Cuba aguarda por la primera movida antiinflacionaria

Las autoridades comenzaron a hablar del Programa de Estabilización Macroeconómica el año pasado, pero todavía no han hecho la primera jugada en un tablero socioeconómico sujeto a fuertes presiones.

El ministro de Economía, Alejandro Gil, adelantó ante el Parlamento que el Programa de Estabilización Macroeconómica era uno de los objetivos principales del presente año.

Foto: Tomada de la ACN

El gobierno cubano ha declarado que tiene la inflación en la mirilla este año, junto al resto de los desequilibrios macroeconómicos que ahogan a la economía nacional. De las medidas que cocinan, las autoridades han anticipado poco a poco líneas generales que dejan entrever la intención de reordenar la actividad fiscal y probables ajustes en la política de precios

Ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, definió en diciembre la estabilización macroeconómica como uno de los objetivos principales del 2023, bajo el criterio de que constituye un paso preliminar imprescindible para aspirar a crecimientos económicos sólidos.

El organismo rector de la economía defiende esa idea bajo el criterio de que es necesario reequilibrar el entorno monetario, financiero y fiscal para devolverle funcionalidad al peso cubano y poder adquisitivo a los salarios y pensiones y conseguir, entonces, una reactivación de la actividad comercial y productiva del país.

Con el producto interno bruto (PIB) que se propone el Plan Nacional de la Economía este año -crecimiento en el entorno del 3 por ciento se mantiene todavía por debajo de los estándares que necesita el país para recuperar los niveles previos a la pandemia.

El Programa de Estabilización Macroeconómica sería una reacción más coherente que las intentadas hasta el momento, frente a la inflación que castiga al consumo y la economía desde hace un par de años.

Los precios se han disparado y el comercio minorista experimenta una crisis de abastecimiento por la semiparalización económica que acompañó a la pandemia, unido a las influencias de la inflación internacional. Los enredos monetarios y fiscales se derivaron también de las reformas salarial y monetaria que el gobierno aplicó sin éxito a partir del 2021, en un contexto adverso desde muchos puntos de vista.

Al incremento de liquidez en manos de la población coincidió con una contracción severa de la oferta en tiendas y comercios como consecuencia de la crisis que acompañó a la pandemia.

De acuerdo con mediciones parciales de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), la inflación creció el año pasado en un 29 por ciento y un 40 por ciento desde que comenzó la Tarea Ordenamiento en enero de 2021.

Tras admitir que la inflación es uno de los problemas más complejos para una economía, el economista José Luis Rodríguez relacionó el alza actual de precios, entre otras probables causas, con una caída en la disponibilidad de bienes y servicios en momentos en que aumentó la liquidez en manos de la población.

Ante el Parlamento, el ministro de economia  reconoció igual origen del problema: “En medio de la covid, tuvimos que pagar dinero sin respaldo productivo, tuvimos sobregastos en la salud y afectaciones al presupuesto del Estado, debimos pagar a trabajadores interruptos, y todo esto genera desequilibrios macroeconómicos y más déficit fiscal. Pero era lo que había que hacer en un país socialista como el nuestro. Con independencia de que hemos hecho otras cosas mal”.

¿Cómo ponerle coto a tales desbalances y a la carrera de precios? Es el conflicto más urgente que enfrenta hoy el país.

En una reunión del Comité de Coordinación Macroeconómica del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), reportada solo por el diario Granma Gil enumeró líneas generales de las medidas en estudio para buscar equilibrios en el sistema fiscal y monetario. La recuperación de la capacidad de compra de la moneda nacional fue definida como una prioridad a corto plazo, unida a la reducción de las operaciones con moneda extranjera dentro de la economía cubana.

Los precios de los alimentos en los mercados agropecuarios constituyen la evidencia más visible de la inflación.

Más recientemente, en el programa televisivo Cuadrando la caja especialistas del MEP y del Banco Central de Cuba (BCC), confirmaron la desdolarización de la economía entre los objetivos de las primeras medidas.

Tanto la reunión del Consejo de Coordinación Macroeconómica como el programa televisivo reconocieron que la desdolarización y la recuperación del peso cubano (CUP) requieren del desarrollo de un mercado cambiario que permita reestructurar el mecanismo actual de asignación de divisas, caracterizado por una centralización que lo hace ineficiente.

A juzgar por las declaraciones de los especialistas del MEP y el BCC, el Programa de Estabilización Macroeconómica en preparación debe contener medidas para desdolarizar las relaciones empresariales en primer lugar. Cada vez es más común que las empresas estatales y no estatales pidan pagos en MLC –fórmula financiera creada en el comercio interno como equivalente de las principales divisas convertibles internacionales- en lugar de los pagos en CUP.

Otra medida en estudio por el Programa apunta a reducir el sobregasto presupuestario mediante la reducción de los gastos destinados hoy al subsidio de productos. Tanto los economistas del MEP como los de la academia abogan por implementar el subsidio de personas, una manera de proteger más directamente a los sectores vulnerables, en lugar de la protección indiscriminada que se le ofrece hoy a toda la población con independencia de sus ingresos.

Los expertos del MEP admitieron ante la TV que esta forma de protección de determinados sectores sociales era necesaria por el efecto adverso que podrían traer en un primer momento las medidas para regular gastos y precios y reencontrar los equilibrios macroeconómicos.

Economistas como Juan Triana y José Luis Rodríguez insistieron en la necesidad de acompañar una estrategia de estabilización macroeconómica con reformas estructurales, entre las cuales la reforma empresarial aparece entre las más urgentes.

Entre los entendidos gubernamentales y la academia existe consenso evidente sobre la necesidad urgente de estas regulaciones. ¿Cuándo dará el gobierno los primeros pasos? También es evidente que la inflación corre el riesgo de seguir creciendo mientras persistan y se profundicen los desequilibrios actuales. La olla de presión social tiene un límite. (2023)

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