La estrategia de transformación digital que impulsa desde hace más de 10 años la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana busca facilitar la vida de los pobladores y visitantes del centro histórico de la capital cubana con el empleo de las nuevas tecnologías.

Como parte de ese proyecto se inauguraron las primeras Estaciones de Autoservicios Digitales, espacios que hoy permiten el acceso a más de 50 trámites en línea.

Se trata de establecimientos que cuentan con equipamiento tecnológico propicio para realizar en línea servicios y trámites de todo tipo. Quien acude a ellos puede acceder a las herramientas digitales que le conectan como usuario con instituciones públicas o empresariales.

El espacio físico se convierte al mismo tiempo en un entorno de alfabetización digital, desde donde se crean competencias digitales con ayuda de facilitadores, para sectores de la población menos familiarizados con las nuevas tecnologías, díganse, por ejemplo, los adultos mayores.

Según explicó a la prensa local el perceptor de la Oficina de Facilitación (OFA), Eugenio Fernando Acosta, desde las Estaciones de Autoservicios Digitales es posible efectuar operaciones bancarias, financieras y de comercio electrónico.

“En ellas podrá acceder a contratación de servicios de Etecsa, realizar pagos en línea a través de la plataforma Transfermóvil, introducir solicitudes de Certificación y Registro del Estado Civil o establecer comunicaciones con la presidencia u otros organismos de la Administración Central del Estado”, agregó.

De igual forma se brinda la oportunidad de acceder a servicios de la Telebanca, a transacciones bancarias y financieras de las sucursales de Banco Metropolitano y Bandec o a la compra de sellos de timbre digitales.

La fortaleza de estos canales de autoservicio (y de ahí el prefijo) es que favorecen justamente la autogestión: que la persona por sí misma efectúe relaciones digitales con autoridades y proveedores de servicios en Cuba.

 

Una iniciativa de Eusebio Leal

La inventiva de las estaciones tuvo su origen en abril de 2017 bajo la guía del historiador Eusebio Leal (1942-2020).

La intención primera era conocer el estado de los contribuyentes de la Oficina del Historiador de La Habana, pero luego el propósito se extendió hacia la implementación de mecanismos de facilitación y atención a la ciudadanía mediante el empleo de canales digitales.

Esta solución digital comparte servicios web propios y de entidades colaboradoras integradas al Programa Sectorial de Ciencia e Innovación: Industria Cubana del Software e Informatización de la Sociedad, aprobado en 2021 por el Ministerio de Comunicaciones, a través del Proyecto de Automatización y Transformación Digital de la Contribución al Patrimonio.

El 15 de octubre de 2021 se inauguró la primera sede en la calle habanera de Obispo. En lo adelante se han extendido a otros puntos de la ciudad como la Plaza de San Francisco de Asís y la planta baja de la sede de la cartera de comunicaciones.

Las localidades matanceras de Santa Marta, Cárdenas, Varadero y Boca de Camarioca, así como la Universidad de Matanzas, provincia sede del segundo Parque Científico Tecnológico habilitado en el país, cuentan también con oficinas de este tipo.

El proyecto se perfecciona como otra herramienta que el gobierno cubano pone a disposición de sus pobladores para demostrar los beneficios de realizar tramitaciones, pagos o quejas en línea de forma rápida, amén de las habituales limitaciones de conectividad e infraestructura tecnológica.

Mientras, continúa con su encargo inicial de apoyar la contribución al Patrimonio. De acuerdo con Fernando Acosta tan solo el proyecto de La Habana Vieja cuenta con más de 6 000 usuarios registrados voluntariamente en su condición de contribuyentes.

“Con esta cifra se ha logrado incrementar en 250 % el pago de los aportes a la restauración y la preservación”, informó durante la reciente Feria y Convención Informática 2024.

 

Aportes al proyecto de Ciudad Inteligente

En enero de 2020 inició en Cuba un proyecto de colaboración con la Unión Europea para convertir el Centro Histórico de La Habana en un modelo piloto de ciudad inteligente. Aunque la propuesta continúa siendo un patrón en construcción, varias acciones se han concretado en ese camino. Las Estaciones de Autoservicios Digitales son una de ellas.

Entre los frutos del programa está la creación del Centro de Información y Orientación a la Comunidad, una institución que recibe, atiende y orienta las solicitudes de los pobladores de La Habana Vieja mediante el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.

Para la preservación del patrimonio se elaboró un repositorio digital que integra colecciones de instituciones culturales de la Oficina del Historiador y cuenta con más de 11 000 activos agrupados en tres colecciones.

Por otra parte, se promovió el uso de herramientas y aplicaciones informáticas de apoyo a la museografía para hacer más atractivo e interactivo el recorrido por los museos.

El alcance de las Estaciones de Autoservicios está concebido hasta 2025. De cara al presente año se espera que continúen en expansión hacia todas las provincias del país y se multipliquen en algunas oficinas de Etecsa, la estatal Empresa Correos de Cuba y los Joven Club de Computación e Informática. (2024)