Mujeres artesanas rescatan tradiciones de ciudad patrimonial cubana

La artista de la plástica Yudit Vidal impulsa una iniciativa en Trinidad centrada en la preservación de técnicas artesanales y su inserción en dinámicas más actuales.

El proyecto Entre hilos, alas y pinceles cuenta con premios en coloquios y simposios de la cultura, y ha expuesto sus obras en predios internacionales como el Centro de estudios Cubanos de Nueva York, la sede de Naciones Unidas en esa misma ciudad y también en Bélgica, Holanda y España.

Foto: Tomada de la página en Facebook del proyecto Entre hilos

La Habana, 19 ene.- El proyecto Entre hilos, alas y pinceles, liderado por la artista Yudit Vidal, defiende desde hace siete años el rescate de las tradiciones y esencias del espíritu colonial de Trinidad, importante destino turístico ubicado en la región central de Cuba.

Partiendo del arte de la lencería y la vigencia que tiene esta modalidad en esa ciudad, la creadora seleccionó a un grupo de mujeres que cultivan tal labor para aplicar su trabajo a nuevos soportes y técnicas artísticas, donde las tradiciones textiles tienen un papel fundamental.

Según explicó Vidal, los orígenes de la iniciativa se remontan a 2014, cuando buscaban construir una técnica original y única que representara las tradiciones y esencias de Trinidad para homenajearla en su aniversario 500.

De esa forma nació ¨Bordando tu paisaje¨, una pieza enmarcada en una versión a escala de un aro de bordar de 150 centímetros de diámetro, como alusión a una vista de esa ciudad espirituana. Cada ventana del paisaje fue elaborada con técnicas del deshilado a mano, como el punto “la trinitaria”.

En la actualidad, el proyecto agrupa a alrededor de 20 artesanas de Trinidad, quienes tienen edades comprendidas desde los 34 hasta los 74 años, conocedoras de diferentes profesiones y oficios y que encuentran en la iniciativa de artesanía y artes plásticas un espacio que las une.

Fusiones

En Trinidad se logró mantener viva una tradición ancestral y Entre hilos, alas y pinceles es también una forma de rendir homenaje a una labor anónima durante años y que resulta el sustento y la principal fuente económica de varias familias, apuntó Vidal.

Las obras, dijo, son resultado de la fusión entre la colaboración artesanal y las artes plásticas, y se hacen notables en ellas los aportes a muchas técnicas ya existentes, lo cual adiciona un nuevo valor estético y un cambio de contexto.

Por su factura y diseño, las piezas pasan a ser de un objeto utilitario a una obra de arte en sí misma para ser apreciada no en una mesa o como ajuar de vestir, sino en otros universos artísticos como las galerías de arte, los museos, entre otros, señaló la creadora.

“En situaciones difíciles, siempre nos la ingeniamos para salir adelante. El reciclaje es una manera muy útil a la hora de confeccionar una obra que requiere elementos tridimensionales. También contamos con el apoyo de amistades e instituciones que hacen donativos, y aun así a veces es difícil la confección cuando el hilo se acaba y la tela se encoge”, agregó.

De acuerdo con Vidal, licenciada en Artes Plásticas, desde las personas más jóvenes hasta las de más experiencia dan muestras de una gran dedicación y aplican las técnicas del deshilado y bordado a los pliegues, muebles, paisajes y demás figuras,

El proyecto ofrece igualmente cursos y talleres a visitantes nacionales y foráneos, en tanto potencia el trabajo comunitario –en especial dirigido a las nuevas generaciones– con el fin de preservar la tradición artesanal del hilo y la aguja e incentivar el estudio de la historia misma, símbolo del patrimonio intangible de la ciudad y la nación, subrayó la artista.

Iniciativa de unidad y amor

A juicio de Vidal, se pueden lograr cosas maravillosas si se interactúa con voluntad de cambio y amor al arte, pero, por encima de todo ello, con espíritu de luz, unión y paz.

“El proyecto es una gran familia y cada idea y obra nueva es como una fuerza que nos contagia y nos lleva a colaborar, a pensar en la manera ideal para terminar el trabajo con éxito, esa es la clave, la emoción del proceso creativo”, aseguró.

Además, valoró, “en el trayecto se interactúa con el prójimo y se le ayuda, se le educa con arte, todo esto enfocados en dejar un legado para las nuevas generaciones y añadir un eslabón más para la historia de la preservación de las tradiciones en Trinidad”.

Para la creadora, el trabajo es una obra en colectivo, donde no prima un nombre en particular y los logros no son solo para el disfrute y el currículo personal, lo más importante es hacer valer y dar visibilidad a la cultura tradicional de la ciudad.

Cuando se realiza una exposición, ya sea nacional o internacional, se habla y se presenta como una iniciativa que legitima las labores de la aguja a través de las artes visuales, idea original y única de Trinidad para el mundo, recalcó.

De hecho, precisó, sus logros artísticos fueron las bases fundamentales para que fuera incluido en los avales que le otorgaron a Trinidad los títulos de Ciudad Creativa por el Consejo Mundial de Artesanías, en 2018, y Ciudad Creativa por la Unesco, en 2019.

Uno de los objetivos principales de Entre hilos, alas y pinceles es precisamente contribuir al rescate, el estudio y la preservación de los puntos tradicionales. “Cada obra aplica a nuevos soportes los puntos y patrones que antes solo eran utilizados en confecciones para uso utilitario como manteles, tapetes, ajuares del vestir”, resaltó la artista.

A juicio de Vidal, las manualidades constituyen un atractivo cultural y turístico, a la vez que mantiene la unidad del gremio de artesanas como patrimonio cultural de Trinidad. (2022)

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