Proyecto audiovisual estimula el periodismo ciudadano en Cuba

La TV Serrana, donde comenzaron los video-cartas, proyecta el conocimiento y uso de los medios audiovisuales con fines sociales, educativos y de promoción cultural.

La TV Serrana ha realizado video-cartas con otros países latinoamericanos como Guatemala, México, Perú, Ecuador, Nicaragua y Colombia.

Foto: Archivo IPS Cuba

La Habana, 1 ago.- Más comunidades deberían potenciar el video-carta, un género propio del periodismo ciudadano que desde hace más de dos décadas impulsa la Televisión Serrana para mejorar la comunicación y preservar la cultura de las montañas del oriente cubano.

Esta recomendación es del realizador Daniel Diez, en su artículo “El video-carta, mi experiencia de periodismo alternativo en la TV Serrana”, publicado en el No. 12 (ene-abr/2017) de Alcance, Revista Cubana de Información y Comunicación.

Diez es precisamente fundador y director de la TV Serrana, una institución sin fines de lucro afiliada al estatal Instituto Cubano de Radio y Televisión desde su fundación el 15 de enero de 1993.

Fue concebida para reflejar y defender la identidad, los valores y la cultura de los habitantes de la Sierra Maestra, la mayor cordillera del país, que se ubica a 770 kilómetros al suroeste de La Habana.

De acuerdo con el periodista y documentalista, el video-carta surgió hace más de dos décadas como proyecto de comunicación audiovisual en San Pablo de Yao de la Sierra Maestra, “para saber elementos de la vida de estas comunidades, que son conocidas solamente a través de alguna pequeña información, pero no tratadas con suficiente profundidad”.

Recordó que, durante una Cruzada Audiovisual, una de las iniciativas emblemáticas de la TV Serrana, en el municipio pesquero de Pilón, se le ocurrió pedir a los niños que contaran a los pequeños de San Pablo de Yao cómo era su vida, sus juegos y en qué trabajaban sus padres y madres.

“Intuimos que podía ser muy hermoso pues los niños de San Pablo de Yao viven en la sierra, muchos de ellos nunca habían visto el mar y por ello no se habían bañado en una playa”, relató.

Se realizó una simple edición del video. Y los niños serranos se mostraron muy felices de ver otra realidad de su misma provincia, de una vida que no conocían.

Como respuesta, contestaron con otro video donde contaron de sus juegos, flora, fauna, la cosecha del café, estudios en la escuela y de los ríos. El material fue proyectado en la plaza central de Pilón y significó un hecho cultural importante para niños y pobladores.

“Realmente este primer video-carta nos mostró una alternativa de periodismo que no es frecuente en las pantallas de la televisión nacional”, sostuvo Diez.

La experiencia fue compartida luego en varios encuentros con realizadores de audiovisuales comunitarios en Escocia, el Amazonas brasileño, Chile y Bolivia.

Los video-cartas son una alternativa de comunicación. En la medida en que los niños hablan y cuentan sus historias o cómo y en qué trabajan sus padres, cómo son sus juegos y cantos, muestran elementos de su cultura, enfatizó.

Reflexionó que en las películas o en las informaciones de prensa siempre se habla de Londres, París, Tokio, Nueva York, “pero casi nadie habla de Cochabamba y mucho menos de un pueblecito donde viven indígenas o campesinos”.

“Nadie menciona eso, no existimos para ellos. De este otro modo, los niños conocen a otros niños que viven en otra parte del mundo y, comunicándose entre sí, enseñan y aprenden”, indicó.

Por ello, argumentó, en Cuba “podríamos ser más conscientes de las posibilidades que nos daría el mayor uso de esta alternativa de periodismo ciudadano. Vivimos en la misma nación, pero no sabemos casi nada del resto del país, incluida la capital, pues seguimos reforzando estereotipos que desdibujan a la gente verdadera”.

Si bien todos los cubanos hablan el español, las voces con que se nombran cosas y objetos, plantas o frutas, resultan a veces diferentes para cada región. Y en las comunidades campesinas se comparten realidades diferentes a las de las ciudades.

Es infinita la cantidad de historias a tratar en cada video-carta y pueden ser transmitidas en las televisoras locales e incluso nacionales si se privilegian espacios para eso, apuntó el creador.

Añadió que dichos audiovisuales se convierten en estímulo para las personas de espacios olvidados, los ayuda a reconocerse en su justo lugar como integrantes de esa gran comunidad llamada nación, de manera que el conocimiento de las comunidades sea mayor y desde un enfoque inclusivo.

“Esta forma de periodismo participativo puede relacionarse con las nuevas plataformas tecnológicas de hoy, que permitan llevar a otros las realidades de sus comunidades, así como las experiencias individuales desarrolladas en todos los ámbitos de la vida y contribuir a enfrentar la hegemonía de los poderosos medios que nos obligan a ver solo una parte del mundo”, concluye Diez. (2017)

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