Yamira Muñoz, una bailarina cubana que hoy produce alimentos
La vicepresidenta del proyecto desarrollo local Bacoretto apuesta por un completo cambio de paradigma en la alimentación.
Este producto periodístico forma parte de la cobertura especial Nuevos actores económicos y desarrollo local en Cuba (2023-2025). #DesarrolloLocalParaCrecer |
La Habana, 6 mar.- Con toda una vida como bailarina, coreógrafa y directora artística, Yamira Muñoz apuesta a los 52 años por un emprendimiento familiar que a través de la producción de alimentos sanos busca un cambio de paradigma en la alimentación y la manera en que las personas enfrentan la vida, como una verdadera vía de empoderamiento.
Archivo IPS Cuba comparte fragmentos de la entrevista concedida por la vicepresidenta del proyecto de desarrollo local Bacoretto a nuestro corresponsal Luis Brizuela, sobre las experiencias de esta iniciativa impulsada desde agosto de 2022 en los predios de la finca familiar de unos 800 metros cuadrados.
Inicios desde el trabajo social
Todas las personas de la familia habíamos colaborado antes en proyectos pensados para ayudar a otras personas. Por ejemplo, ya yo tenía un proyecto en el barrio habanero de Los Sitios cuando trabajaba en la Dirección Municipal de Cultura. Ahí hice una especie de proyecto para que los niños se encaminaran a través de la cultura y aprendieran otras cosas. Mi hermano también había estado vinculado a diferentes proyectos comunitarios.
Estábamos sensibilizados con la necesidad de ayudar al resto de las personas, o mirar allí donde hay una dificultad y qué hacer al respecto. Por supuesto, que es imposible cubrirlo todo, tienes que empezar a armar una telaraña e incluir a muchas instituciones, y aun así se te quedan cabos sueltos. Pero siempre se puede hacer algo, mejorar un poco más nuestra calidad de vida.
Vea también el video sobre el proyecto desarrollo local del que participa Yamira Muñoz: Bacoretto, proyecto local cubano de harinas sin gluten |
A partir de ahí es que ha surgido Bacoretto. Iniciar fue adentrarnos en lo que ya nosotros teníamos como un rescate de tradiciones populares que aprendimos de nuestras abuelas y madres. Luego ha sido un proceso de crecimiento personal, espiritual, un proceso de empoderamiento, puesto que con Bacoretto nos hemos tenido que lanzar a investigar y capacitarnos en temas como marketing, dirección, cómo organizarnos en grupo y hacer un proyecto.
Todos estos cursos me han aportado una riqueza espiritual muy grande y empoderamiento. Porque en la medida en que puedas cultivarte en los saberes te vas a empoderando. Es una escalera: investigas y creces y te empoderas, a partir de ahí te vas empoderando y vas amando lo que está alrededor.
Aprender a tratar la tierra
Yo soy vegana y las otras mujeres de la familia son vegetarianas. Teníamos el sueño de un lugarcito donde desarrollar las terapias alternativas y aplicarlas en el proceso de sanación y crecimiento espiritual, acercarnos a la naturaleza y nutrirnos, pero habaneras al fin, no sabíamos nada de la tierra. Entonces, empecé a trabajar en las fincas de aquí cerca y a conversar con los campesinos de la zona.
Los campesinos de aquí me aportaron sus saberes sobre cómo sembrar con las estaciones, con la luna, qué sale de la tierra mejor en una temporada que en otra. Y luego a observar cómo crece, pues la naturaleza te enseña mucho, la tierra te enseña muchísimo y te prepara para la vida. Cuando observas el comportamiento de cada planta y de los animales que habitan en el lugar, aprendes un mundo que en la ciudad no puedes ver. Hecho ese recorrido, empezamos a pensar qué hacer con nuestro pedacito de tierra.
Empoderamiento de mujeres
Desde un inicio siempre pensamos en eso. Sabíamos que el proyecto podía servir para empoderar sobre todo a la mujer campesina, porque fue una de las cosas que sí observamos en el lugar. La mujer en el campo se degrada o se dedica solamente a lo que el hombre diga. Queda relegada a las labores de la casa y el cuidado de los niños, y no puede trabajar en la calle porque le queda muy lejos… Entonces, fue una de las primeras cosas que pensamos. Cómo podemos hacer para que la mujer se empodere primeramente y luego empezarlas a introducir en cursos, capacitarlas, para que su vida se vaya viendo de manera diferente aquí mismo en el campo.
Retos para asumir una alimentación saludable
Lo primero sería tener conciencia de ser autosostenible. Podríamos decir que hay que producir, pero no es necesariamente así. Si produces más, como se ha hecho hasta ahora, estarás produciendo lo mismo, vuelves a usar químicos y la calidad de vida se va al piso, porque estarás contaminando a las personas.
Si no tienes conciencia de cómo trabajar la tierra, de que cuando tú aras la tierra más de tres veces se está yendo toda la materia orgánica y el producto no tendrá todos los nutrientes, pues no hiciste nada, no estás alimentando a nadie, no estás creando nada. Estás creando una competencia tal vez, pero no estás creando calidad de vida, no estás garantizando una alimentación sana.
Hay que empezar por ahí, por la conciencia y eso se crea a pequeña escala. Como estamos haciendo nosotros y como hemos visto a muchos emprendedores, que ya están haciendo lo mismo desde su espacio. Es algo que se va reproduciendo a partir de una pequeña célula. Sabemos que es un proceso, lleva tiempo, pero se puede lograr.
Al final vamos a tener para nosotros y para nuestros hijos y nietos. Toda esa generación que viene puede tener esa alimentación sana que no tuvimos nosotros desde la base. Creo que se trata de cambiar completamente al ser humano, cambiar el paradigma completo. Y ahí es donde realmente te empoderas. (2024)
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