Especialista resalta carácter inclusivo de la trova cubana

Para fomentar esa expresión musical en comunidades del país, se realizaron una campaña y diversas actividades culturales entre septiembre y diciembre.

Entre guitarras y voces el Festival Longina, evento de trova más importante de la isla caribeña, reúne cada año en el Mejunje, en la central ciudad de Santa Clara, lo mejor de la canción trovadoresca. Estudios señalan que la trova cubana abarca ambientes comunitarios, escenarios académicos y públicos, al ser interpretada tanto por profesionales como por aficionados.

Foto: Tomada del Mejunje

La Habana, 28 dic.- Además de la declaratoria de la trova como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, un festival, conciertos, intercambios teóricos y variadas actividades comunitarias distinguieron las celebraciones por el Aniversario 50 del Movimiento de la Nueva Trova en Cuba.

Según destaca Yurien Heredia, del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (Cidmuc) e integrante del equipo multidisciplinario de estudio de la identitaria expresión musical, especialistas y sobre todo personas portadoras “concuerdan en que la trova es un género imprescindible en la vida de cubanas y cubanos desde las primeras guerras independentistas”.

En tal sentido, acota: “La inspiración La Bayamesa, de (Carlos Manuel) Céspedes y (José) Fornaris acompañó a los mambises en el campo de batalla. Además, muchos libertadores en aquel contexto también trovaban”.

Sostiene la investigadora que se cataloga el género como trova tradicional o vieja trova, nueva trova, novísima trova, pero “más allá de las clasificaciones, la mayoría de los hacedores reconocen la existencia de una sola trova, adecuada a los diferentes contextos epocales”.

Además, explica que “se trata de un canto poético acompañado por la guitarra, preferentemente, aunque también se interpreta a capella y acompañada por piano u otro instrumento, siempre que exprese, desde un alto vuelo, situaciones de la vida cotidiana”.

Varios documentos confirman el origen de esta expresión en el oriente cubano, comenta. “De hecho, se habla de los inicios de la canción trovadoresca desde finales del siglo XIX, a la par del desarrollo de las guerras libertarias. Hoy se reconoce el movimiento trovadoresco en todo el país y con rasgos regionales específicos”.

En ese sentido, especifica, se destaca la trova del centro del país –y dentro de ella, la espirituana–.

“De especial raigambre se afirma la santiaguera; mientras en el occidente, Matanzas, La Habana y Pinar el Río suman importantes grupos portadores. Es un amplio proceso expansivo originado fundamentalmente por la migración natural de las poblaciones”, apunta la especialista.

La trova de ellos y ellas

Al decir de Heredia, en cualquiera de sus etapas, la trova “ha tenido una alta connotación social y cuenta con gran implicación de género, desde los propios trovadores o como figuras acompañantes”.

Para enfatizar esta cualidad del género musical, resalta la intervención de varios actores: trovadoras, trovadores, promotoras, promotores, en la actualidad, artistas audiovisuales y personal directivo del sector cultural cubano.

“En esos desempeños se encuentran hombres y mujeres y hoy se aprecia un amplio movimiento de figuras femeninas defendiendo una diversidad de temas que, al escucharlas, no denotan códigos exclusivos de géneros. Todo lo contrario, prevalece un decir inclusivo en torno a preocupaciones sobre el amor, las relaciones generacionales, los vínculos con el contexto, las conexiones identitarias.

Para la estudiosa, existe “una reconocida igualdad, que guarda relación con una marcada herencia, si se tiene en cuenta que entre los grandes nombres de la trova se destacan tanto hombres como mujeres”.

Del mismo modo, comenta la experta, “para la práctica y el disfrute de esta expresión musical no hay diferencias etarias, ni espacios físicos para manifestarse, lo mismo abarca ambientes comunitarios que escenarios académicos y públicos y es interpretada por representantes tanto profesionales como aficionados”.

Justo reconocimiento

A partir de considerar criterios como los expuestos por Heredia, el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural y el Cidmuc conformaron el expediente de candidatura de la trova como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, reconocimiento oficializado el 2 de diciembre.

La noticia se dio a conocer durante la gala de homenaje a la trova en el oriente del país –que formó parte de la clausura de la XXVII edición del Festival Nacional Carlos Puebla in memoriam– celebrado en la ciudad de Manzanillo, en la provincia Granma, donde se oficializó el Movimiento de la Nueva Trova, en 1972.

Hoy la trova cubana figura en la nómina de géneros musicales declarados como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación: el son, el bolero, la rumba, el punto guajiro y las parrandas del centro del país. Los tres últimos, además, constituyen patrimonios inmateriales de la humanidad. (2022)

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