La Habana, 17 abr.- Los desafíos y prioridades de la economía cubana, en medio de insuficiente liquidez debido a la pandemia y la contracción de algunas de las principales fuentes de ingresos, ocupan parte de la agenda del VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba, donde Raúl Castro dejará su cargo de Primer Secretario.

Al intervenir en la jornada inaugural para dar lectura al informe central, Castro confirmó su retiro del cargo partidista, que ocupa desde 2011, y dijo estar satisfecho de entregar la dirección del país a dirigentes preparados y comprometidos “con la ética, los valores y la cultura de la nación, sabedores de que representan la continuidad de la Revolución”.

A su vez, se refirió a “la meditada convicción de no aceptar propuestas para mantenerme en los órganos superiores de la organización partidista, en cuyas filas continuaré militando como un combatiente revolucionario”.

El Congreso, convocado en diciembre de 2020, discute en tres comisiones temáticas relacionadas con la política de cuadros, el trabajo del partido y los resultados económicos de la nación.

A 60 años de la declaración por Fidel Castro del carácter socialista de la Revolución cubana y en presencia del presidente, Miguel Díaz-Canel, al presentar el informe central, Raúl Castro dedicó una parte importante de su intervención a cruciales asuntos de la realidad económica del país.

 

La base de todo

La economía cubana, consideró, ha demostrado una gran capacidad de resistencia frente al bloqueo estadounidense, manteniendo servicios como la educación, la salud y la seguridad social, a la vez que reconoció que persisten manifestaciones de burocracia, deficiente control de los recursos e ineficiencias.

Además, reconoció, “no han dejado de estar presentes problemas estructurales del modelo económico que no proporcionan incentivos para el trabajo y la innovación”.

Para transformar ese panorama, “se impone imprimir mayor dinamismo al proceso de actualización del modelo económico y social de modo que propicie una adecuada combinación del carácter centralizado de la planificación con la autonomía y descentralización necesarias en las instancias intermedias y de base del sistema empresarial y de los gobiernos locales”, señaló.

De acuerdo con Castro, el sistema empresarial estatal tiene que afianzar su posición como la forma dominante en la economía.

Es ineludible provocar un estremecimiento de las estructuras empresariales desde arriba hacia abajo, “que destierre definitivamente la inercia, el conformismo, la falta de iniciativas y la cómoda espera por instrucciones desde los niveles superiores”, puntualizó.

A la vez, llamó a defender la producción nacional, desterrar la mentalidad importadora, potenciar el ahorro como reserva de la economía e incentivar la inversión extranjera suprimiendo dilaciones y potenciando la capacitación.

Entre las pautas a seguir se encuentran consolidar el proceso inversionista con integralidad, sin chapucerías e improvisación; potenciar la productividad y la eficiencia en el sector estatal en los principales sectores económicos.

La ampliación, flexibilización e institucionalización de las formas de gestión no estatales, reflexionó, fue acogida con beneplácito por la población, no así por quienes sueñan con la privatización.

Igualmente, indicó que algunos reclaman el ejercicio privado de algunas profesiones y abogan por la importación comercial privada para establecer un sistema no estatal de comercio, “cuestiones que no pueden generar confusión y mucho menos a la ingenuidad por parte de los cuadros de dirección y los militantes del partido”.

A su juicio, parecería que el afán de egoísmo inicia el proceso de desmontaje del socialismo, que destruiría los sistemas de salud y educación, gratuitos y universales.

“Hay límites que no podemos rebasar, porque la consecuencias serían irreversibles y conduciría a errores estratégicos y la destrucción misma del socialismo”, advirtió.

Al respecto, alertó que no puede perderse la esencia que sustenta el proyecto socialista ni olvidar que la propiedad de todo el pueblo sobre los medios de producción es la base del poder real de los trabajadores y que las decisiones de la economía no pueden afectar los ideales de justicia e igualdad y mucho menos la equidad.

Sobre la tarea ordenamiento, se refirió a su alta complejidad y consideró que debe permitir ordenar y transparentar la economía, incentivar el empleo y continuar su aplicación hasta “obtener los resultados económicos y productivos para alcanzar un socialismo próspero y sostenible”.

Más allá de la economía

Debido a las restricciones por la covid-19, a la cita partidista, asisten apenas 300 delegados en representación de los 58.000 núcleos que agrupan a más de 700.000 militantes de la organización, cuyo decrecimiento registrado desde 2006 se detuvo.

“El partido debe concentrarse en sus obligaciones y no debe inmiscuirse en lo que no le corresponde, como asuntos del estado o de las instituciones del gobierno”, dijo Castro.

Sobre la política de cuadros, se considera que persisten debilidades y que hay una débil intencionalidad para mejorar la composición de la cantera de cuadros, en cuanto a mujeres, negros y mulatos.

Al dar lectura al informe, señaló que se mantiene la batalla contra prejuicios y todo tipo de discriminación, se actualizó la política de atención a instituciones religiosas y organizaciones fraternales y aseguró que continúa el apoyo a la Federación de Mujeres Cubana en la defensa de los derechos femeninos y que se impulsarán acciones contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género.

En el plano internacional, entre otros asuntos, se reiteró la disposición a dialogar con el gobierno de Estados Unidos, sin renunciar a los principios ni hacer concesiones. (2021).