Grupo danzario infantil promueve la cultura popular cubana

Niñas y adolescentes integrantes del proyecto Acontratiempo ayudan a preservar manifestaciones músico-danzarias tradicionales.

El grupo Acontratiempo se presenta con regularidad en espacios comunitarios de la localidad de Alamar, en Habana del Este.

Foto: Cortesía de Yacqueline Betancourt

La Habana, 8 ene.- Acontratiempo, un proyecto danzario infantil,  busca  incidir en la formación cultural y vocacional de infantes como complemento de la enseñanza escolar en la comunidad de Alamar, en La Habana del Este, uno de los 15 municipios de la capital cubana.

Creado en noviembre del 2006 por la instructora de arte Yacqueline Betancourt, esta iniciativa incentiva en niños, niñas y adolescentes la preservación de la cultura popular y tradicional de Cuba.

A partir de su experiencia e iniciativa, surgió la idea de aunar un pequeño grupo de infantes de esa localidad habanera, “para que descubrieran los múltiples atributos de nuestra cultura”, dice la maestra.

Con el paso del tiempo, añade la creadora, decidí ampliar el colectivo “y convertirlo en la familia que es hoy”.

Además, aclara que ese crecimiento se basó en resultados de encuestas que le llevaron a descubrir la necesidad de integrar a niñas y niños “a un conjunto de actividades que les permitieran un desarrollo cultural desde un prisma más integral”.

En la actualidad, el grupo enfoca su quehacer en seguir mostrando su accionar artístico, afirma Betancourt, quien también manifiesta “el deseo de integrantes del proyecto de llevar su propuesta a todo el municipio Habana del Este, en tanto es un territorio donde no abunda este tipo de movimiento artístico y menos, el infantil”.

Por otra parte, apunta, “estamos insistiendo en poder contar con un local de trabajo,

pues el no tenerlo atenta contra la mayor incorporación de niñas y niños interesados en formar parte del grupo”.

No obstante, reconoce que las dificultades y la falta de una sede favorecen “la unión entre las familias, en aras de no cejar en el empeño de ver crecer el proyecto. Las familias se encargan de la búsqueda continua de locales de ensayo, de la limpieza y mantenimiento de estos”.

A su juicio, de ese modo, Acontratiempo “se convierte en una total responsabilidad colectiva”.

Contra estereotipos

A pesar de los esfuerzos de su gestora, hoy la agrupación solo la conforman niñas. En algún momento, de modo transitorio, contó con miembros varones.

“Los niños, al menos en esta localidad, no se identifican con los procesos artísticos, persiste el criterio de que la danza es cosa de niñas; por tanto, nuestra matrícula solo incluye 70 chicas, en las edades comprendidas entre los tres y 13 años”, puntualiza Betancourt.

Para ella, “sin dudas, esta situación constituye un reto que también desde la danza volcamos en nuestro trabajo. En ese sentido, estamos enfrascados en asumir los esfuerzos posibles para revertir este hecho y trabajamos con las familias, demostrándoles como cada hecho cultural puede ser asumido en igualdad de condiciones”.

Según enfatiza, esta es otra de las aristas formativas que sostiene la esencia de Acontratiempo.

El proyecto, refiere su directora, “tiene un valor humano incalculable, pues su primer requisito es fomentar el poder sentirnos como una gran familia. Asimismo, intentamos rescatar valores en las jóvenes generaciones, como el respeto entre todos y todas, el apego a las normas cívicas, los sentimientos de ayuda mutua y solidaridad, el compromiso, la abnegación”, entre otros.

En tal sentido, expone, “resulta muy gratificante cuando les vemos en cada presentación, cómo se destacan por su comportamiento, tanto en su proyección escénica como fuera de escena”.

Rescate de lo tradicional

Acontratiempo pone énfasis, además, en el rescate de la cultura popular y tradicional desde edades tempranas.

“Ciertamente, dentro del sistema de enseñanza primaria, incluso en la secundaria, no es prioritario el conocimiento de nuestros bailes y costumbres más genuinos, por tanto, no devienen temas de interés para niños y niñas. Por eso, nuestro proyecto crea estrategias a través de métodos accesibles que permitan revertir esa situación”, explica Betancourt.

Señala también la experiencia de participar en concursos donde la mayoría de las agrupaciones danzarias se presentan con música internacional, hasta con letras no acordes a las edades de las y los concursantes.

“Nosotros pretendemos rescatar los ritmos genuinamente cubanos y con ellos acumulamos una cantidad importante de lauros”, afirma.

Además de realizar con éxito una gira por Santiago de Cuba, las integrantes de Acontratiempo obtuvieron el gran premio en el Primer Festival de Danza de La Habana, el pasado año.

Las actuales aspiraciones del grupo, expone Betancourt, son presentarse en la ciudad de Matanzas, realizar un video clip con un tema que identifica al proyecto y consolidar la formación humana y artística de sus integrantes. (2023)

Un comentario

  1. Rene

    Un proyecto que verdaderamente ayuda en la incertacion del menor y en la compenetración del actuar familiar tuve la oportunidad de ser una de esos miembros de esa gran familia y gracias a ese proyecto mi niña tuvo cambios muy significativos en su relación interpersonal ya que paso de ser una niña introvertida a ser una persona más expresiva integró el proyecto o formo parte de esa familia desde los 3 añitos hasta los 13 años aproximadamente y le agradezco infinitamente al esfuerzo sobrehumano que hiso la instructora para lograr que funcionará ese proyecto felicidades yaque y para alante que todavía hay talento de barrio saludos

Su dirección email no será publicada. Los campos marcados * son obligatorios.

Normas para comentar:

  • Los comentarios deben estar relacionados con el tema propuesto en el artículo.
  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas de este sitio.