico. Su objetivo es divulgar la fotografía latinoamericana y caribeña, principalmente la reunida en la Colección Arte de Nuestra América Haydeé Santamaría.

Una muestra permanente ocupa los diferentes espacios de la institución. En ella se reúnen más de 80 artistas de 19 países como Argentina, México, Brasil y Cuba, entre otros.

La exposición Un esquimal con un zorro blanco que acaba de cazar inauguró el calendario temático. Fue una exposición colectiva de jóvenes artistas chilenos, que permaneció entre abril y julio de 2013 en la Galería Latinoamérica.

Más de cien fotografías y diez videos de veintitrés creadores conformaron aquella muestra.

El 4 de octubre de 2013 fue inaugurada la exposición Los Primeros Padres. Imágenes de la América indígena en el siglo XX para dar continuidad al programa.

Según las palabras del catálogo, escritas por la curadora Cristina Figueroa, se buscaba con esa selección «respetar esa memoria colectiva de nuestros pueblos».

Los Primeros Padres tomó su nombre «de una de las obras medulares escritas sobre las culturas originarias americanas, Nuestros primeros padres (1979), del ensayista e investigador guatemalteco Manuel Galich».

Galich fue subdirector de Casa de las Américas entre 1962 y 1973, y director de su Departamento de Teatro desde 1971 hasta 1984.

La muestra, dedicada a las culturas originarias de América, fue inaugurada durante un homenaje que rindió la institución en octubre al destacado intelectual latinoamericano.

Cada evento trascendental celebrado el último año en Casa de las Américas tuvo una apuesta gráfica.

En coincidencia con la deliberación y entrega del Premio Literario Casa de las Américas, se inauguró precisamente Del cuerpo y la memoria…tres fotógrafas iberoamericanas.

La relación de los seres humanos con la naturaleza, y la mirada íntima a la identidad colectiva fueron algunos de las miradas comunes de las muestras organizadas en el último año en Casa de las Américas.

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