Blogs: entre la nación y la emigración

Aunque Cuba debiera ser una, la que sume adentro y afuera, muchas bitácoras recuentan el impacto del goteo migratorio…

Foto: Jorge Luis Baños, IPS-Cuba

Tres comunicadores, blogueros, jóvenes cubanos, abordan en sus respectivos espacios el tema de la emigración, con frases como “todo el mundo se va”, “mis amigos se van de Cuba” o la simple y ancestral necesidad de un hijo que añora a su padre emigrado.

“El alma cubana es por esencia aventurera e inmigrante. Una nación de emigrantes que emigran. Nuestros primeros padres cruzaron el Caribe de isla en isla. Los pueblos precolombinos, los primeros balseros, llegaron a Cuba en sucesivas oleadas a lo largo de miles de años. Después africanos y europeos; los primeros a la fuerza, los segundos forzados por un orden feudal-eclesiástico que no daba espacio y luz de progreso a una inmensa población campesina. Desde la canoa caribeña, el barco negrero, el buque de vapor, hasta el almendrón con un motor adaptado fuera de borda”, así explica Salvador Salazar en su blog el recurrente tema de forjarse un futuro fuera de los límites geográficos de Cuba.

En tanto, Carlos Manuel Álvarez escribe una “Carta al padre que emigra”, en la que conversa con su “Viejo”: “desde que partiste he seguido comiendo en la calle. Lo que aparezca. Sigo maltratándome físicamente, pero ya no tengo a quién llamar para decirle que me vaya preparando algo, que estoy en su casa sobre las siete o las ocho, y luego no aparecer. Ahora tengo hambre de tu presencia. Yo me estaba alimentando más de lo que imaginábamos, viejo, y no lo sabíamos. Carestía de tu voz. Escasez de tu silencio y de tus pasos”.

Carlos describe sintéticamente a Cuba para su padre: “cada vez menos física, cada vez más una línea fraguada, el blanco a través del diamante. Cuba, huyendo de sí, buscando refugio; vestigio al acecho”.

En OnCuba los comentarios a la misiva muestran un dolor compartido a través de los caracteres fríos en una pantalla, Michel comenta que le sacó las lágrimas. “Tenía la imagen de mi padre o mis padres presente en cada párrafo leído”.

Yanet Romero aprovecha para contar que ella fue quien emigró hace muchos años y sabe que todavía tiene un plato de comida y a su madre esperando a cualquier hora.

Sus amigos se van de Cuba y Alejandro Ulloa lo describe en una entrada de su blog Esquinas. “El primer síntoma apareció hace mucho tiempo con un poco de decepción, de desánimo, nada grave, apenas un pensamiento efímero y al parpadear de nuevo, ni rastro”.

Ulloa narra sentimentalmente cómo, uno a uno, sus amigos se van. “Lían la mayor cantidad de recuerdos, fotos, direcciones, rostros y se los echan a las espaldas para emprender el camino. El camino es su única cura posible”.

“Pero llevan a Cuba en todos sus poros. Porque ‘el amor, madre, a la patria’ no es una raíz que te ancla a la tierra, sino un par de alas que saben volar, y regresar, porque siempre mueren por regresar”, concluye el periodista.

Yudith Lopez Ramos le comenta que “casi todos los que nos fuimos, no estamos totalmente ausentes. No todos los que pusimos mar por medio dejamos que las luces de ´allá´ no nos dejen ver las de Cuba. Esas cuatro letras siempre estarán, porque aun cuando soñemos y luchemos otra ciudadanía (por causas ampliamente discutibles), en cualquier lugar del mundo sufrimos, batallamos y muchas veces triunfamos por ser cubanos”.

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