Grietas y cambios en el comercio minorista cubano

Ante las severas limitaciones que experimenta la distribución normada, el gobierno emprende algunas transformaciones en las redes comerciales de Cuba, con participación de formas privadas.

La oferta distribuida mensualmente en las bodegas de barrios ha experimentado deterioros en el segundo semestre.

Foto: Jorge Luis Baños/IPS

El anuncio de una feria de productos agropecuarios el fin de semana, el retorno del pollo a la venta paralela o la reaparición de cuatro libras de arroz en deuda en la bodega suelen clasificar como las noticias de mayor impacto en el barrio. Los pregoneros de tamales, pan, cebollas y del ubicuo bocadito de helado le roban el escenario sonoro al reguetón. Desde hace un par de años, el comercio de alimentos se ha convertido en una de las puntas hirientes de la crisis económica en Cuba.

Las largas intervenciones televisivas para explicar los rumbos de los productos planificados en la distribución normada es otra evidencia de tensiones que se extienden del consumo ordinario a la alta política. Conocer por dónde andan las gestiones para garantizar la canasta básica normada se ha convertido en prioridad económica y social.

Ante la fuerte inflación que desgasta a los mercados cubanos, la distribución de alimentos y productos de aseo que subvenciona el Estado en bodegas y tiendas de barrio garantiza, al menos, precios bajos para algunos bienes esenciales y protege parcialmente a las familias en situación más vulnerable.

Estudios de las economistas Betsy Anaya y Anicia García, del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC), alertan, sin embargo, que la inflación también ha provocado incrementos de precios de los productos en la canasta normada.

Según otros estudios, la distribución que controla el Ministerio de Comercio Interior con la libreta de abastecimiento (cartilla de racionamiento) cubre menos de la mitad de las necesidades básicas de alimentación. Si bien no es cantidad suficiente, al menos es suficiente razón para que unos pocos productos generen alta sensibilidad, ante los avatares que ha padecido este comercio desde 2019.

El debilitamiento de la oferta de viandas y otros alimentos en los mercados agropecuarios eleva la responsabilidad social de la distribución de la canasta básica normada.

Vaivenes del arroz con frijoles

“Desde 1962 la canasta familiar normada establece cuotas fijas con precios fijos y centralizados, independientemente de los vaivenes del mercado y la inflación de la economía mundial”, explicó recientemente el viceministro primero de Comercio Interior, Yosvani Pupo Otero, en el programa televisivo Mesa Redonda.

Sin embargo, el funcionario admitió que este año no han podido evitar trastornos en la distribución y el consumo y reconoció fraccionamientos en la distribución de la canasta familiar, agravados durante el segundo semestre del actual año.

Después de la pandemia, la población ha visto reducciones o irregularidades sucesivas en la distribución de productos básicos para la cocina cubana como el azúcar, el arroz, la sal, el café, los huevos y el aceite. Algunos eran tradicionales en la producción nacional y han pasado desde hace años a depender de las importaciones.

“La familia estaba acostumbrada a recibir el cien por ciento de los recursos, con el per cápita establecido, los días primero de cada mes. Pero esto no ha ocurrido”, admitió el viceministro primero de Comercio Interior, al analizar los desabastecimientos más recientes.

Entre los alimentos con problemas, mencionó los granos, cuya distribución se ha limitado solo a chícharos desde hace meses. La oferta de frijoles, uno de los alimentos básicos en la tradición cubana, se ha contraído simultáneamente en otros mercados.

Sobre el plato base en la mesa cubana, el arroz, Pupo explicó las demoras que ha sufrido la distribución de las siete libras asignadas a cada consumidor en Cuba. A inicios de mes se ubicaron hasta tres libras per cápita. Las autoridades han adoptado medidas para acelerar la distribución del resto.

Pupo dijo que las cuotas de este cereal ya se encuentran en el país, tras llegar buques con el arroz a los puertos de Nuevitas y Santiago de Cuba.

“Con las lluvias se puede retrasar su descarga, pero las siete libras de arroz del mes de noviembre están en el país, y en proceso de distribución”, afirmó Pupo. También dijo que ese alimento estaba asegurado para el mes de diciembre.

El viceministro primero  informó producto por producto los pasos para garantizar la importación o producción nacional del resto de la canasta básica normada -granos, aceite, café, sal, azúcar y huevos, entre otros-, con el propósito de recuperar antes de concluir diciembre retrasos padecidos desde el mes de septiembre.

La primera empresa mixta del comercio minorista se hará visible a inicios del 2024 con el centro comercial Variedades Galiano Casalinda.

Oferta con límites

A la oferta racionada de alimentos y productos de aseo se suman otros mercados, como el agropecuario, las cadenas de tiendas que operan con el sistema de moneda libremente convertible (MLC) y la red de establecimientos privados –micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), cooperativas y trabajadores por cuenta propia.

Ante el debilitamiento de las ventas en las cadenas estatales de comercio, las formas privadas se han extendido rápidamente después de la pandemia. Pero como operan con precios determinados por la oferta y la demanda en un entorno inflacionario, los consumidores de menor poder adquisitivo ven limitado el acceso a estos mercados o recurren a los mismos de manera irregular.

Empeñado en ordenar mejor una actividad en que se diversifican los actores tanto para el comercio minorista como mayorista –las mipymes participan en la importación directa de alimentos y otros productos-, Comecio Interior emitió en días recientes la Resolución 93 del 2023, que entrará en vigor el 2 de diciembre próximo.

Esta norma abre la inscripción en el Registro Comercial a todas las entidades estatales o no estatales que realizan operaciones de comercio en Cuba, incluidas las personas naturales con actividades de ese tipo. Como nueva condición les exige el empleo de herramientas del comercio electrónico –plataformas digitales de pago, POS, código QR y otras- con que el gobierno intenta controlar los flujos monetarios en el país.

Con esta diversificación de actores, también entró al escenario cubano la primera empresa mixta del comercio minorista. Fruto de la asociación entre la cadena Tiendas Caribe y la italiana Italsav, a inicios del 2024 abrirá al centro comercial Variedades Galiano Casalinda, en la capital cubana.

Como otras compañías extranjeras que han penetrado en el mercado cubano recientemente a través de la web -Katapult y Supermarket-, la nueva tienda recurrirá en una primera etapa al servicio online para compras generadas desde el exterior, con precios en MLC. La competencia entre formas privadas da las primeras señales, mientras el consumidor medio sigue con los ojos en la humilde bodega del barrio. (2023)

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