Desde hace más de seis décadas la economía en Cuba, y en particular el sector agropecuario, reclaman cambios y transformaciones profundas que emanen desde el territorio (Municipio), hasta alcanzar los niveles superiores de dirección.
La importancia económica, social y política de este sector demanda en Cuba su impostergable rescate como variable estratégica para el desarrollo, desde el territorio (municipio-provincia), hasta los niveles macro y externos.
La alimentación se torna cada vez más compleja en el ámbito de la economía cubana y necesita transformaciones profundas y urgentes en el modelo de gestión.
Las potencialidades de la caña de azúcar y del sistema agroindustrial cañero son colosales, pese al grave deterioro económico-productivo que registra en la actualidad.
El conocido proceso de ordenamiento monetario y cambiario ha derivado en resultados y consecuencias no favorables que ameritan un nuevo ordenamiento. Algunas sugerencias.
La alimentación encuentra su expresión más práctica y el inicio de una solución en el ámbito territorial, por ello necesita un modelo de gestión agrícola que parta desde lo local y promueva cambios hacia niveles superiores.