La obtención de resultados que satisfagan las expectativas de la sociedad requiere no sólo de efectividad en los resultados macroeconómicos y el soporte insitucional. La dirección y gestión de los procesos para lograrlos, son también cruciales.
Como parte de un programa antiinflacionario de mayor envergadura, las empresas pueden contribuir a mitigar el proceso. Al hacerlo, podrían abordar asuntos medulares para mejorar su gestión.
No se trata de dinamitarlas a priori ni de preservarlas tal cual. El necesario análisis casuístico de estas entidades requiere también redefinir su rol.
Se iniciará en breve un proceso de análisis de empresas estatales con pérdidas, cuyas implicaciones fueron anunciadas desde 2011. Las circunstancias no permiten postergar más esta opción.
Las empresas estatales de Cuba están urgidas de acometer transformaciones dirigidas a su sostenibilidad interna, considerando además de nuestras realidades, tendencias mundiales en el campo de la gestión empresarial.
Las transformaciones en el entorno general de la empresa estatal son indispensables para su despegue. Pero igual importancia tienen las transformaciones al interior de esta.
Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en Cuba son un paso en la dirección correcta, pero no pueden verse como la solución universal para problemas estructurales y de funcionamiento de la economía.