Artista reconstruye monumento devastado por el último huracán
Se trata de una obra en homenaje a José Martí, Héroe Nacional cubano, realizada por el pintor José Fuster, cuya casa taller en Jaimanitas atrae a numerosos visitantes.

El muro, donde renace el homenaje a José Martí, fue reconstruido contra viento y marea por el pintor y escultor Fuster y su equipo en sólo cuatro meses.
Foto: Archivo IPS Cuba
La Habana, 28 ene.- El muro que el pintor y escultor José Fuster dedicó al prócer cubano José Martí (1853-1895) fue destruido por el huracán Irma, en septiembre pasado. En menos de cinco meses, el artista restituyó el homenaje en la comunidad de Jaimanitas, en la costa oeste capitalina.
“Esta calle estaba llena de piedras, el agua pasaba por aquí y los vecinos estaban aterrados porque el agua entraba a sus casas… muchos perdieron refrigeradores y otros bienes”, recordó Fuster, al pie de la pared reconstruida.
El muro original fue inaugurado por esta fecha del pasado año, a propósito de la celebración, el 28 de enero, del natalicio del Héroe Nacional de Cuba, que fue un inigualable poeta, periodista, ardiente orador y murió en combate contra el colonialismo español.

“El anterior (muro), muy bien facturado, trataba el tema de Martí, su obra para la infancia La edad de oro y su capítulo sobre los juegos tradicionales”, explicó.
“Este de ahora, se hizo un poco apresurado porque queríamos inaugurarlo con motivo del cumpleaños del Maestro”, consideró el artista, quien el residir en Jaimanitas vivió en carne propia los estragos del huracán categoría cinco en la escala Saffir Simpson y que es considerado el mayor formado en el océano Atlántico hasta el momento.
“La nueva versión, que tiene frases como “Contra viento Irmarea”, combina el tema de Irma con el de los juegos nuevos y viejos, invitando a los niños a que no solo usen esos juegos de computadora sino que se dediquen también a jugar los tradicionales, como la suiza, los escondidos, que se jugaban en aquella época”, apuntó.
El proyecto de FusterDe acuerdo con Francis Durán de Ávila, del equipo de trabajo de Fuster, el proyecto ha propiciado la formación de recursos humanos y algunos de los jóvenes capacitados integran hoy la brigada que apoya al artista o han emprendido la creación de iniciativas privadas.Gran importancia, agregó, reviste también la labor de educación ambiental en la cual se implican niñas y niños de la comunidad, con acciones de limpieza de la playa existente en el poblado.“De la basura en las calles se habla mucho, pero se dice poco de la que se acumula en el mar y es preciso que los niños aprendan sobre esos problemas”, aseveró Durán. |
Para la comunidad
La obra de Fuster es muy singular en el panorama de las artes plásticas cubanas. A la par de pintar óleos que se comercializan en disímiles lugares, lleva adelante un proyecto que ha dado una nueva vida al poblado.
Con imaginación y pedazos de lozas multicolores, ha vestido fachadas, alegrado muros y techos. Convirtió su propia casa en lo que se conoce como Fusterlandia, un entramado de figuras, enchapes y cuadros que evocan temas que van desde la identidad hasta la religiosidad.
Esa técnica fue también la empleada en el muro homenaje a Martí, donde hasta los más pequeños pueden reconocer el aro, balde y paleta del poema martiano “Los zapaticos de rosa”.
“Vino al huracán y destrozó todo el homenaje que habíamos hecho a Martí, nos quedamos de pronto con todas las piedras y, encima de todo eso, el país en ruinas. No había materiales, pero en una entrevista, dije que nos proponíamos inaugurar para el cumpleaños de Martí”, explicó.
“Era un atrevimiento, porque estábamos a solo cuatro meses de la fecha… hemos luchado contra viento y marea y contra los malos pronósticos”, dijo.
En medio de la escasez de materiales de construcción, orientados hacia la reconstrucción de las más de 157.000 viviendas afectadas, “llegó la ayuda solidaria cuando no tenía nada para empezar: un amigo francés me regaló cemento, después uno de mis hijos dejó de hacer una obra constructiva en su casa y me dio sus materiales”.
El artista
“Soy un artista cuyo arte se vende en muchos lugares, entonces he decidido, venerando a Martí, con los pobres de la tierra echar mi suerte (`Con los pobre de la tierra, quiero yo mi suerte echar´)”, comentó el artista, quien costea los materiales y las obras que aparecen en cualquier esquina del barrio.
“Vivo en Cuba y antes de ser un hombre rico, he decidido levantar muros, hacer cosas para los niños, las casas y techos de algunos vecinos. El milagro está dado en que uno tiene voluntad y amor para hacer las cosas y luchar”, compartió. (2018)
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