Los rebrotes de covid y el inevitable crecimiento de la pobreza y el desempleo marcan el desconfinamiento o la flexibilización de las restricciones en América Latina.
Y esto sucede a mitad del Decenio Internacional para los Afrodescendientes (2015-2024), declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyas propuestas por el reconocimiento, desarrollo y justicia para la población afro apenas han sido escuchadas ni implementadas por los Estados de la región.
De los nueve países que en América Latina y el Caribe aún resulta ilegal las relaciones entre personas del mismo sexo, ocho se encuentran en el área insular, según el último mapa de 2019 de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (Ilga).
La extensión de la experiencia urge sobre todo como preparación para la pospandemia, en un país que importa entre 60 y 80 por ciento de los alimentos que consume.