El Encargado o el cannabis es la base de todo
Un cortometraje de ficción del cubano Ricardo Figueredo obtiene Mención honorífica en el 4to. Festival Internacional de Cinecannábico de Buenos Aires, Argentina.
Hace apenas unas semanas, me sorprendió la noticia de la Mención de honor obtenida por el productor, director y guionista cinematográfico cubano Ricardo Figueredo Oliva con El Encargado, en el 4to. Festival Internacional de Cinecannábico, celebrado en Buenos Aires, Argentina, del 15 al 24 de febrero, en la categoría de cortometrajes internacionales.
La primera pregunta que uno podría hacerse es: ¿Qué hace un cortometraje cubano en un concurso de temática tan singular?
¿Sobre qué va El Encargado?
El cortometraje, de poco más de veinte minutos, es un divertimento de ciencia ficción, en el cual un carpintero es visitado por dos extraterrestres: un hombre y una mujer, interesados en promover el cannabis como una forma de combatir la ansiedad y la violencia entre los seres humanos y, en especial, en Cuba. Este carpintero, nombrado “Buen ser” por el visitante, ha sido seleccionado como el encargado de tal misión.
En algunos festivales y presentaciones se ha promocionado esta obra como docu-ficción, pues Figueredo Oliva introduce, para argumentar el discurso defensor del extraterrestre, materiales que hablan de los beneficios de la hierba; a la vez que comenta los perjuicios de otras drogas no penadas como el cigarro y el ron.
En estas pantallas animadas, ilustrativas de lo que dice el extraterrestre, yace la conexión entre la obra y el evento, pues en la página oficial del Festival puede leerse: “El Festival Internacional Cine Cannábico surge con la necesidad de ampliar las perspectivas culturales desde un enfoque social y comprometido hacia la temática del cannabis, a través del audiovisual como herramienta poderosa de transformación social, generador de conciencia, reflexiones y comportamientos”.
Aunque por momentos se sientan un poco largos y molestos los discursos ilustradores, así como algunos parlamentos con contenido estadístico, la intención del audiovisual va más allá de un planteamiento documental, para sumirse en un divertido juego transtextual de causas y azares.
¿Pastiche o parodia?
No creo que este sea el espacio para profundizar las diferencias entre una u otra figura intertextual. Las dos tienen en común la apropiación de elementos provenientes de otros discursos —dígase, en este caso, de otras obras audiovisuales—, para construir uno propio.
Se tienden a confundir parodia y pastiche, porque la ambivalencia y el simulacro de neutralidad o nulidad interpretativa a menudo pueden parecerse mucho en ambas figuras, en tanto eluden la definición cerrada, demarcada, confesada con nitidez.
Sin embargo, al contrario que en la parodia, en el pastiche la imitación, el juego con la simulación no es irónica y, por lo tanto, no es subversiva.
¿Y El Encargado es subversivo?
Aclaremos que el término subversivo tiene muchos significados; pero el más común es el de alterar un orden establecido, ya sea en lo social, lo político, lo estético. Y entre los sinónimos que le reconoce la Real Academia Española están: perturbar, revolucionar, conmocionar.
No creo que el cortometraje consiga nada de esto.
La comicidad de la historia se fundamenta en un elemento geo-político: Cuba en las circunstancias actuales, con sus contradicciones existenciales, tratadas desde puntos de vista diferentes entre un nativo del lugar (el carpintero) y un extranjero (el extraterrestre), con deseos de conocernos mejor y “ayudarnos”.
El tópico ya ha sido abordado por varios filmes nacionales que buscan la complicidad del público conocedor del día a día. De espectadores que irán disfrutando de alusiones puntuales a frases oficiales, o la actitud del protagonista cuando la intención del visitante se encamine a incitarlo, convencerlo, de ir en contra de la política gubernamental con respecto a las drogas.
Todo lo anterior resuelto a través del intercambio oral entre los dos personajes, porque la puesta en escena está concebida de forma sencilla como un mano a mano entre Mario Guerra (el carpintero “Buen Ser”) y Carlos Gonzalvo (el extraterrestre). Mientras un tercer personaje, Grisel Monzón (la extraterrestre femenina), funciona como una especie de robot, cuyas intervenciones y apariciones en distintos lugares de la casa y sus alrededores, crean elementos de ruptura en el diálogo.
Por fin, ¿es pastiche o parodia?
El Encargado es un pastiche, una prefabricación, que busca darle otro tono burlesco al reflejo de la realidad cubana de estos días.
Si nos apartamos de los diálogos y sus intenciones alusivas, disfrutaremos de las propuestas de apropiación y homenaje que Ricardo Figueredo nos brinda. Los trajes sintéticos de los extraterrestres imitan el estilo del cine de ciencia ficción de los setenta. La caracterización de Carlos Gonzalvo como un genio maléfico asiático, trae a la mente el personaje interpretado por Luis Alberto García en el corto Molina´s Test (2001) —por supuesto, Carlos Gonzalvo más aséptico y menos morboso—; todo lo cual entra en contraste con el naturalismo del espacio humilde donde habita el carpintero.
Incluso, el oficio del elegido puede leerse como una alusión atrevida al mito de Jesucristo.
Y por si fuera poco, una breve insinuación a las revistas musicales, con la interpretación de la pareja de habitantes espaciales en la despedida de su visita.
¡Ah! El desenlace de esta historia, aparentemente absurda hasta para el propio protagonista, recuerda el Filminuto no. 25 (Mario Rivas, 1991), titulado “El hombrecito verde”. Ahí también está la mano de los extraterrestres en una historia de embarazo y ruptura, por la incredibilidad de los terrestres con respecto a las travesuras de los visitantes siderales.
¿Se aparta El Encargado de la obra de Ricardo Figueredo?
Para nada.
Ricardo Figueredo ha transitado como productor desde documentales tan complejos en su realización como La Isla y sus signos (2014) o Virgilio desde el gabinete azul (2021) —ambas dirigidas por Raydel Araoz—, hasta haber acompañado en esta función el Decálogo de Nicanor y otros filmes del realizador Eduardo del Llano. Lo cual habla a favor de su tendencia hacia el humor reflexivo.
Esta última faceta se aprecia igualmente en su filmografía como director. El Encargado está muy cerca de su Operación Alfa o lo que le pasó a Benito Manso (2011), un delicioso falso documental, donde utiliza la intertextualidad engañosa, mucho más marcada en este cortometraje donde inventa notas de prensa para colocar a su personaje en la realidad cubana y sus consecuencias, gracias al problemático encargo dejado a su puerta el día siguiente.
¿Entonces?
El Encargado es eso: un divertimento con empleo de los recursos narrativos de la ciencia ficción, que discursa sobre la realidad cubana actual mediante guiños activadores de la complicidad y la risa de su público.
¿Lo mejor del corto? La actuación de Mario Guerra como “Buen ser” y sus reacciones ante las explicaciones, dudas y propuestas de ese visitante que, con sus “mejores” intenciones, lo embarca (2024).
Su dirección email no será publicada. Los campos marcados * son obligatorios.
Normas para comentar:
- Los comentarios deben estar relacionados con el tema propuesto en el artículo.
- Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
- No se admitirán ofensas, frases vulgares ni palabras obscenas.
- Nos reservamos el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas de este sitio.