La Habana, 13 ago.- Ideado de modo especial para el público infantil, el programa Fede TV, una de las propuestas de la televisión cubana este verano, favorece el aprendizaje de lengua de señas cubana y el rescate de los juegos tradicionales, el amor y respeto hacia familiares, amistades y mascotas y el cuidado de la naturaleza.

Asegura Maikel Chávez, escritor, guionista y director general del espacio, que cada emisión busca enseñar a los públicos una nueva seña, desde una puesta en pantalla atractiva y novedosa.

“De esa manera, se muestra un proyecto inclusivo que pretende establecer un puente comunicativo entre el programa y sus televidentes para demostrar que no existen barreras para comunicarnos”, explica.

Las emisiones de 27 minutos, en la mañana del domingo, por el canal Cubavisión, tienen como antecedente el proyecto Cuentos para Federico, que surgió a partir de las experiencias acumuladas con el personaje Federico Maldemar, creado por Chávez.

Ese proyecto tiene hoy varios espacios en el teatro y la radio, también cuenta con expresiones en la literatura y el cine de animación, gracias a sugerencias recibidas por asistentes a la Peña de Federico, con sede habitual en el cine La Rampa, de La Habana.

La peña se realiza en colaboración con el equipo de Animaseñas, perteneciente a la productora Animados, del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), que prioriza la inclusión de lengua de señas y subtítulos en obras audiovisuales de factura nacional.

Televisión inclusiva

Nueve capítulos conforman la primera temporada de Fede TV durante la etapa estival. Al respecto, Chávez destaca que si bien el público meta son las niñas y los niños, resulta de gran interés extender la mirada a la familia, de ahí que se traten las relaciones interpersonales, intrafamiliares y con el entorno.

Por otra parte, el creador del personaje de Federico enfatiza como “la novedad del programa” el poder contar con Massiel Suárez y Rayma Fanego (invitada en algunos capítulos), intérpretes de lengua de señas cubanas que acompañan a los personajes Federico y Pipo Pipo en las escenas dramatizadas.

“Constituye una excelente propuesta para demostrar que, si queremos realmente una sociedad más inclusiva, es oportuno que tomemos la iniciativa de romper barreras comunicativas y aprendamos que existe esta lengua de señas cubana, la lengua materna de personas sordas que también son parte de nuestro día a día”, resalta Chávez.

Al respecto, comenta el artista: “Gracias a mi vínculo con Animaseñas he podido estar más cerca de niñas y niños con discapacidad auditiva, he visitado sus escuelas y los hemos llevado a los Estudios de Animación del Icaic. Verlos sonreír felices porque son tomados en cuenta me ha removido el alma y, de cierta manera, me ha hecho replantearme muchas cosas en mi carrera”.

Estrechar lazos

Además, expone: “como dramaturgo siempre he mantenido la premisa de que trabajar para la infancia obligatoriamente te lleva a lanzar miradas a los adultos acompañantes, convirtiéndose así en una suerte de puente comunicativo entre la obra y sus públicos. Aquello que no sabe el niño, se lo preguntará indefectiblemente al adulto”.

En tal sentido, enfatiza: “Las dinámicas de creación deben estar encaminadas a ambos destinatarios y a crear puentes comunicativos”.

De igual modo, valora cómo en la confluencia de los proyectos Cuentos para Federico y Animaseñas se logra “compartir con los diferentes públicos, a partir de hacerlos crecer desde el amor”.

Según apunta, las interacciones con asistentes a la peña y las opiniones sobre el espacio televisivo los llevan a replantearse procesos creativos para estructurar el espectáculo en función de satisfacer las exigencias de la infancia y la familia.

Para el autor de la obra teatral Vida y milagro de Federico Maldemar, ese personaje enseña “que todo sueño puede materializarse, solo depende de uno, de los deseos de llevarlo a ese punto, y es lo que acompaña a este muy joven proyecto televisivo que tanto deseamos pueda permanecer más allá del verano”. (2023)