Altazor o el viaje en paracaídas

Sobre las inspiraciones de Vicente Huidobro, uno de los grandes poetas latinoamericanos.

Ximena pretexta una visita al doctor para no ir al colegio de monjas. Miente; la consulta médica es solo un subterfugio para ausentarse. A zancadas, se lanza al interior de un Buick negro de 1903. A través de las ventanas de este, sus padres y hermanos, furiosos, detallan cómo se funde en un largo beso con un amante diecinueve años mayor que ella: Vicente Huidobro.

Cuando Ximena conoce a Vicente, en 1926, tiene apenas unos febriles catorce años. Era una chica de colegio, de formato amplio y generoso, dulce y hermosísima. Tenía un porte esplendido, majestuoso. Todo en ella era porvenir. Él, en cambio, ya había vivido más de la mitad de su vida. Ya había inventado su propio movimiento estético: el Creacionismo; ya era candidato al Nobel; editor de múltiples revistas; tenía publicados más de una docena de poemarios, algunos de ellos iniciadores del movimiento vanguardista, como Ecuatorial, Poemas árticos y Tour Eiffel.

Dentro del Buick negro, Ximena y Vicente entrelazados; detrás de este, dos autos, con la familia de Ximena dentro, los persiguen. Cada vez se acercan más. Pero Vicente Huidobro era, además de poeta, hombre temerario: saca una pistola y la descarga contra sus perseguidores. Ximena contiene la respiración y se da vuelta. ¿Podría Vicente haber dañado a sus padres, a sus hermanos? Por suerte, solo han resultado heridos los neumáticos de sus carros. Ahora pueden los amantes escapar sin sombras; huir de Chile para vivir su amor.

La adolescente Ximena no es el primer amor de Vicente Huidobro. Ya había quedado prendado de los ojos verdes de Manuela Portales, con quien se casó, en 1912, y tuvo dos hijos. A ella le dedica su poemario La gruta del silencio (1913); en ella convergen todos los poemas de esa época: Por qué cantáis la rosa, ¡oh, Poetas!/ Hacedla florecer en el poema.

Sin embargo, cuando conoce a Ximena, no vuelve a pensar en otra mujer. Ximena lo consume, lo condena, lo acapara: Hay en el mundo una mujer, acaso la más triste, sin duda la más bella/ Protégela, Señor, sin vacilar: es ella.

Como siempre en su vida, -la muerte de su madre es el mejor ejemplo-, los avatares y vaivenes personales de Vicente no hacen sino incrementar su obra poética. Para poner distancia entre la familia de Ximena y él, se instala en París, en donde logra terminar un texto en el que llevaba una década trabajando: Altazor, un poema mayor en siete cantos, que narra la caída de un hombre y el encuentro con una mujer que es la poesía misma. Algo de musa tiene Ximena, bajo cuya mirada escribe el Canto II, acaso la unidad más tierna de Altazor: ¿Irías a ser muda que Dios te dio esos ojos? (…) ¿Irías a ser ciega que Dios te dio esas manos?

Viven entonces, par de años embelesados el uno con el otro. Años de affaire en París, que se traducen en el poeta conversando con César Vallejo y pintores y escultores del momento, mientras Ximena hace las compras. Ximena posando para un escultor amigo, mientras Vicente quiere fundar una república de artistas en alguna parte de África. No logra convencer a nadie; solo Ximena lo escucha embelesada. Se siente magnetizada, por este hombre que, como ella, cree que lo único que vale en la vida es la pasión.

En 1931, el vanguardismo latinoamericano llegaba a su final, y Vicente está muy ocupado; se empeña en encontrar la esencia de la poesía: En todas las cosas hay una palabra interna, una palabra latente y que está debajo de la palabra que las designa. Esa es la palabra que debe descubrir el poeta. Vicente habla, y ella lo escucha… todavía.

Huidobro, hombre prolífero y siempre activo, que lo mismo está en España difundiendo sus libros con Federico García Lorca, que en Hollywood, recibiendo un premio, hace sentir, con tanto viaje, sola a Ximena. Con el paso del tiempo, ella empieza a considerar su huida de Chile como un exilio auto infligido. Se aburre de hacer compras y de servir de modelo a escultores amigos de su amante. Para 1932 los años superlativos de la relación han terminado.

En 1933 regresan a Chile. Ximena sugería el retorno desde hacía meses. Cuando sale embarazada de quien sería el tercer hijo del poeta, lo exige. Regresan ambos a su tierra natal, pero la Guerra Civil Española hace que Huidobro la deje sola otra vez. Él viaja a Europa y participa junto a Neruda, Vallejo y Carpentier en los congresos de escritores en defensa de la cultura. Hombre de acción como era, participa en una batalla, en la que, en un carromato blindado, exhorta a través de un auto parlante a las filas enemigas a que se cambien de bando.

Luego de esta guerra, Vicente Huidobro escribe Presagio de la tormenta, que deviene claro anunciamiento de la ruptura de su relación con Ximena. A su regreso de España, ella le ha anunciado que ya no está enamorada de él. Ahora Ximena quiere estar con cierto jovenzuelo de veinte y tres años, y Vicente se muere de celos y rabia. «Yo sé que te molesta esta condición mía de que una mujer que me ha adorado a mí no adora a nadie más que a mí hasta su muerte», le escribe; pero sabe que no es cierto. La sabe feliz en brazos de otro, y esto lo quiebra y lo ensaña.

Su resentimiento hacia Ximena le dura el resto de su vida. Poco antes de morir, catorce años después de que ella se casara con otro, le insiste: «Te fijarás que siendo yo poeta, no hay poema mío para ti». Aun cuando se había casado con otra mujer, seguía escribiéndole a la adolescente de ojos encendidos.

Pero son palabras de despecho. La realidad fue esa otra, contradictoria solo en el papel, que también se permitió plasmarle: «lo único que yo quería era poder adorarte con toda mi alma hasta la muerte». Aun en la distancia de saberla casada con otro, lo hizo.

Altazor
(Canto II)

Mujer el mundo está amueblado por tus ojos
Se hace más alto el cielo en tu presencia
La tierra se prolonga de rosa en rosa
Y el aire se prolonga de paloma en paloma

Al irte dejas una estrella en tu sitio
Dejas caer tus luces como el barco que pasa
Mientras te sigue mi canto embrujado
Como una serpiente fiel y melancólica
Y tú vuelves la cabeza detrás de algún astro
(…)
¿Irías a ser ciega que Dios te dio esas manos?
Te pregunto otra vez
El arco de tus cejos tendido para las armas de los ojos
En la ofensiva alada vencedora segura con orgullos de flor
(…)
Sin embargo te advierto que estamos cosidos
A la misma estrella
Estamos cosidos por la misma música tendida
De uno a otro
Por la misma sombra gigante agitada como árbol
Seamos este pedazo de cielo
Este trozo que pasa la aventura misteriosa
La aventura del planeta que estalla en pétalos de sueño
(…)
Te pregunto otra vez
¿Irías a ser muda que Dios te dio esos ojos?

13 comentarios

  1. Ale

    Altazor es mi poemario preferido de todos los tiempos. es la primera vez que veo que alguien escribe sobre el

  2. Jazmin

    Es un articulo HERMOSO, mezcla literatura con poesía, con historia, con sociología!!! Lo he leído dos veces, yo que no leo ni los nombres de las calles. Quisiera felicitar con todo mi alma a esta página. Una amiga me pasó el link para que lo leyera y de verdad no sabía lo bien que me iba a asentir haciéndolo. Es un articulo para inspirarse en la poesía, en la vida, y en el amor. Dan ganas de vivir este articulo!! Gracias a esta página, reitero, y espero que sigan así.

  3. Elbita

    Qué manera mas creativa de contar la fuente de inspiracion de un poeta!!!! Parece que viajamos con ximena y con vicente por la cordillera de chile

  4. Shakunon

    Es increible a veces pensamos que los poetas son seres sobhumanos porque hacen poesia, que es algo sobrehumana, pero cuando este tipo de escrito pues nos damos cuenta de que no son diferentes de nosotros, lei el otro escrito, el de neruda y senti lo mismo que con este que estos escruitores son gente como yo, como mis hijos, escritores de carne y hueso. no mejor que nadie, ni peor que nadie, seres huamanos, que mas grande que eso?

  5. Cassie

    Me gusto mucho el poema y me gusto como se relaciona el poema con la vida del poeta. gracias.

  6. Anancio

    «¿Irías a ser muda que Dios te dio esos ojos?»

    Que palabras en español pueden ser mas hermosas? Me alegra conocer quien las inspiró.

  7. raulito

    lo que prubea que las historias de amor intensas y trágicas no son exclusivas de shakespeare

  8. Mary

    Bueno, yo no conocía a este escritor pero sí conozco a otros y siempre he pensado que vivían escribiendo. no se por que uno nunca los imagina como hombres vivos, que metian la pata y cometian errores

  9. Rolando Alonso

    Genial articulo. Un placer leerte siempre Diana.
    Gracias

  10. Ver para ver

    Me gustaría ver una foto de ximena

  11. Pamela

    Muy buen artículo del autor, invita a leer más de sus obras y de su vida.

  12. I

    Lindo, muy lindo.

  13. Ver para ver

    Muy interesante, es un articulo que enseña que apenas conocemos a nuestros heroes latinoamericano

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