Daniela Muñoz Barroso: producir y dirigir para un estudio sin título
La joven realizadora estará presente con Mafifa en la sección Luminous del Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam (IDFA), entre el 17 y 28 de noviembre próximos.
Daniela Muñoz Barroso no solo dirige, sino que es uno de los nombres detrás de la productora Estudio ST, la cual este año ha ido colocando sus materiales audiovisuales en el circuito de festivales internacionales. Así, Tundra (José Luis Aparicio) y El rodeo (Carlos Melián) aparecen en las selecciones oficiales de eventos como Curta Cinema y el Festival de Cine de Rotterdam, respectivamente.
Sobre Mafifa y los retos de producir en estos tiempos, la directora y productora, conversó con Altercine.
Según la sinopsis Mafifa es una película que comienza observacional y se vuelve personal. ¿Cómo fue este proceso?
Natural, orgánico, muy simple. En una conversación con Carlos Melián, mi amigo y compañero en la creación, empezamos a preguntarnos por qué yo estaba buscando a Mafifa, de dónde provenía la curiosidad hacia este personaje, qué movía realmente mi viaje. Una noche nos percatamos de que encontrar esa respuesta era una premisa mucho más interesante, sobre todo más sincera; luego intentamos llevar eso a la estructura de la película.
Mafifa es una mujer que desafía estereotipos: ella es parte de la música que le da vida a la conga. ¿Es este uno de los problemas que enfrenta como personaje o es solo un detalle dentro de la trama?
Si respondo bien esta pregunta, siento que estaría haciendo spoiler (Ríe). Mafifa solo tocaba la campana, no bailaba en la conga. Eso es lo que la hace incluso más interesante. Los tocadores de conga suelen ser hombres, aunque ya ahora se ven mujeres de vez en cuando, pero solo en la campana.
Dirección y producción son un matrimonio mientras dure el interminable proceso de una película”.
Si Mafifa tocó pensando en desafiar estereotipos, nunca lo sabremos. Mi sensación es que fue una mujer que hizo lo que le dio la gana cuando le dio la gana, sin pensarlo mucho. De esa misma forma queda estampado en la película. Como dices, es un detalle de la trama que tendrá importancia para quien desee dársela.
Estudio ST: aprendiendo sobre la marcha
Como productora-fundadora de Estudio ST, tienes varios materiales en festivales importantes. ¿Cómo trabaja la productora este tema de la distribución?
Sinceramente, es algo que estamos aprendiendo sobre la marcha. Es un terreno inmenso y desconocido, sobre todo para quienes vivimos en Cuba. La táctica ha sido disparar y avanzar, confiar en nuestros proyectos, cuidarlos. Por suerte existen profesionales como Claudia Calviño en Cuba, Boris Prieto en Francia, o Ivonne Cotorruelo en Estados Unidos, que siempre tienen un minuto para nosotras, vaya, una linterna en ese camino tan incierto que es la distribución.
Quisiera decirte que las películas encuentran su propio rumbo, que al ser auténticas tendrán puerto seguro, pero no hay nada más distante de la verdad.
¿Es Daniela una “productora creativa”, involucrada en decisiones estéticas y dramatúrgicas, o es solo de buscar patrocinios y racionalizar?
Para mí está implícita la palabra “creativa” dentro de lo que significa ser productora. Es lo único que realmente me interesa de producir. ¡Ah! y esa magia de ver una idea materializarse.
Dirección y producción son un matrimonio mientras dure el interminable proceso de una película, y después, o nos quedamos casados para toda la vida o hay un divorcio inmediato, jajaja. Pero casi todas las decisiones van de conjunto, aunque yo soy partidaria de que la última palabra sea del director, (sin embargo, haré todo lo posible por convencerlo de lo que yo pienso).
En vez de parar, hacer crowdfunding
Recientemente para el cortometraje Tundra organizaron un crowfounding (micromecenazgo) ¿Puedes comentar sobre este proceso?
Los principales culpables de eso son José Luis Aparicio, Leila Montero y Gabriel Alemán, director, productora y fotógrafo respectivamente. Hay un día en que uno sabe que tiene que filmar, que no puede demorarlo más o algo inmenso se va a perder. Cuando llega ese punto, y no quieres desaparecer todos los detalles que hacen auténtico tu guion, entonces es hora de hacer crowdfunding. Yo creo que Jose lo entendió de esa forma. Tanto en El Secadero como en Tundra se hizo crowdfunding, es un aprendizaje heredado de Molina: la película siempre puede hacerse. Y en Tundra eso lo volvimos a vivir: miles de obstáculos, necesidades y trabas, plena pandemia de covid, y el corto se hizo, porque teníamos detrás un equipo técnico maravilloso que confiaba en el proyecto y unos actores de lujo encantados con sus personajes (2021).
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