Turismo de salud con credenciales para la recuperación poscovid en Cuba

La industria turística cubana oferta, de hecho, programas y servicios médicos relacionados con el bienestar y la calidad de vida.

Pacientes venezolanos reciben atención fisioterapéutica a través del programa de cooperación médica entre Venezuela y Cuba, en el Centro Internacional de Salud La Pradera, en La Habana. El país cuenta con instalaciones médicas de renombre para la prestación de servicios médicos.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

LA HABANA, 18 mar 2021 (IPS) – Potenciar el turismo de servicios médicos constituye una ventana de oportunidades para Cuba en la etapa pospandemia que, además de ingresos para reactivar la economía, acrecentaría el prestigio de su industria biofarmacéutica y personal sanitario.

La crisis económica por la covid-19, el desigual acceso de los países a las vacunas y la incertidumbre con respecto a las variantes del coronavirus pronostican una lenta recuperación de la industria turística global.

Pero este país insular caribeño pudiera despertar el interés como destino seguro mediante una oferta que incluya, entre otros servicios, la vacunación contra el virus Sars Cov-2, causante de la enfermedad, y quizás tratamientos alternativos.

Desarrollado desde la década de los 80, el polo biotecnológico cubano diseñó cinco candidatos de vacuna contra la covid, los cuales transitan por diferentes fases de estudio.

De demostrarse su eficacia y seguridad, los antígenos permitirían inmunizar a los 11,2 millones de residentes en la isla este año, aseguran autoridades sanitarias.

Asimismo, en viajeros internacionales que llegan a la isla y sus contactos se ha evaluado el Nasalferón -versión nasal del Interferón alfa 2-b-, un innovador fármaco también de factura nacional que según funcionarios del sistema de Salud Pública ha demostrado una alta efectividad preventiva ante el contagio.

“La economía internacional se encuentra en una etapa crítica de desaceleración que implica mucho desempleo y afectaciones a los potenciales visitantes; el flujo de turistas a Cuba podría volver a cierta normalidad en no menos de dos años”, explicó a IPS el economista Omar Everleny Pérez Villanueva.

A tono con el desplome de la actividad turística global, en 2020 arribaron a Cuba 1 085 920 turistas internacionales, apenas 25,4 por ciento de los registrados en 2019, confirmó la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).

La llamada industria sin chimeneas es uno de los puntales de la economía cubana que en 2016 y 2017 dejó más de 3 000 millones de dólares en ingresos, según estadísticas oficiales.

Con una caída de 11 por ciento del producto interno bruto (PIB) el año pasado, el gobierno insiste en diversificar producciones y utilizar recursos propios para obtener divisas, mientras ha exhortado a diversificar los paquetes turísticos, más allá del tradicional segmento de sol y playa.

“Turistas con seguros médicos pudieran atenderse en Cuba; resultaría una posibilidad para que latinoamericanos o de otras regiones vengan a pasear y, en paralelo, inmunizarse contra la pandemia”, argumentó Pérez.

Modernos equipos empleados en las sesiones de fisioterapia para el tratamiento pacientes que reciben atención médica, en el Centro Internacional de Salud La Pradera, en La Habana. La industria turística cubana oferta programas y servicios médicos relacionados con el bienestar y la calidad de vida.

Turismo y salud

La industria turística cubana oferta, de hecho, programas y servicios médicos relacionados con el bienestar y la calidad de vida.

Por su parte, la Empresa Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos S.A. propone el acceso a alrededor de 150 procederes terapéuticos relacionados con el tratamiento de adicciones, enfermedades como la retinosis pigmentaria y el vitíligo, al igual que de patologías ortopédicas, reumatológicas o neurológicas.

Desde 2011, Cuba reorganizó sus servicios de salud como parte del proceso de actualización de su modelo económico y social que, entre otras proyecciones, exhorta a desarrollar los servicios médicos y de salud, y ampliar los mercados para su exportación.

El 10 de marzo, la embajada cubana en Italia desmintió la información sobre un presunto paquete turístico que prometía la vacunación en un hospital de La Habana con Soberana 02, el candidato anti Sars Cov-2 con más prometedores resultados que transita por la fase tres, y última, de ensayos clínicos desde el 8 de marzo.

La misión diplomática dijo que, hasta la fecha, no existe ninguna oferta turística para ciudadanos italianos o de otros países que incluya la aplicación de los referidos prospectos, si bien no cerró las puertas a tal posibilidad más adelante.

En enero, al compartir detalles sobre las perspectivas de Soberana 02, directivos del sector biofarmecéutico indicaron que tras la inmunización de la población cubana, el fármaco podría servir para que turistas vinieran a la isla a recibir las dosis, u ofertarlas a otras naciones.

De momento se desconoce el costo para comercialización de la Soberana 02. Solo ha trascendido que Cuba podría fabricar este año hasta 100 millones de dosis de sus vacunas, que necesitan doble aplicación.

Según expertos, el compuesto cubano pudiera elevar la respuesta inmune por encima del 95 por ciento, pero se subraya que nada será concluyente hasta las pruebas finales.

La tercera fase de ensayos clínicos va a complementarse con el envío de 100 000 dosis de Soberana 02 a Irán para su estudio, a partir de acuerdos firmados en enero con el Instituto Pasteur de ese pais. De avalarse su eficacia, la nación persa avanzaría en la producción masiva del fármaco, confirmaron autoridades de Salud iraníes.

Exterior de la Clínica Central Internacional Cira García, ubicada en el municipio de Playa, en La Habana. Cuba dispone de clínicas internacionales para la atención de visitantes extranjeros en varias de las 15 provincias del país.

A principios de marzo, Vicente Vérez, director general del Instituto Finlay de Vacunas, en La Habana, declaró a la radio peruana Exitosa que la tercera fase de ensayos clínicos de Soberana 02 demoraría unos tres meses y para julio podría comenzar la inmunización masiva de la población cubana.

Por su parte Óscar Ugarte, ministro de Salud de la nación andina, aseguró al mismo medio que el Estado peruano seguía de cerca el desarrollo de los prospectos de vacunas de la isla.

“Sabemos la calidad de los productos que Cuba realiza en cuanto a medicamentos y vacunas… Perú está abierto a todas las negociaciones para garantizar la cantidad de vacunas necesarias para nuestra población”, subrayó.

El 20 de enero, durante una rueda de prensa en La Habana, el propio Vérez explicó que Vietnam, Irán, Venezuela, Pakistán e India mostraron interés por Soberana 02, y que investigadores cubanos trabajaban con homólogos de Italia y Canadá para verificar el impacto de los antígenos en personas convalecientes de la enfermedad y en riesgo de una reinfección.

Potencialidades

La comercialización de vacunas podría reportar ingresos significativos para un país pequeño como Cuba que apostó al desarrollo de fármacos propios, debido a la falta de liquidez para adquirir millones de dosis con grandes farmacéuticas.

Asimismo, resultaría una oportunidad para naciones del Sur en desarrollo que hoy marchan en franca desventaja frente a las desarrolladas que acaparan la mayoría de los lotes vacunas para contrarrestar la pandemia, algo criticado por Naciones Unidas.

Dos grúas sobresalen en la construcción de un hotel de cinco estrellas con 42 plantas y 154 metros de altura en el barrio del Vedado, que será el más alto de su tipo en La Habana. Cuba adelanta estrategias para diversificar las ofertas turísticas, más allá de los demandados paquetes de sol y playa, mientras el gobierno exhorta a expandir otros segmentos como el de naturaleza, patrimonial y el de salud.

“La primera ventaja de Cuba es el alto reconocimiento internacional de sus médicos e investigadores del área de la salud, quienes han trabajado en difíciles condiciones en el mundo y en diferentes pandemias”, manifestó Pérez al ser preguntado sobre el potencial de los servicios de salud en la reactivación económica.

El país posee unos 100 000 profesionales de la medicina, 85 000 de la enfermería y casi 60 000 técnicos, muchos de los cuales ayudaron a enfrentar el ébola en Sierra Leona, Guinea Conakry y Liberia en 2014 y 2015, por solicitud del entonces secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y la ex directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan.

Asimismo, cerca de 55 brigadas médicas de la isla cooperaron en decenas de naciones para lidiar con la actual pandemia de covid.

Además, señaló Pérez, “el país cuenta con instalaciones de renombre como el Centro Internacional de Salud La Pradera en La Habana y clínicas internacionales en varias de las 15 provincias del país, amén de su experiencia exitosa en la curación de víctimas del desastre nuclear de Chernóbil”.

Durante más de dos décadas, más de 26 000 niñas, niños y adolescentes ucranianos fueron asistidos en Tarará, en el oeste de la capital cubana, como parte de un programa de asistencia médica a las víctimas de la hecatombe de 1986.

Cuba dispone de una industria biofarmacéutica que produce ocho de las 11 vacunas del programa de inmunización, medicamentos e insumos de alto valor agregado para satisfacer parte de las necesidades de su sistema de salud pública, universal y gratuito.

Sobresalen vacunas terapéuticas como la CIMAvax-EGF para el tratamiento del cáncer de pulmón, y fármacos como el Heberprot-P, para las úlceras del pie diabético en estados avanzados, con ostensibles mejoras en la calidad de vida de las y los pacientes, muestran estudios clínicos.

En 2018, el Grupo Empresarial Biocubafarma, que concentra a más de una treintena de empresas asociadas a unas 15 instituciones de investigaciones biotecnológicas y de ingeniería genética, obtuvo ingresos de 315 millones de dólares, según informes de la propia entidad.

Otros expertos consultados por IPS coinciden en que renglones económicos tradicionales como el azúcar, el níquel, el ron y los tabacos, no parecen estar en condiciones de aportar grandes dividendos en el corto o mediano plazo, de acuerdo con las perspectivas de los mercados y precios mundiales.

Tanto la industria turística, desarrollada desde inicios de los años 1990, como la exportación de servicios profesionales -entre ellos los médicos-, son junto con las remesas las principales fuentes de ingreso de la economía cubana.

En 2018, la prestación de servicios profesionales generó ingresos por 6400 millones de dólares, de acuerdo con la ONEI, que no desagrega el porcentaje correspondiente a las ventas de vacunas, medicamentos o servicios médicos.

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