Encuentros lejanos y cercanos en Baracoa

Medio milenio de la villa primada.

Archivo IPS Cuba

Siete días estuvo Colón en Baracoa, pues el tiempo no fue propicio para salir de allí hasta el 4 de diciembre

Los baracoenses celebran, por estos días de agosto 2011, los 500 años de fundación de su villa, Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, La Ciudad Primada.

La exactitud de esta fecha ha sido un enigma para los historiadores. Durante mucho tiempo se manejó el año de 1512, pero Hortensia Pichardo planteó la inconsistencia de esa data relacionada con la creencia de que la partida de Diego Velázquez desde La Española habría sido en noviembre de 1510 cuando existía certeza de que fue meses antes.

En Baracoa o viaje a la leyenda, un libro ameno y documentado, Fidel Aguirre Gamboa, apunta con suspicacia que una autoridad como Agustín Morell de Santa Cruz, en su Historia de la Isla y Catedral de Cuba, primero da como fecha válida para la fundación a 1512 y más adelante declara 1511, introduciendo la duda, la ambigüedad en el tema. El propio Aguirre cita a la Pichardo, quien escribió:

“No es posible asumir que Diego Velázquez permaneciera más de año y medio sin establecer población donde asentarse y organizar su gobierno, lo cual permite suponer la fundación de Nuestra Señora de la Asunción a finales del año 1510 o principios de 1511”.¹

El virrey de La Española, Diego Colón, hijo del Gran Almirante, había ordenado a Velázquez de Cuéllar que emprendiera la conquista de Cuba, un territorio tan alabado por su padre; y Velázquez partió desde Salvatierra de la Sabana en 1510 con una tropa de hombres dispuestos a extender los dominios de la corona de España.

Los textos de dos eminentes historiadores cubanos muestran desacuerdos respecto a la fecha de la partida y al número de soldados al mando de Velázquez. Mientras Eduardo Torres-Cuevas refiere que el conquistador salió con “unos 90 hombres” en “la primavera de 1510”,² Estrella Rey Betancourt indica que “la hueste velazquista, integrada por unos 300 individuos, partió […] en un día no precisado de 1510”.³

Tampoco estaba fijado con precisión cuándo arriban los invasores a las costas de Cuba por la zona de La Palma, en la bahía de Guantánamo, en el extremo oriental de la Isla, pero un documento de junio de 1510 –citado por Torres-Cuevas en el texto referido– establece evidencia cierta de que ya estaban recorriendo la zona en el verano, por tanto es lógica su deducción de la primavera para la salida de la tropa.

Otros investigadores contribuyeron después a iluminar el camino. Álvaro Huerga, miembro de la Academia de Historia puertorriqueña, declaró que el 6 de abril de 1511 los reyes de España autorizaron a Diego Velázquez a realizar la expedición, hacer la conquista de Cuba y establecer población. Ese argumento fue esgrimido por Elexis Fernández-Rubio Navarro, historiador radicado en Baracoa, para defender la tesis del 15 de agosto de 1511 como fecha precisa.

Sin embargo, el nombre que escogiera el Adelantado Diego Velázquez –Nuestra Señora de la Asunción– fue lo que le pareció definitivo a Fernández-Rubio para la resolución del enigma, pues era tradicional que los conquistadores utilizaran el nombre del día del Santoral católico en esas fundaciones. Fernández-Rubio refiere, además, pruebas documentales sobre la presencia del Adelantado en Baracoa para esa fecha.

Cristóbal Colón llegó al sitio donde se fundaría Baracoa el 27 de noviembre de 1492, un mes después de haber avistado el primer territorio cubano, el puerto de Bariay, el 28 de octubre y en ambos lugares la seducción fue inmediata.

Según el relato de Las Casas en el Diario de Navegación, “[…] allende aquel cabo parecía una grande entrada que mostraba dividir una tierra de otra, y hacía como isla en medio: acordó volver atrás con viento Sudueste, y vino adonde la había parecido la abertura, y halló que no era sino una grande bahía [Baracoa]; ”y al cabo della de la parte del Sueste un cabo, en el cual hay una montaña [El Yunque] alta y cuadrada que parecía isla. Saltó el viento en el Norte y tornó a tomar la vuelta del Sueste, por correr la costa y descubrir todo aquello que allí hubiese y vido al pie de aquel cabo de Campana un puerto maravilloso y un gran río…”4

Siete días estuvo Colón en Baracoa, pues el tiempo no fue propicio para salir de allí hasta el 4 de diciembre. Pero el Gran Almirante no estuvo ocioso, porque en esa semana encantada aquilató muy bien las maravillas de la región.

Los ríos, las elevaciones, la abundante flora, los variados accidentes geográficos, la belleza de estas tierras, despiertan una admiración mayúscula en el viajero, quien no escatima frases de exaltado elogio por todo lo que ve y piensa que otros deben venir también para corroborar la validez de su relato.

Pero una barrera le impide al Gran Almirante la comunicación con los nativos. No solo es la lengua que no entiende, es un misterio mayor, de costumbres, culturas y creencias.

Colón intenta muchas veces establecer un diálogo, pero los nativos huyen masivamente, y él solo se topa con aldeas desiertas. Cuando encuentra a alguien, lo agasaja con baratijas y es testigo de la candidez de un grupo humano cuyo comportamiento le es totalmente ajeno y califica como cobardía aquellas conductas que escapan a su conocimiento de marino europeo.

Sin embargo, eso no es obstáculo para ponderar de muy buen grado la naturaleza, la magia de esta región oriental y el primero de diciembre planta una cruz de gran tamaño a la entrada del puerto de Baracoa, fabricada con maderas de la zona por carpinteros de la expedición, la única cruz que aún existe en América de aquella época.

La expedición que salió de La Española en 1510 trajo otra misión y empleó otros métodos. Los hombres del Adelantado Velázquez, reprimieron, quemaron, mataron, cualquier oposición a sus objetivos de conquista y colonización.

Baracoa no solo fue la primera villa fundada en Cuba, también la primera a la cual le otorgaron un obispado y, además, la primera capital de la Isla, pero el obispo nunca ejerció allí, y la capital –junto al obispado– se trasladaron a Santiago de Cuba.

Notas

¹Citado por Fidel Aguirre Gamboa en Baracoa o viaje a la leyenda, Editora Política, La Habana, 2006.

²Eduardo Torres-Cuevas: “El proceso de formación nacional (1492-1868)”, en Eduardo Torres-Cuevas y Oscar Loyola Vega: Historia de Cuba. 1492-1898. Formación y Liberación de la Nación, Ed. Pueblo y Educación, 2001, p 48.

³Estrella Rey Betancourt: “Conquista y colonización de la isla de Cuba (1492-1553)”, en Estrella Rey Betancourt y César García del Pino: Historia de Cuba, La colonia, evolución socioeconómica y formación nacional de los orígenes hasta 1867, tomo II, Editora Política, La Habana, 1994. [Referencia en línea].

4Cristóbal Colón: Diario de Navegación, UNESCO, 1961.

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