Eusebio Leal Spengler: el novio eterno de La Habana
Los 80 años del fallecido Historiador de La Habana fueron un homenaje del pueblo de Cuba a uno de sus intelectuales más emblemáticos.
Fallecido en 2020 y, sin embargo tan vivo en la memoria como pocos intelectuales cubanos, Eusebio Leal Splenger es una presencia ineludible cuando se habla de La Habana y de otros lugares de Cuba que salvó del tiempo y el deterioro.
Nacido un 11 de septiembre de 1942 Leal hubiera cumplido sus ochenta años si un cáncer letal no le hubiera arrebatado la vida en plena efervescencia creadora.
Su verbo encendido, los libros que nos dejó, fueron el complemento de esa obra monumental que concedió a la capital cubana el título de Patrimonio de la Humanidad en la década del 80 del pasado siglo XX, y que, como todo cubano sabe, se debe fundamentalmente a los desvelos de un hombre que, con vocación autodidacta, se convirtió en uno de los más grandes eruditos que haya tenido la nación cubana.
Su última gran hazaña fue la reconstrucción del Capitolio Nacional que hoy preside toda la gran obra restauradora que Leal legó a su nación y que lo convirtió en uno de los cubanos más universales de la contemporaneidad al tiempo que en uno de los más queridos por su pueblo.
Conferencias, visitas comentadas, exposiciones de artes visuales, conversatorios y la develación de una tarja en Hospital 660, su humilde casa natal, además de un concierto que anunció la reapertura del Teatro Martí después de los daños ocasionados por la explosión del Hotel Saratoga, son algunos de los eventos conmemorativos de un natalicio en la que la presencia del Historiador de la Ciudad se hace patente y casi tangible.
En alguna ocasión afirmaría que la restauración para él no había sido más que una excusa para trabajar ardorosamente por algo mayor y más importante que es Cuba.
Y a esa Cuba tan amada dedicó toda su vida investigando también a próceres como Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramante y José Martí siempre bajo el signo de una oratoria impecable y brillante que tradujo a la palabra escrita y que deslumbraba hasta el punto de mantener en vilo a los auditorios más diversos.
De origen humilde, Leal apenas alcanzó el sexto grado pues tuvo que dedicarse a ayudar a su familia pero con una pasión desmedida estudió hasta graduarse en la Universidad de la Habana en 1979 y convertirse más tarde en Doctor en Ciencias Históricas y Maestro en Ciencias Arqueológicas.
Entre sus virtudes mantuvo siempre la de un diálogo constante con todas las personas y se le veía andar con su modesta ropa por toda La Habana Vieja mostrando una especial preocupación por las condiciones de vida de sus pobladores que ayudó a mejorar con numerosas intervenciones sociales.
Nadie se atrevería a negar la admiración de toda una Nación por ese Eusebio que tan honda huella dejó en la vida intelectual y cotidiana de Cuba.
Es por eso que su natalicio es una conmemoración de vida para los que lo amamos desde su indiscutible inmortalidad. (2022)
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