Proyecto cubano de cosmética natural funciona sin importaciones
Como otros emprendimientos de cosmética natural, el PDL Delavida logra que la mayoría de sus materias primas sean cubanas.

Desde la pandemia de la covid surgen en Cuba los emprendimientos de cosmética natural, impulsados sobre todo por mujeres que priorizan el uso de materias primas nacionales.
Foto: Jorge Luis Baños/ IPS
Este producto periodístico forma parte de la cobertura especial Nuevos actores económicos y desarrollo local en Cuba (2023-2025). #DesarrolloLocalParaCrecer |
La Habana, 19 abr.– “Las plantas, aceites y todo lo que necesitemos de la tierra han sido mucho más fácil de adquirir porque estamos en el centro de Cuba, una posición estratégica para buscar materias primas en oriente u occidente”, resalta Yunet Pérez, una de las fundadoras del Proyecto de Desarrollo Local (PDL) Delavida.
Destaca como “un tremendo beneficio” encontrarse fuera de La Habana, específicamente en el municipio de Morón, a unos 420 kilómetros de la capital, en la provincia central de Ciego de Ávila.
“Hasta hoy no hemos importado materias primas (utilizan más de 60 tipos) ¿Cómo lo hacemos? A veces, ni yo misma lo entiendo. Simplemente estamos las 24 horas del día buscando (proveedores nacionales)”, asegura Pérez, que antes era guía turística.

Hoy, con 37 personas empleadas –más de la mitad mujeres–, puntos de ventas, capacidades productivas y alianzas comerciales con trabajadores por cuenta propia y empresas estatales y privadas en distintos territorios, cuesta imaginar que este negocio creció completamente autofinanciado, a partir de la venta de jabones en la casa de Pérez, los fines de semana.
Entre la creciente comunidad de emprendimientos dedicados a la cosmética natural artesanal en Cuba, que priorizan el empleo de ingredientes autóctonos, accesibles en el mercado nacional, este PDL se distingue de otros porque cuenta con redes de distribución de más de 30 productos.
Las cubanas en la cosmética natural Diversas mujeres lideran emprendimientos de cosmética natural en Cuba, lo que parece ser un espacio dominado por ellas:
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Llega en la actualidad a La Habana, Cienfuegos, Villa Clara, Ciego de Ávila, Camagüey y Las Tunas. Antes vendía además en Pinar del Río, Sancti Spíritus y Santiago de Cuba.
Proyecto en expansión
“La idea del proyecto Delavida surgió en 2020, cuando enfrenté dificultades para conseguir productos de aseo durante la pandemia de la covid. Decidí crear mis propios jabones y productos para lavar”, explica Pérez, quien para ello buscó cursos en línea.
Comenzó a procesar aceite de coco y encontró otros ingredientes necesarios. Estudiaba y experimentaba, hasta que finalmente logró producir los primeros jabones artesanales. “Después, vinieron pruebas y desafíos legales para poder comercializarlos”, cuenta.
En 2021, la emprendedora certificó los productos que entonces elaboraba: jabones, cremas, bálsamos y ungüentos. En octubre de ese año, obtuvo los documentos necesarios para comenzar a vender legalmente con licencia de trabajador por cuenta propia.
Abrió la primera tienda en mayo de 2022, en un local de la calle principal de Morón. “A partir de ahí, todo comenzó a crecer”, dice.
Pronto estableció una segunda tienda en su localidad y otras en la ciudad de Ciego de Ávila y el municipio Pina, de dicha provincia. A través de terceras personas, empezó a comercializar los productos Delavida en La Habana y Santa Clara. Luego, en más territorios.
“Tenemos precios minoristas y mayoristas. Hemos tratado de mantenernos con un comercializador por provincia, que sea bastante respetuoso para que el producto no termine en manos de la población a un costo abusivo”, afirma la avileña.
A finales de 2022, ante la necesidad de expandir su fuerza laboral y tras una oferta del gobierno municipal, el emprendimiento se volvió oficialmente un PDL.
“Fue la vía más factible para crecer que tuvimos entonces. Para un proyecto sin mucho capital de inversión, que esté empezando, hay más opciones siendo PDL que mipyme. Los impuestos son mucho más bajos”, explica Pérez.
No obstante, anuncia, ella y Yarimil Herrera, cofundador de Delavida, en la actualidad valoran la opción de convertirse en empresa.
Producción y sinergias
“El proceso de fabricación es particularmente laborioso y requiere la atención meticulosa en cada paso, desde la preparación de la mezcla hasta el moldeado, la corrección de detalles, el secado y el etiquetado. Cada etapa demanda tiempo y precisión”, puntualiza Pérez.
A pesar de ser totalmente manufacturada, la producción mensual alcanza volúmenes entre 10 000 y 15 000 pastillas de jabón, sin contar el resto de su cartera de productos, siempre con materias primas naturales y autóctonas.
“Los beneficios de la cosmética natural son muchos. Los productos se hacen con extremo cuidado, en pequeños lotes que se prueban, testean y se mandan a laboratorios. Cada uno está certificado por el estatal Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología”, acota la emprendedora.

Amanda Tamayo, una de las titulares de Inspira, el emprendimiento que maneja casi toda la comunicación y el diseño de imagen del proyecto de cosmética natural, señala que, a diferencia de otras marcas que se centran en un nicho de mercado compuesto por mujeres jóvenes, Delavida tiene un público muy diverso, gracias a su amplio volumen de producción, el cual incluye productos del hogar y de limpieza.
De acuerdo con Pérez, “las expectativas son seguir creciendo. Incluso estamos mandando a certificar algunos productos que todavía no salen al mercado. También pretendemos llegar a todos los lugares de Cuba”. (2024)
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