Capítulo pendiente

Las inversiones han conseguido un crecimiento todavía tibio a juzgar por las necesidades que plantea la economía y las aspiraciones oficiales.

Jorge Luis Baños - IPS

En las provincias centrales y orientales el gobierno desarrolla obras hidráulicas de gran alcance.

Aunque en el transcurso del actual año han mantenido un crecimiento similar a años anteriores, las inversiones todavía reiteran cifras criticadas insistentemente por el gobierno y analistas nacionales. En ese sentido, sobresalen como un indicador claro de los rumbos y apuros de la economía cubana.

Un informe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) revela que en el primer semestre las empresas constructoras y especializadas cubanas ejecutaron inversiones por un monto de 1.863,2 millones de pesos, un 1,5 por ciento sobre igual etapa del año anterior. Del volumen total, poco más de tres quintas partes fueron obras civiles y montaje de equipamiento tecnológico.

El 42 por ciento de las inversiones se concentró en la capital, pero el mayor crecimiento lo registró la provincia de Artemisa, con un salto del 212,8 por ciento en comparación con los primeros seis meses del 2011. Empresas cubanas en asociación con la compañía brasileña Odebrecht realizan en ese territorio una colosal obra de ampliación del puerto del Mariel, unos 40 kilómetros al oeste de La Habana, que incluye la creación de una zona económica especial para el desarrollo industrial. En el primer semestre, Artemisa ejecutó obras por una valor de 159 millones de pesos, el 8,5 por ciento del programa del país, según la ONEI.

Otro territorio con fuerte escalada de inversiones es la Isla de la Juventud (181,4 por ciento) , que impulsa obras de interés social como la restauración del hospital Héroes del Baire. Sin embargo, los 11,9 millones de pesos ejecutados en el semestre por el Municipio Especial representan solo un 0,6 por ciento del total nacional.

En la ciudad sureña de Cienfuegos, donde la ampliación del polo petroquímico constituye otro objetivo industrial estratégico cubano, las inversiones aumentaron hasta 84,4 millones de pesos (147,9 por ciento).

Ese indicador también avanzó con fuerza en Villa Clara (145,2 por ciento), cuyos planes incluyen inversiones para mejorar la telefonía y rehabilitar los ferrocarriles. Esa provincia concentra labores emprendidas en el país en el último par de años para resucitar a la agroindustria azucarera. Entre las obras se encuentran la modernización del central José María Pérez, de Camajuaní, y las refinerías Quintín Banderas, en Corralillo, y George Washington, en Santo Domingo.

Las inversiones también crecieron en Guantánamo (134,6 por ciento), Camagüey (134,4 por ciento), Santiago de Cuba (124,2 por ciento) y Ciego de Ávila (122,9 por ciento). En las provincias centrales y orientales -incluida Holguín, que con el 10,4 por ciento del total nacional es el segundo territorio con mayor monto de inversiones-, el gobierno desarrolla obras hidráulicas de gran alcance: una red de cuatro trasvases para aprovechar mejor la disponibilidad de agua embalsada o de los esteros naturales, así como la renovación de acueductos y alcantarillados en 11 ciudades, incluida Santiago de Cuba, la segunda más poblada del país.

Las inversiones para ampliar el suministro de agua, electricidad y gas aumentaron en el primer semestre para convertirse en el tercer sector o actividad económica con mayor volumen de ejecución, un 11,8 por ciento del total, según la ONEI. Le anteceden la industria turística y las construcciones, en ese orden.

Una señal de la estrategia gubernamental de fortalecer al turismo como motor de la economía es que los hoteles y restaurantes treparon al primer puesto de las inversiones en los seis primeros meses del actual año, con 303,7 millones de pesos, el 16,3 por ciento del total cubano. En el primer semestre del 2011 estaban en segundo lugar, con 250 millones de pesos (13,6 por ciento del total nacional).

El avance general de las inversiones en el primer semestre (1,5 por ciento) resultó, sin embargo, más tibio que en el 2011, año en que creció un 2,2 por ciento sobre el 2010, según el Anuario Estadístico de Cuba del 2011. Aun así, todavía permanece muy por debajo de las aspiraciones gubernamentales y de los niveles que exige el crecimiento sostenible de la economía.

Algunas de las críticas más fuertes de las autoridades han estado dirigidas a la ineficiencia de los actores empresariales a la hora de enfrentar el programa inversionista. El año pasado el PIB creció menos que lo planificado -2,7 por ciento contra el 3 por ciento previsto-, y como principal causa el ministro de Economía, Adel Yzquierdo, señaló a los diputados en diciembre “el incumplimiento del plan de construcción y montaje para inversiones en un 12 por ciento”.

Sumado a los enredos en la compra de equipos, Cuba solo alcanzó en el 2011 el 74 por ciento del plan general de inversiones. Como obstáculos, Yzquierdo señaló fallas en el proceso de contratación, y la existencia de “problemas de conciliación entre los organismos, deficiente preparación, así como la no concreción oportuna de financiamiento externo en algunos casos”.

En un seminario realizado este año por el Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) –con asistencia de algunos medios de prensa-, su director, Omar Everleny Pérez, observó que la tasa de formación bruta de capital fijo de Cuba ha oscilado en los últimos años en torno a un 13 por ciento del PIB, frente a un 23 por ciento en el promedio regional de América Latina y el Caribe. En su opinión, “los países que han logrado emprender una senda de crecimiento y mejoramiento de su infraestructura y condiciones de vida de la población, han gozado de tasas de inversión no menores al 30 por ciento del PIB, con notables apoyos desde la inversión extranjera directa (IED), que además proporcionan acceso a las cadenas internacionales de valor y a las nuevas tecnologías”.

A pesar del consenso sobre la conveniencia o necesidad de ampliar inversiones extranjeras, refrendado incluso en 2011 por los Lineamientos de Política Económica, todavía ese es un capítulo pendiente de renovación legislativa y de mayor espacio en la estrategia y la práctica económica de Cuba. (2012)

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