La gestión ambiental: una propuesta por el desarrollo municipal en Cuba

La política ambiental cubana apuesta en los últimos tiempos a la territorialidad y la descentralización de la gestión, que puede ser llevada a otro nivel en la reforma legal de hoy.

La cooperativa no agropecuaria La Esperanza recicla resinas plásticas en Fomento, en la provincia central de Sancti Spíritus.

Foto: Cortesía de María de los Ángeles Romero.

Los procesos de cambio que acontecen en el contexto cubano actual, caracterizados por una reorientación de la política económica y social hacia la descentralización, tienen una incidencia significativa en el ámbito municipal, al cual se le concede cada vez más importancia por el rol que está llamado a desempeñar en el desarrollo del país.

Las transformaciones en curso, respaldadas por el reconocimiento constitucional de la autonomía municipal, generan nuevas oportunidades y modos de enfocar la gestión en esta instancia; pero también implican mayor responsabilidad de los gobiernos locales con respecto a una gestión más integral y eficiente, enfocada a la satisfacción de las necesidades locales de manera equitativa y sostenible.

El Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social para 2030 plantea como uno de los objetivos específicos de su Eje Medio Ambiente y Recursos Naturales: “Diseñar e implementar un modelo de gestión local y comunitaria con enfoque medioambiental que integre, bajo la autoridad de los gobiernos territoriales, la protección y uso racional de los recursos naturales y la lucha contra la contaminación y las indisciplinas sociales que impactan negativamente en el medio ambiente”; lo cual está en consonancia con el enfoque de la nueva Constitución de la República, que propicia la descentralización para alcanzar el desarrollo sostenible.

Un componente esencial de este precepto lo constituye la sostenibilidad ambiental como principio y categoría inherente al desarrollo local, la que debe ser concebida e incorporada en todo el proceso de planificación estratégica municipal y lograda mediante una gestión ambiental (GA) integrada y efectiva. Para ello, debe asumirse esta última como un proceso continuo en busca del equilibrio entre los sistemas social, económico y natural, expresado en un conjunto integrado de actividades, mecanismos e instrumentos destinados a ordenar, administrar, conservar, mejorar y monitorear el medio ambiente.

La Gestión Ambiental Municipal es definida por Gulh (Guía para la gestión ambiental regional y local: el qué, el quién y el cómo de la gestión ambiental, 1998) como el ejercicio consciente y permanente de administrar los recursos del municipio y de orientar los procesos culturales al logro de la sostenibilidad, a la construcción de valores y actitudes amigables con el medio ambiente y a revertir los efectos del deterioro y la contaminación sobre la calidad de vida y la actividad económica.

Por esta razón, se centra principal y simultáneamente en la regulación y orientación de las prácticas individuales y colectivas relacionadas con el uso o consumo de los recursos, en la realización de acciones de prevención y mejoramiento de los mismos en el marco de un proyecto colectivo municipal.

Una experiencia de reciclaje de residuos sólidos en Cabaiguán, en la provincia central de Sancti Spíritus.

La gestión del cambio

La política ambiental nacional se ha venido desarrollando en base a una serie de principios que plantean, entre otros, la territorialidad y la descentralización como ejes clave de la gestión.

La Ley 81 del Medio Ambiente establece como atribuciones correspondientes a los Órganos Locales del Poder Popular (OLPP) en sus instancias respectivas, dirigir, coordinar y controlar en lo que a ellos compete y conforme a la legislación vigente, las acciones en materia de: Evaluación de las prioridades ambientales y los planes para su gestión; Ordenamiento territorial; Uso del suelo, reforestación, (…) y saneamiento; Protección de las fuentes de abastecimiento de agua; Protección del medio ambiente en los asentamientos humanos, que incluye los efectos de los servicios comunales; Creación y mantenimiento de áreas verdes, Identificación de áreas protegidas, participación en la propuesta para su aprobación y apoyo a su administración; Prevención, control y rehabilitación ante la ocurrencia de desastres naturales y de otros tipos; y Preservación del patrimonio cultural asociado al entorno natural.

En la práctica, lo que compete a los OLPP en sus respectivas instancias no está claramente definido y el ejercicio de estas atribuciones en el nivel municipal ha sido limitado, faltando otras que refuercen la capacidad de actuación local respecto a la GA.

A pesar de los avances y el perfeccionamiento continuo para la implementación de la política, ambiental, prevalecen deficiencias con relación a la GA desarrollada desde los territorios municipales de cara a un escenario de autonomía y desarrollo territorial sostenible, lo que está dado, entre otros factores, por la indefinición de competencias de los diferentes niveles para la gestión, por el predominio de un enfoque sectorial dentro de un sistema de organización y funcionamiento vertical, por la insuficiente prioridad concedida a las cuestiones ambientales, así como por la insuficiencia de capacidad técnica, organizacional, gerencial y material en actores e instituciones locales.

Muchas de las dificultades que se identifican en la Estrategia Ambiental Nacional para la solución de los problemas ambientales tienen una expresión palpable en la instancia municipal;  como ejemplo de ellas pueden citarse: carencia de enfoques integradores y preventivos; deficiencias en la planificación y jerarquización; insuficiencia de sistemas de información y de estrategias adecuadas de comunicación; limitada participación y articulación de actores clave; falta de cultura y sensibilidad ambiental; limitada introducción de resultados de la ciencia, la tecnología e innovación, así como de la dimensión ambiental en las políticas, planes, programas de desarrollo y el ordenamiento territorial; entre otros.

Como consecuencia, tienen lugar afectaciones diversas en los recursos naturales que limitan su disponibilidad y calidad, así como deterioro de las condiciones ambientales que impactan negativamente en la calidad de vida de las personas.

Comprende la degradación de los suelos; las afectaciones a la cobertura forestal; la contaminación por diferentes causas; la pérdida de la diversidad biológica y deterioro de los ecosistemas; la carencia y dificultades con el manejo, la disponibilidad y calidad del agua; el deterioro de las condiciones higiénico -sanitarias en los asentamientos humanos y los impactos del cambio climático, se identifican como los principales problemas ambientales.

Los Centros de Gestión para la Reducción del Riesgo resultan claves para el fortalecimiento de la gestión ambiental en los municipios cubanos.

Revisando los municipios cubanos

El municipio posee potencialidades, aún  insuficientes, para un mejor desempeño al respecto, algunas de ellas son:

-Capital humano con niveles elevados de instrucción técnico-profesional.

-Centros Universitarios Municipales y otros centros de investigación científica.

-Estrategias ambientales municipales.

-Existencia o posibilidad de crear mecanismos de administración y fiscalización para las cuestiones ambientales priorizadas en apoyo a la gestión, como es el caso de la comisión de reforestación, el grupo de prevención de riesgos, el de manejo integrado costero, el consejo de cuencas, el equipo técnico que coordina el programa de la línea estratégica de medio ambiente, la comisión de sostenibilidad y el consejo del Plan Turquino.

-Acceso a diversas fuentes de financiamiento.

-Posibilidad de tomar las decisiones con relación a la configuración y distribución de los gastos públicos y hacer uso de los recursos financieros disponibles.

-Posibilidad de conformar un fondo de financiamiento para la ejecución de proyectos, acciones e inversiones asociadas a la protección y mejoramiento ambiental a partir de recursos generados en el propio territorio.

En el contexto actual, se requiere enfocar los esfuerzos en diferentes líneas de acción asociadas, tanto a la problemática ambiental de cada localidad en particular como a las principales prioridades del desarrollo económico y social del país.

Entre estas líneas deben  destacarse la gestión integral de residuos (líquidos y sólidos) con énfasis en su reducción, reuso y reciclaje; la reforestación de cuencas hidrográficas y zonas costeras; la gestión sostenible del agua y el saneamiento, especialmente en asentamientos humanos; el uso de fuentes renovables de energía; el enfrentamiento al cambio climático con la consecuente aplicación de medidas de adaptación y la reducción de riesgos de desastres; el manejo sostenible de tierra; la preservación del patrimonio natural local y la educación ambiental.

En tal sentido, la GA en este nivel debe adoptarse desde un enfoque integral, transversal, multisectorial y multidisciplinario, con una lógica de relaciones multinivel y con la participación de los distintos grupos poblacionales, de manera que facilite la adopción de soluciones estratégicas viables, inclusivas, innovadoras y científicamente fundamentadas para garantizar la sostenibilidad ambiental.

De ahí que la aplicación efectiva de acciones al respecto, deba estar necesariamente vinculada a las estrategias de desarrollo municipal de manera sistémica.

Ello conlleva, en el ámbito gubernamental, la definición de prioridades, la formulación de políticas públicas locales, el diseño y aplicación de instrumentos de gestión y la implementación de mecanismos adecuados de administración y control. El propósito es alcanzar un aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, mejorar y evitar el deterioro de los componentes y relaciones ambientales bajo principios de capacidad técnica, descentralización, eficiencia y sustentabilidad financiera.

Para lograr la gobernanza sobre bases de sostenibilidad ambiental, los municipios están llamados a desempeñar un rol principal de promoción, coordinación, regulación, fiscalización y subsidiariedad en la implementación de las políticas nacionales y locales, los programas y proyectos de desarrollo. En función de lo cual requieren fortalecer sus capacidades técnicas, institucionales, materiales y financieras, a partir de la definición de sus competencias, del funcionamiento eficiente y articulación de las estructuras organizativas, de la preparación técnica e integración de los actores clave, de metodologías apropiadas, de recursos materiales suficientes y de una adecuada gestión de información que garantice la toma de decisiones certera y promueva el empleo de tecnologías y alternativas ecológicas, las producciones más limpias y el consumo sostenible.

Competencias definidas y capacidades municipales fortalecidas son condiciones imprescindibles para el desempeño de una gestión efectiva que garantice la sostenibilidad ambiental de los procesos de desarrollo local en nuestros municipios. (2020)

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