La salida de la crisis financiera cubana

En 2011 los ingresos presupuestarios se beneficiarán por la ampliación del trabajo por cuenta propia.

Jorge Luis Baños - IPS

La tercera parte de la crisis financiera viene dada por la crisis del peso convertible (CUC)

Desde 2008 la economía cubana atraviesa por una crisis financiera. A mitad de año se incumplieron algunos de los compromisos financieros internacionales del gobierno y de las empresas estatales.

A la crisis de deuda externa se le sumó, en 2009, el congelamiento de las cuentas en bancos cubanos de proveedores internacionales e inversionistas extranjeros; desde ese año el sistema bancario se encuentra en una situación de crisis de liquidez sistémica.

La tercera parte de la crisis financiera viene dada por la crisis del peso convertible (CUC), que ha perdido parte de las cualidades que le hacían meritorio del apellido “convertible”. Una de las principales razones por la cual los pagos al exterior desde los bancos cubanos se han detenido es porque las cuentas bancarias en pesos convertibles han perdido la cobertura necesaria en reservas internacionales en el Banco Central.

Causas de la crisis financiera cubana

1. Crisis de balanza de pagos desde 2008, detonada por los tres choques externos: caída de los términos de intercambio; una nefasta temporada de huracanes, que obligó a ejecutar importaciones adicionales de alimentos, así como de insumos para la reparación de viviendas e infraestructura; y la crisis global con sus canales de transmisión hacia la financiación externa y las exportaciones.

2. La eliminación desde 2003 de la caja de conversión (currency board) que controlaba la emisión de pesos convertible (CUC), sin fijarse alguna regla monetaria sustituta. Anteriormente, por cada peso convertible en circulación había un dólar de reserva en el Banco Central, pero al romperse este sistema y no sustituirse por otra regla monetaria, el Banco Central quedó con libertad ilimitada para imprimir dicha moneda. Aunque no son públicos los datos, los hechos muestran que hasta 2009 se había emitido una cantidad de CUC muy por encima de las reservas en divisas requeridas para respaldar su convertibilidad.

3. La recentralización de los recursos financieros desde 2005. Ese año se creó la Cuenta Única del Estado, a donde las empresas están obligadas a remitir sus ganancias, el pago de impuestos y otros aportes en divisas y también en pesos convertibles. La centralización se puede considerar otro factor promotor de la crisis bancaria en la medida que provocó una concentración del riesgo financiero en un único agente económico, en este caso, el gobierno central. No es la primera vez que el gobierno enfrenta una crisis en sus finanzas; la diferencia es que, anteriormente, ello no repercutía con tanto rigor sobre los balances de los bancos, al estar más diversificada la liquidez entre las cuentas corrientes de las diferentes empresas estatales.

4. Otro factor que ha agravado la crisis financiera es la política de tipo de cambio fijo. Una devaluación oportuna y gradual del tipo de cambio del peso convertible hubiese ayudado a restablecer el equilibrio de balanza de pagos. Hubiese servido para generar incentivos a favor de la sustitución de importaciones, el incremento de las exportaciones y hubiese beneficiado la competitividad-precio del turismo. Desde 2005, en que las condiciones macroeconómicas eran muy distintas a las actuales, el tipo de cambio está fijo en 0,92 CUC por 1 USD.

La crisis financiara ha tenido implicaciones negativas sobre el crédito, los flujos de inversión extranjera, las operaciones de comercio exterior (desabastecimiento de productos importados en el mercado interno) y en la confianza internacional en los bancos cubanos. La estabilización financiera de la economía requeriría de un prestamista de última instancia internacional. Esta es una opción que se le dificulta a Cuba,  por no ser miembro de los principales organismos financieros internacionales. Tampoco ha ocurrido un rescate financiero desde sus principales socios económicos, los cuales se han visto afectados también por la crisis global.

En el último año han llegado nuevos créditos, pero vinculados a proyectos específicos de inversión. Ello representa un alivio financiero, pero no podría calificarse como un préstamo de última instancia, dado que no van dirigidos a oxigenar los balances de los bancos comerciales, a organizar pagos de deuda externa, ni a fortalecer las reservas internacionales del Banco Central, si bien pueden contribuir indirectamente en alguna medida.

Ante la ausencia de un prestamista de última instancia internacional, la única opción que ha quedado en las manos del gobierno es la implementación de una rigurosa política de ajuste de los gastos que permita disponer de superávits financieros para, poco a poco, ir regularizando las deudas.

Política de ajuste

En 2008 la brecha fiscal creció hasta 6,7 por ciento del PIB. Desde entonces, el gobierno ha venido reduciendo el desbalance fiscal mediante el recorte de los subsidios a las empresas estatales, la eliminación del apoyo desde el presupuesto estatal a las inversiones empresariales, un duro control del gasto energético, una política de mayor eficiencia del gasto social y la reorganización de las funciones y estructura del aparato institucional estatal y gubernamental. El ajuste fiscal ha sido favorable para el control de la inflación (1,4% en 2010), la recuperación del equilibrio externo y viene contribuyendo a la salida paulatina de la crisis financiera.

En 2009, la política fiscal logró reducir el desbalance desde 6, 7 por ciento hasta 4,8 por ciento del PIB. En 2010 se vuelve a reducir el déficit fiscal hasta 3,8 por ciento del PIB. En 2010 los gastos fiscales disminuyeron en un monto equivalente a 3,1 por ciento del PIB (desde una proporción de 74,8 por ciento bajaron a 71,7 por ciento). Para 2011, la política fiscal se ha propuesto una nueva reducción de los gastos equivalente al cinco por ciento del PIB que permitiría mantener un déficit del 3,8 por ciento. El ajuste de los gastos ha permitido mantener el déficit controlado, pese a la tendencia negativa de los ingresos en 2010 y 2011. (Ver gráfico 1).

 Gráfico 1. Balance fiscal, 2000-2011. (% del PIB)

Fuente: Elaboración propia con datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba.

En 2011, los ingresos presupuestarios se verán beneficiados por las nuevas medidas para ampliar el trabajo por cuenta propia y poner en práctica un nuevo régimen tributario. Por su parte, el control de los gastos se favorecerá con la reducción del empleo estatal y la eliminación del subsidio indefinido al desempleo[1].

El ajuste laboral abarcará inicialmente a unos 45.7000 trabajadores estatales y debe ocurrir durante el primer trimestre de 2011 (inicialmente se anunció que iba a comenzar en octubre de 2010). Se estima que en esta cifra se incluye a unos 150.000 trabajadores de empresas estatales que pasarán a la modalidad de arrendamiento o cooperativas.

El resto quedará desempleado y tendrá que buscar opciones en otros sectores de la economía, ya sea estatal o no estatal. Los desempleados cobrarán el salario básico de un mes; los que acumulen más de nueve años de servicio podrán recibir el 60 por ciento del salario, hasta por cinco meses adicionales, en dependencia de los años trabajados [2]. Un presupuesto de 200 millones de pesos cubanos ha sido destinado en 2011 para brindar ayuda a las familias más afectadas por este programa.

El ajuste fiscal también incluye la eliminación paulatina de la libreta de racionamiento, sistema mediante el cual se asigna mensualmente una canasta de alimentos y otros productos esenciales a todas las familias, a precios muy por debajo de los costos de importación y producción. La política fiscal se ha planteado como objetivo transitar desde un sistema de subsidios a productos hacia uno que subsidie directamente a las familias de menos ingresos.

Como parte este proceso ya habían salido de este sistema la comercialización las papas, el chocolate en polvo y chícharo; a partir de enero de 2011 salieron también de la libreta los productos de higiene y aseo personal (jabón, detergente y pasta dental). Tales artículos pasan a la venta sin racionamiento en las tiendas estatales y con precios muy similares a los que operaban en el mercado negro, en función de mantener el equilibrio entre oferta y demanda, y evitar el desabastecimiento.

Ello, en cambio, tiene un impacto en las familias de bajos ingreso que debería ser cubierto, lo antes posible, por la política social. Hasta el momento, los salarios, jubilaciones y pensiones no se han ajustado para compensar el aumento de precios que representa la salida de estos productos de la libreta. La política social cubana tiene ante sí grandes retos, dado que se enfrenta a un escenario diferente, caracterizado por nuevos grupos vulnerables que surgen del aumento del desempleo y la eliminación del sistema de subsidios generalizados.

El equilibrio fiscal también se empieza a beneficiar de la nueva Ley de Seguridad Social aprobada en 2009. Para paliar los efectos del rápido envejecimiento de la población cubana, se extendió en cinco años la edad de jubilación –pasa a ser 65 años para los hombres y 60 años para las mujeres- y aumentaron los años requeridos de trabajo de 25 a 30. Ello tiende a reducir el impacto negativo del déficit, entre ingresos y egresos asociados a la seguridad social, sobre el presupuesto del Estado.

En el comercio externo también ha habido un ajuste. En 2009 se efectuó una severa disminución de las importaciones en (-37,3%) y gracias a ello se obtuvo un superávit en el comercio externo de bienes y servicios de 2.038 millones de dólares estadounidenses. En 2010 continúa el ajuste de las importaciones, aunque en menor medida que en 2009; las importaciones disminuyeron -3,3por ciento, desde 10.026 millones de dólares hasta 9.694 millones. Ello, unido al crecimiento de las exportaciones hasta 13.624 millones de dólares, permitió que el país volviera a disponer de un superávit en el comercio externo de bienes y servicios. El superávit del comercio externo en 2010 fue superior al de 2009 en 1.892 millones (93%) y es el mayor de toda la década. (Ver gráfico 2).

 Gráfico 2. Balance externo de bienes y servicios (En millones de USD)

Fuente: Elaboración propia con datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba.

Como resultado del ajuste fiscal, la reducción de importaciones y el superávit en el comercio externo, hasta mediados de 2010 se habían logrado pagar dos tercios de las cuentas bancarias congeladas. En su discurso de clausura de la Asamblea Nacional el pasado diciembre, el presidente Raúl Castró aseguró que durante 2011 será descongelada la totalidad del valor de las cuentas bancarias.

Al mismo tiempo,  ratificó “el más firme propósito de honrar puntualmente los compromisos contraídos” y destacó que se habían impartido “instrucciones precisas de no asumir nuevas deudas sin la seguridad de cumplimentar su pago en los plazos pactados.” En la misma sesión de la Asamblea Nacional, el Ministro de Economía expresó que se habían logrado significativos avances en la renegociación de la deuda con los principales acreedores. Precisó que se habían renegociado “más de 2000 millones de dólares de deudas pendientes, desplazándose los pagos, fundamentalmente, para años posteriores al 2015.”

El último dato de deuda externa reportado por el Banco Central de Cuba corresponde al Reporte Económico de 2007, en que registraba un monto de 17.820 millones de dólares; de los cuales 8.199 millones de dólares corresponden a la deuda que no ha sido  objeto  de reestructuración desde 1986; 60,2 por ciento comprende a la deuda oficial perteneciente a acreedores del Club de París. La deuda restante (deuda activa) ascendía a 9.621 millones de dólares, de los cuales 7.480 tenían vencimiento en el mediano y largo plazo. El 51por ciento de la deuda activa era deuda oficial, 21por ciento era deuda con bancos y 28 por ciento correspondía a deuda con proveedores. (Ver tabla 1).

Tabla 1: Deuda externa activa en 2007 (En millones de USD)

Total

corto plazo

medio y largo plazo

Deuda activa total

9.621

2.140

7.480

Deuda oficial

4.903

697

4.206

Deuda con bancos

2.011

817

1.194

Deuda con proveedores

2.707

627

2.080

Fuente: Elaboración propia a partir de Banco Central de Cuba (2008), Economic Report 2007, La Habana.

Según Economist Intelligence Unit [3] y estimaciones promedio de otras fuentes, la deuda externa cubana siguió una tendencia ascendente hasta 2008 (ver gráfico 3). Se estima que el país recibió, por la vía del crédito externo neto, alrededor de 6.000 millones de dólares en el período 2005-2008. En 2009 la deuda externa creció menos, dadas las mayores dificultades del país para acceder al crédito internacional como consecuencia de la crisis global y la propia crisis financiera cubana. En 2010 la deuda externa cubana se estimaba ubicada en alrededor de 22.300 millones de dólares, representando 47,1 por ciento del PIB. Según información de Reuters, la deuda externa contiene 4.000 millones que corresponden a China.[4]

Gráfico 3. Deuda externa total, 2000-2010 (En millones de USD)

Fuente: Estimaciones propias a partir de datos del Banco Central de Cuba y Economist Intelligence Unit.

Aunque no hay información cuantitativa precisa, de manera general se conoce que la evolución de los pagos de deuda externa atrasados marcha a un ritmo mucho más lento que la solución de los impagos bancarios. Hasta el momento no se han podido regularizar completamente los servicios de las deudas del gobierno y empresas estatales con proveedores, bancos internacionales y otros gobiernos.

Asimismo, la convertibilidad del CUC ha seguido limitada por los Certificados de Liquidez (CL). Los CL son asignados por los ministerios, a partir de las disponibilidades de divisas en la Cuenta Única del Estado, e indican los pesos convertibles que pueden ser utilizados para pagos internacionales. Los pesos convertibles sin respaldo en CL sólo sirven para pagos internos. Este nuevo régimen de control de cambio para el peso convertible opera para las empresas e instituciones; para la población y los turistas sí se ha mantenido la convertibilidad total del CUC.

Perspectivas futuras

La lista de 178 actividades es muy reducida y fija las categorías de forma demasiado específica, lo que frena la iniciativa privada. (Jorge Luis Baños - IPS Cuba)A partir de la exitosa política de ajuste y el comienzo de la regularización de los pagos externos, el país empieza a recuperar su solvencia y credibilidad económica, con lo cual empiezan a regresar paulatinamente los créditos externos. Sin embargo, las posibilidades de recuperar la solvencia intertemporal, es decir, tener capacidad futura de regularizar íntegramente los pagos externos, dependerá de las perspectivas de crecimiento económico.

Para el período 2011-2015 las autoridades económicas cubanas están prediciendo un crecimiento promedio del PIB del cinco por ciento. En este objetivo son fundamentales las inversiones planificadas para el quinquenio. El proyecto de mayor importancia es el Polo Petroquímico de Cienfuegos. Este incluye una ampliación de la refinería de Cienfuegos, una modernización del puerto de esta ciudad y el desarrollo de una industria petroquímica. Todo ello se prevé que tenga un impacto significativo en el empleo, en el resto de la industria nacional y en las exportaciones, principalmente hacia la región del Caribe.

En 2011 también debe llegar al país una plataforma especializada para las labores de prospección en la Zona Económica Exclusiva (ZEE)  del Golfo de México, en las que participan una variedad de empresas extranjeras. Resultados positivos en estos esfuerzos permitirían que el Polo Petroquímico utilizara crudo nacional y multiplicando su rentabilidad. Otros planes inversionistas son las refinerías de Matanzas y Santiago de Cuba, el Puerto del Mariel y las inversiones en la Bahía de la Habana que quedaría dedicada casi exclusivamente a actividades de turismo. Además, el país planifica promover entre 2011-2015 inversiones en el desarrollo del ferrocarril, la termoeléctrica del Mariel, en el níquel, en la producción de cemento y en la ampliación de capacidades turísticas.

La ejecución efectiva de todas estas inversiones planificadas dependerá de la capacidad que tenga la economía cubana de seguir superando la crisis financiera y, a partir de ello, poder obtener financiamiento para cumplimentar la importación de bienes de capital e insumos que requieren todos estos proyectos. 

El aumento de la credibilidad económica y de un mejoramiento de las perspectivas futuras tienen como ejemplo el hecho de que Brasil ya ha destinado 300 millones de dólares para la inversión en el puerto del Mariel, y China, la significativa suma de 6.000 millones de dólares para el Polo Petroquímico de Cienfuegos [5]. El éxito de todos estos proyectos también recae en el impacto de las reformas estructurales sobre la eficiencia del sistema empresarial estatal, puesto que serán las empresas estatales, en combinación con la inversión extranjera, las encargadas de hacer operativos los proyectos planificados por el gobierno.

Las perspectivas de crecimiento futuro también tendrán como elemento clave el desarrollo de las Pymes (pequeñas y medianas empresas). Para compensar el ajuste del empleo estatal y crear nuevos puestos de trabajo, el gobierno efectuó una nueva apertura al trabajo por cuenta propia, que posibilita además la creación de microempresas. Dentro de la reforma que emprende el país, plasmada en los Lineamientos para el VI Congreso del PCC, también se manifiesta la intensión de multiplicar las cooperativas fuera de los márgenes de la agricultura, donde ya existían.

La nueva apertura consiste en descongelar un grupo de categorías para cuentapropistas, de las cuales no se efectuaban emisiones hacía años, así como la instauración de un marco regulatorio más flexible [6]. Al mismo tiempo, la extensión de cuentapropistas y microempresarios irá contribuyendo al equilibrio fiscal, a partir de su contribución al presupuesto mediante el impuesto sobre las ventas o los servicios, el impuesto por la utilización de la fuerza de trabajo, la contribución a la seguridad social, una tasa por la radicación de anuncios y propaganda comercial, y el impuesto sobre ingresos personales, que oscila entre 25 y 50 por ciento, según el tipo de actividad.

El gobierno planifica emitir 250.000 nuevas licencias. De octubre a diciembre de 2010 se habían otorgado 75.061 licencias, mientras que 8.342 se hallaban en trámites. Las licencias más demandadas habían sido las de elaboración y venta de alimentos (22%)  y los trabajadores contratados (16%).

Las nuevas flexibilizaciones ciertamente deberán estimular una expansión del sector, sin embargo, subsiste un número de obstáculos para que, efectivamente, se produzca una multiplicación a gran escala de las Pymes en la economía cubana. Algunos de ellos son los siguientes:

1. La lista de 178 actividades es muy reducida y fija las categorías de forma demasiado específica, lo que frena la iniciativa privada.

2. Las actividades permitidas son poco intensivas en conocimiento y no permiten aprovechar la inversión en educación que ha hecho el país por décadas. Tampoco permite la creación de Pymes con posibilidades de integrarse al sector productivo nacional de mayor escala, ni con posibilidades de generar fondos exportables (más allá de los servicios y algunos bienes que le venden al turismo internacional).

3. El estancamiento económico que vive el país es otro de los obstáculos a la creación y la subsistencia de las Pymes. Se necesita de un shock positivo de demanda, que la economía y la política fiscal y monetaria no están en condiciones de propiciar en estos momentos. La ampliación del trabajo por cuenta propia en la década del noventa estuvo impulsada por el shock de demanda que significó la apertura simultánea a las remesas y al turismo. Hoy no existe un impulso similar. No obstante, debe seguirse de cerca la evolución del arribo de turistas que ha mostrado cierta recuperación en los últimos meses, y que pudiera ampliarse con las nuevas flexibilizaciones de la administración Obama en relación con los viajes desde Estados Unidos por motivos académicos, culturales y religiosos. De ser este el caso, el turismo podría ir contribuyendo a expandir la demanda en las nuevas Pymes cubanas.

4. Las restricciones de divisas que tiene el país impiden apoyar el microcrédito y un mercado de insumos mayoristas, tan necesario para el desarrollo de las Pymes. Las nuevas flexibilizaciones le permiten al sector no estatal tener acceso al crédito bancario, pero el sistema financiero tiene problemas de liquidez.

Otras posibilidades de crecimiento futuro provendrían del aumento de la productividad y la eficiencia que debe generar el conjunto de las reformas estructurales propuestas en el Proyecto de Lineamientos para el VI Congreso del PCC, tales como la mayor autonomía a las empresas estatales, el mayor poder a los gobiernos locales, los eventuales cambios en la manera de planificar la economía, las cooperativas de segundo grado y la eliminación de prohibiciones en el comercio (posiblemente incluiría la compra-venta de casas y autos). Para a reforma, es una pieza clave la continuidad de las transformaciones en la agricultura, en especial la desarticulación del monopolio estatal en la comercialización.

A modo de conclusión, se puede resumir que, dado el estancamiento económico que aún vive el país y la ausencia de prestamista internacional de última instancia no es previsible en el corto plazo una regularización total de los pagos externos. Para 2011 la coyuntura macroeconómica podría incluso agudizarse como resultado del pronosticado aumento de los precios de los alimentos en el mercado internacional.

No obstante, sí debe mantenerse la tendencia a la solución paulatina de la crisis financiera en el mediano y largo plazo, apoyada en los superávits en el comercio externo, el ajuste fiscal y los nuevos flujos financieros que podrían ir regresando a Cuba una vez que aumenta la credibilidad financiera del país. El compromiso expreso y real del gobierno con un mejor manejo fiscal y financiero, así como la profundización de reformas estructurales, empiezan a tributar a la credibilidad del país y a la solución gradual de la crisis financiera. La ejecución efectiva de los nuevos proyectos inversionistas, la multiplicación de las Pymes y la implementación del conjunto de las reformas estructurales, le darían el golpe de mate final a la crisis financiera.

Notas:

[1]. Para una valoración más amplia sobre estos temas, ver Carmelo Mesa-Lago: “Convirtiendo el desempleo oculto en visible en Cuba: ¿Podrán emplearse medio millón de trabajadores despedidos?”, en  Espacio Laical, año VI, no. 24, octubre-diciembre, La Habana y Vidal, Pavel y Omar Pérez, 2010; “Entre el ajuste fiscal y los cambios estructurales se extiende el cuentapropismo en Cuba”, en Espacio Laical, año VI, no. 24, octubre-diciembre, La Habana, 2010

[2]. Ver Ministerio de Justicia (2010), Gaceta Oficial de la República de Cuba no 12, 8 de octubre, La Habana

[3]. Economist Intelligence Unit (EIU) (2010), Country Report Cuba, Londres

[4].Reuters (2010), nota de prensa del 23 de diciembre, Marc Frank, La Habana

[5]. Reuters (2010), Nota de Prensa del 22 de noviembre, Esteban Israel, La Habana

[6]. Ver Ministerio de Justicia (2010) para más detalle sobre la lista de trabajos por cuenta propia autorizados y las nuevas regulaciones para el sector

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