Emprendimientos creativos se abren paso en Cuba

Negocios privados con poco tiempo de vida tuvieron una oportunidad de capacitación en el primer taller de Creación y desarrollo de nuevas formas de gestión no estatal.

El taller de chapistería y pintura está enclavado en un barrio las proximidades de la Plaza de la Revolución.

Foto: IPS_Cuba

La Habana, 17 jul.- El taller de chapistería Entimbalao, en el barrio habanero La Timba, arregla los autos de sus clientes y mejora el entorno de su comunidad. Y la diseñadora de ropa Marié Álvarez defiende con sus creaciones las confecciones cubanas, la libertad y la diversidad.

Esos son dos de los negocios que participaron en el I Taller Creación y desarrollo de nuevas formas de gestión no estatal, realizado durante junio y julio en el Centro Histórico de la capital cubana, gracias al trabajo conjunto del Plan Maestro de la Oficina del Historiador de la ciudad (OHCH) y la Universidad de La Habana (UH).

Para impulsar desde la academia el emprendimiento y el desarrollo local, el taller invitó a varios negocios de distintos sitios de la ciudad, para tener una visión más amplia al respecto, explicó Ariam Mayor, especialista del Grupo Investigación, Desarrollo e Innovación del Plan Maestro.

El taller se hizo realidad gracias a la Red de Emprendimiento e Innovación, apoyada por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude) en el marco del proyecto Gestión participativa local en la rehabilitación del Centro Histórico de La Habana Vieja (GEPAC, Fase II), destacó Mayor, también integrante de la red, que reúne a profesores de diferentes especialidades de la UH.

“Tratamos que los emprendimientos no tuvieran más de dos años de vida, puesto que los contenidos que se iban a dar en el curso eran para ayudar a crecer a los negocios”, dijo.

A su juicio, son iniciativas bastante diferentes en cuanto a su propuesta de valor y que de una forma u otra se integran a lo que se está reconociendo en Cuba como economía creativa o negocios que se acercan a industrias culturales.

“Fue bueno hacerlo en el Centro Histórico por la experiencia que tiene en coordinar alianzas entre el sector público y el no estatal, de manera que tengan mayor sinergia, capacidad de escalar y tributar a los objetivos de la sociedad”, dijo el profesor Luis del Castillo, de la Facultad de Economía.

Ayudar a crecer

La iniciativa formativa incluyó tres módulos: Quiero emprender mi propio negocio, Quiero encontrar mi propio camino y Quiero ser exitoso, para transitar desde la idea del proyecto hasta la elaboración de un plan de negocios, dijo Mayor.

Aunque Marié Álvarez, creadora de la marca de ropa Marié, había asistido con anterioridad al curso CubaEmprende del Arzobispado de La Habana, el taller le resultó beneficioso para su negocio que, por falta de local, se promueve y comercializa desde las redes sociales en Internet.

“Ha sido muy productivo. Los contenidos han servido para refrescar y consolidar cosas que ya tenía. Es importante venir y darte cuenta de lo que tienes aprendido o incorporado está correcto, además de recibir estructuras de planes de negocios para reencaminar o restructurar de una manera más ordenada lo que ahora hago”, dijo.

Para Shalía Sánchez, de 25 años y enfrascada en crear una futura consultoría de negocios, “mucho se le agradece a este tipo de curso porque toda la metodología que ha utilizado para guiar a nuevos emprendedores es también un poco lo que hacemos nosotros, pero que viene desde un punto de vista institucional y académico”.

Desde la experiencia gastronómica, en Los Pocitos, municipio de Marianao, la emprendedora Deborah Vázquez refiere que el taller le ha dado herramientas para contribuir a mejorar el café Oddara, que es conocido por impulsar el proyecto de desarrollo barrial Akokán.

De las conferencias, encuentros con especialistas sobre temas como contabilidad, diseño y tributos, entre otros, y trabajos en grupo, se benefició también la diseñadora gráfica Katy Ocaña, quien empieza a plantearse en serio la viabilidad de convertir en emprendimiento su hobby de hacer accesorios.

Arianne Andueza, del taller Entimbalao, indicó que, además de los conocimientos, el taller les permitió hacer alianzas o conocer cuántas más pueden hacer para lograr un proyecto de desarrollo local, que es algo difícil de conseguir en solitario.

De acuerdo con Mario Ferrer, del proyecto de marketing digital Mario Marketing, uno de los saldos más importantes del encuentro fueron las nuevas relaciones con otros emprendedores y las alianzas que podrán beneficiar a todos.

Según Mayor, “definitivamente habrá una segunda vez, quizás en el Plan Maestro o en algún gobierno municipal que se brinde para abrirle las puertas a la capacitación. Además, hacen falta periodos de formación más cortos, que aborden asuntos vitales para emprendedores, por ejemplo, temas de la contabilidad”. (2019)

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