La música en Hispanoamérica: otro patrimonio invaluable

Entre debates académicos y presentaciones artísticas.

La labor de los coros ha sido decisiva en la preservación del patrimonio musical hispanoamericano.

Del 18 al 28 del pasado abril, funcionó el Taller internacional sobre Patrimonio histórico-documental de la música en Hispanoamérica, el cual tuvo como sedes el Gabinete Musical Esteban Salas y el Colegio San Gerónimo de la Habana, bajo el auspicio, entre otros, de la Oficina del Historiador de la Ciudad, la Universidad de Valladolid, la Dirección de Cooperación Internacional y la Universidad de la Habana. 

El evento teórico tuvo como necesario complemento uno de conciertos, que bajo el título “Habana clásica” y la coordinación del pianista cubano Marcos Madrigal, ofreció programas ilustrativos de algunos de los temas abordados en las conferencias.

En sus palabras introductorias al taller, el doctor Eusebio Leal Spengler afirmó:

“Al Patrimonio musical de Hispanoamérica se dedica este espacio de reflexión académica. La música, como todas las artes, tiene un soporte material… En el fonograma se atesora la memoria de aquella canción de cuna que recuerdan los más ancianos; en el manuscrito, con letra temblorosa, quedó estampada la melodía que inspiró el poeta; en la fotografía queda atrapada la orquesta que acompañó aquel baile de salón…”

Acerca de la obra de Silvestre Revueltas, músico vanguardista mexicano, se centralizó una de las ponencias más sobresalientes.

Invitados de España, Italia, Israel, México, República Dominicana, Rumanía, Rusia y Suiza acudieron a la convocatoria para aportar sus experiencias y conocimientos. Todos con una prestigiosa trayectoria académica al proceder de universidades avaladas por su seriedad y quehacer profesional, algo que confrontaron con sus colegas, los anfitriones que, como es sabido y para orgullo nuestro, no se quedan detrás en sus respectivos estudios.

Algunos de los temas desarrollados:

“Preservación y estudio de documentos musicales, con especial énfasis en el  patrimonio musical cubano y latinoamericano” que revisó la bibliografía, los archivos musicográficos, las partituras con que se cuenta en toda la región para erigir la historia y lograr una profundización en el arte de los sonidos ordenados que desde esas parcelas quedan como testimonio.

Al abordar específicamente el área que protagonizó el evento (Hispanoamérica) sobresalieron las intervenciones de varias doctoras coterráneas nuestras como Victoria Alí o María Antonia Virgili.

En cuanto a algunos de los participantes foráneos, valga resaltar la ponencia,  “Los magueyes de Silvestre Revueltas: retóricas de disenso frente al pintoresquismo nacionalista mexicano”, que en las investigaciones del doctor Roberto Kolb, desatacó la postura vanguardista del gran músico azteca, revolucionaria respecto al contexto musical  de su tiempo.

También resultó muy documentada e informativa “La edición crítica de la música de salón en las publicaciones periódicas habaneras del siglo XIX”, del licenciado Reinier Garnier, el cual reveló aspectos apenas conocidos sobre el tema.

Por su parte, el taller “En busca de espacios interpretativos óptimos para el repertorio latinoamericano de concierto en el siglo XX” puso el dedo en una llaga supurante: en medio de la banalidad y el facilismo que incluso la música de concierto sufre en no pocos lugares, se impone el hallazgo de salas, teatros, lugares abiertos donde el rico patrimonio musical de esta zona en toda América Latina pueda expandirse y llegar a los más amplios públicos, según consideraciones muy atinadas del doctor Ricardo Lorenz.

Muy relacionado con esto, la  charla “Catalogación y estudio de documentos musicales en bibliotecas y archivos así como de transmisión multimedia” votó por la preservación, conservación y ampliación de tales tesoros en toda el área.

Gracias a las partituras y otros documentos musicográficos se ha logrado preservar el patrimonio en este campo.

“Salve reina de la merced: Cantos Marianos en la colección musical de la Biblioteca de las Misioneras Agustinas Recoletas Cali, Colombia”, en el discurso de la licenciada María del Carmen Casas Figueroa, develó otra importante zona de lo patrimonial y su inevitable rescate en esa franja de la nación latinoamericana.

Otro punto que motivó el análisis y el debate fue “Procesos que vinculan música y cultura: estética, creación, docencia, difusión, recepción y gestión musical”, en torno a todos esos vasos comunicantes, líneas continuas en la gestión patrimonial que contaron con los aportes, ideas y discusiones de expositores y público.

“Metáforas literarias y tópicos musicales para la interpretación histórica de la música de inicios del XIX: el texto y el contexto en las obras de Juan Paris”, de la máster en ciencias, Claudia Fallarero, nos remitió a un compositor y una época que requiere de mucha más investigación y estudio; sus aportes y hallazgos fueron muy sustanciosos, como también los de la doctora Christine Gangheloff en “Sonata vodou jazz: musical syncretism in the Caribbean”, al introducirnos en una zona mucho más cercana desde el punto de vista geo-cultural, y revelarnos la importancia de la mixtura y el “todo mezclado” que del poeta Guillén a etnólogo Fernando Ortiz, ambos cubanos, nos han revelado la condición sincrética de no pocos de nuestros bailes, ritmos y expresiones musicales.

Varios ponentes del interior del país se refirieron a experiencias y problemáticas de sus provincias —Holguín y Santiago de Cuba— o de zonas no precisamente céntricas de la capital, como el  barrio de Jovellanos, y fueron abordadas figuras como el músico cienfueguero Benny Moré, el propio Historiador de la Ciudad con su programa “Andar la Habana” o la “Música Catedralicia de Cuba. Villancicos y repertorio litúrgico de Esteban Salas”, esta última a cargo de la doctora Miriam Escudero que, como es sabido, ha indagado tanto en tema y figura.

El evento contó, asimismo, con presentaciones de libros y discos; defensa y discusión de tesis de maestría en la especialidad y, como se ha dicho, conciertos, dentro de los cuales destacaron los que sirvieron de clausura: “Y la negra bailaba”, monográfico dedicado a Ernesto Lecuona a cargo de varios intérpretes, y “A cantar lecciones y villancicos. Música de Hispanoamérica en el período colonial”  por Ensemble Cantabile.

En buena medida, estos programas, exquisitos en su concepción y desarrollo, fueron el colofón perfecto de un encuentro teórico que permitió a todos los amantes de la música hispanoamericana profundizar en el conocimiento acerca de su conservación y difusión, y en todo lo que la convierte en ese patrimonio inmenso, maravilloso que debemos ayudar a preservar. (2017)

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