Taller en capital cubana amplía saberes sobre cooperativismo
En un encuentro en el Centro Loyola Reina, de La Habana, talleristas reconocieron el desconocimiento generalizado sobre el tema en Cuba.
La Habana, 24 may.- ¿Qué se sabe del cooperativismo en Cuba? ¿Se sabe? ¿Qué son las cooperativas de consumidores? A estas y otras interrogantes se dedicó el Segundo Taller sobre economía social y solidaria, que tuvo como sede el Centro Loyola Reina, en La Habana.
El espacio, una colaboración de IncubaEmpresas, Equipo de Investigación del Centro Loyola y el proyecto Co-Emprende, se centró en dar elementos esenciales para conocer acerca de los diferentes tipos de cooperativas: de trabajadores, productores y consumidores, a partir de diversas experiencias internacionales y nacionales.
En su convocatoria se señaló que “esta forma de hacer economía, organizando de manera asociada y #cooperativa la producción, distribución, circulación y consumo de bienes y servicios, resulta una alternativa para las #clasesendesventaja”.
Impartida por Irán Morejón, la iniciativa abordó tópicos como las cooperativas de trabajadores como organizaciones que, sobre la base del esfuerzo propio y la ayuda mutua, proveen de trabajo a sus asociados en forma equitativa, procurando su desarrollo integral, tanto económico, como asistencial, educativo, profesional y social.
El conferencista aclaró las diferencias: si bien en las de productores, los medios pertenecen a cada asociado o empresa por separado, en la de trabajadores, el patrimonio pertenece al colectivo.
Entre los ejemplos se refirió a la cooperativa de trabajadores mexicana Pascual, con más de medio siglo de funcionamiento en la industria de refrescos y bebidas de frutas, más de 4.000 personas empleadas, nueve marcas registradas y 30 sucursales.
Morejón también mencionó una cooperativa agrícola de Japón integrada por mujeres; el gran número de ellas existente en Estados Unidos, una de segundo grado que opera una refinería de petróleo, un hospital de Barcelona gestionado por una cooperativa y otra, en Alemania, que emplea su capital en proyectos medioambientales.
Cuba también, apenas
En la isla, hasta 2013 solo existían cooperativas vinculadas al sector agropecuario. A partir de ese momento, de modo experimental, surgieron algunas Cooperativas No Agropecuarias (CNA).
Una de las nacidas entonces fue la de construcción Servicio de Andamios y Cofres Sancof, de Matanzas, que agrupa a 254 personas. Sus ingresos sobrepasan los 200 millones de pesos, de ellos, más de 80.000 destinados a obras sociales.
Esa CNA, según sus redes sociales, proyecta, planifica y ejecuta obras con gran participación en el sector de la salud. Medios locales destacan su labor en la reparación del puente Canímar, en la Carretera Central, que une a Matanzas y Limonar, cerrado hace tiempo por no garantizar la seguridad vial.
Otra experiencia cubana citada por Morejón fue La Esperanza, de Fomento, Santi Spíritus, dedicada a la producción en plástico de muebles, perfiles, tuberías hidráulicas y sanitarias, la primera que participó, en 2019, en la Feria Internacional de La Habana, la mayor bolsa comercial del país.
Entre las modalidades que existen en Cuba se encuentran las de trabajadores, por ejemplo, Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Amistad Cuba-México, la de productoras y productores, Cooperativa de Créditos y Servicios Frank País, que agrupa a 407 personas y 1.080 hectáreas de patrimonio.
En el caso de las cooperativas de consumidores, no aprobadas en la nación caribeña, sus integrantes se unen para adquirir bienes o servicios de forma colectiva, con el objetivo de satisfacer una necesidad común, en las mejores condiciones de calidad y costo.
Una curiosidad del ecosistema cubano de formas de gestión no estatal es que la cifra de micro, pequeñas y medianas empresas privadas aumenta desde septiembre de 2021 hasta acercarse a las 8.000, mientras que las cooperativas quedan en desventaja, con apenas 68, según cálculos no oficiales pues, en enero, el Ministerio de Economía y Planificación decidió no publicar los datos acumulados.
Reflexiones
En el intercambio, talleristas se refirieron a la cooperativización en el campo cubano, donde se construyeron edificios y se reubicaron a familias campesinas dispersas, algo que se considera una de las causas del actual despoblamiento rural y la escasez de fuerza de trabajo.
Asimismo se abordó el desconocimiento generalizado del cooperativismo y sus siete principios básicos: membresía voluntaria, control democrático de los miembros, participación económica, autonomía e independencia; educación, formación e información y cooperación entre cooperativas.
El Centro Loyola Reina es un espacio donde se tienden puentes y se buscan nuevas formas de diálogo y colaboración. Acoge iniciativas como InCubaEmpresas, diseñada para el acompañamiento a la comunidad emprendedora cubana.
En la institución se desarrollan acciones formativas sobre diferentes temas, entre ellos, marketing digital, marcas, así como talleres con la infancia y la población adulta mayor. (2023)
Un comentario
jose
Muy buen tema, en mi opinión particular pienso que en el caso de Cuba, un país bloqueado, amenazado y atenazado por el gobierno norteamericano, es mas viable, sin negar la participación de las mipymes en la economía la estimulación de la creación de cooperativas, este tipo de organización económica es más factible en nuestras condiciones actuales y en una economía socialista como la nuestra, donde se evita la concentración de riqueza y capital en manos privadas como sucede con las mypimes. Este es un tema que debe ser más debatido para buscar mayor conocimiento y estimulando más la creación de cooperativas