Del aula creativa a las galerías de arte

La Academia Cabrales del Valle contribuye a satisfacer la curiosidad de cubanos y cubanas interesados en el aprendizaje de la técnica fotográfica.

Alejandro Peña

Calle Cuba

En la década de 1980 existió en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana una carrera llamada Periodismo Gráfico. Solo le dieron dos cursos de vida los planes de estudio en constante transformación para la disciplina y los cálculos de siempre, asociados a las supuestas necesidades de mano de obra de los medios de comunicación.

El fotógrafo Rufino del Valle fue profesor en ese experimento. Recuerda que estuvo dirigido a personas que, sin una especialización en nivel superior, trabajaban en la prensa de esos años en los departamentos de fotografía y de diseño.

«Después la carrera de fotografía desapareció hasta el día de hoy», asegura el especialista. Y agrega que «aunque en algunas universidades se estudia la fotografía como asignatura se hace muy someramente, y casi siempre como asignatura optativa».

Tres décadas de este vacío académico sostenido y la democratización de las nuevas tecnologías han desembocado, sin embargo, en un curioso fenómeno de interés por el aprendizaje de la fotografía creativa en Cuba. El tema ha sido antes esbozado en este mismo espacio.

Del Valle lo ilustra ahora de la siguiente manera: «A partir de las aperturas económicas que comenzaron en el país (en 2010) y del interés de las personas por la manifestación creamos nuestra Academia Cabrales del Valle.»

Rememora así el nacimiento de su centro de estudios en enero de 2011, y también como «después han surgido otros espacios dedicados a la enseñanza de la manifestación, como el Estudio y Escuela de Fotografía Integral Estela, la Escuela de Fotografía Creativa de La Habana, Foto Bastón, y el Garaje Fotográfico de Álvaro Brunet, en Sancti Spíritus».Finitud, de Dalia Virgilí Pino

Esta, la «primera» Academia de Arte y Fotografía de su tipo, nació de la suma de los conocimientos pedagógicos y artísticos de los fotógrafos Rufino del Valle y Ramón Cabrales. La conjugación de sus apellidos dio origen al nombre.

Ambos maestros aseguran que esta proliferación de espacios «trae ventajas pero también desventajas».

A través de un extenso intercambio online señalan a favor del movimiento la existencia de «espacios para aprender fotografía, una manifestación muy necesaria en un mundo donde el ser humano está rodeado de imágenes que necesita descodificar».

Pero mencionan entre las desventajas «que se entregan licencias para la enseñanza a cualquier persona que la solicita, sin necesidad de documentar o justificar sus conocimientos al respecto».

Agregan otro vórtice a este análisis al decir que creen que la expansión del programa «debe ser rectorado por una educación teórica específica, como sucede en todas las escuelas con estas características en cualquier parte del mundo».

El debate al respecto puede ser sin dudas muy largo. Los criterios de Del Valle y de Cabrales estarían en ese caso amparados por sus vastas experiencias previas.

Ambos son miembros de la Asociación de Artistas Plásticos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba e imparten fotografía en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí.

Del Valle ha sido líder de varios encuentros de enseñanza en diferentes centros culturales de La Habana. Mientras que Cabrales actualmente opta por obtener grado de doctor en el Instituto Superior de Arte, ISA, después de ser licenciado en cuatro carreras universitarias.

«Nuestro interés siempre ha sido la superación y la cultura y eso es lo que queremos impartir a los fotógrafos», coinciden ambos. «Durante años a los que estudiaban fotografía solo les interesaba aprender la técnica, pero nuestros cursos van mucho más allá».

En sus aulas abogan por el conocimiento de semiótica, del tratamiento de imágenes subliminales, de la historia del arte, de géneros y estilos aplicados a la fotografía, y de apreciación del arte.

 

Puertas adentro

Cuando Del Valle y Cabrales comentan los logros de la Academia de Arte y Fotografía que fundaron sus palabras están dirigidas a elogiar el trabajo de sus discípulos. Sus respuestas borran mitos asociados a la competencia entre creadores.

Dicen sentir «satisfacción cuando un alumno o exalumno expone o recibe un premio por su trabajo». Hablan con orgullo de «que realicen cada obra con amor y sentimiento», y de «que sigan estudiando a los grandes maestros».

Esta experiencia humanista tiene su base en el primer objetivo que trazaron para su proyecto: «no solo enseñar la técnica fotográfica, sino la manera de componer creativamente, de apreciar una imagen».
Desde sus respectivas experiencias, comparten la visión del fotógrafo como «un artista de las artes plásticas».

La fórmula ha demostrado ser acertada. Les permite comentar con orgullo y sentido de identidad las historias profesionales de muchos de sus estudiantes.

Destacan la de Yanela Piñeiro, «una niña que comenzó a estudiar con nosotros desde los 12 años y ha sido galardonada con varios premios nacionales y provinciales».

La elogian por ser la fotógrafa seleccionada para participar, junto al estadounidense Jeffrey Cardenas, en el díptico «Cómo lo vemos a usted». Una muestra que cerrará su ciclo en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, en diciembre, y más adelante en el Museo de Key West, en Estados Unidos.

Mencionan además el premio de Alejandro Ávila en el Concurso Miradas Telesur, de la cadena televisiva de Venezuela; y las fotografías de José Antonio Rey expuestas en el Museo Nacional de Chile.

También elogian el alcance de la muestra «Ciudad Oculta», de Yunior Yanes, que hoy se expone en la Fototeca de Miami, después de ser organizada desde la Academia en 2013, para la habanera Galería Ciudades del Mundo.
Muchos otros nombres de fotógrafas y fotógrafos creativos, profesionalizados o en ciernes, están vinculados a la escuela.

Dalia Virgilí Pino es una psicóloga de 27 años, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana. Asegura que llegó a la Academia Cabrales del Valle «de una manera absolutamente azarosa, una casualidad de la vida que pudiera pensar casi como mágica».

Comenzó el primer nivel en el año 2012. Y asegura que después de todo lo aprendido «hoy le recomiendo la Academia a mis alumnos y alumnas en la Facultad, familiares y personas que conozco».

Dice que «el nivel allí es impresionante y los efectos del aprendizaje se observan al momento. Las fotos que una presenta en el examen final del primer nivel no tienen nada que ver con las del segundo nivel y así sucesivamente».

Asegura que cuando llegó «no tenía expectativas. Esperaba aprender, obviamente y pensé que sería todo más técnico. ¡Qué tonta! Lo que me encontré superó por mucho cualquier idea que yo pudiera tener de la fotografía. Allí se transmite cultura, arte puro».

«Mi principal aprendizaje, que coincide con lo que más agradezco es tener en mi cabeza la complejidad de la fotografía como dimensión del arte. O sea, es una Academia que realmente transmite complejidad y a la vez te impulsa en el reto», asegura Virgilí.

Tania Azahares es especialista en Comunicación Institucional en el Grupo Azucarero AZCUBA y comenzó a estudiar en la Academia de Arte Cabrales del Valle un año después que Dalia. La primera vez que se interesó por matricular ya no quedaban cupos disponibles.

Confiesa que sus expectativas también se reducían a «conocer sobre técnica y composición. Creía que eso lo era todo, pero al entrar a la Academia y ver esas clases magistrales que imparte el profesor Ramón y de la enciclopedia fotográfica que es el profesor Rufino, tengo una idea completamente diferente».

Para Tania «conocer los trabajos de fotógrafos famosos ayuda muchísimo a tener visión de lo que dice y es la fotografía, y del género que quisieras emprender, así como de toda su historia».

Su mayor satisfacción es que «he logrado un trabajo más serio del que tenía, he cambiado por completo mi filosofía y forma de hacer fotografía».

Agradece una vez más «todo el conocimiento cultural que brinda la Academia, con respecto a las artes, y no solo a la fotografía».

Aunque elogia sobre todo la lucha de los profesores «porque sus alumnos se den a conocer en el mundo de la fotografía, porque realicen exposiciones colectivas y personales, porque participemos en concursos, conferencias, bienales».

Tanto Tania como Dalia han dado sus primeros pasos en el mundo de la fotografía. Ambas participaron en la exposición colectiva «Instantes Apresados», y Virgilí fue además mención de las Brigadas Técnicas Juveniles en el concurso Jóvenes en el Lente, por la obra «Clase de agronomía».

 

Sin muros

La Academia de Arte y Fotografía Cabrales del Valle está ubicada en la calle Almendares No. 108, entre Bruzón y Desagüe, en el municipio habanero de Plaza de la Revolución.

Allí se imparten clases de fotografía, pero al decir de sus fundadores y principales profesores también se ofrece «servicio de biblioteca y hemeroteca, no solo a nuestros alumnos, sino a todo el que lo solicite».

El centro posee además un boletín titulado precisamente La Academia. Con noticias relacionadas al acontecer fotográfico en Cuba y otras secciones de contenido especializado, los usuarios pueden solicitarlo a través del correo academiadearteyfotografia@gmail.com.

Al enriquecimiento de todos estos proyectos contribuye, según sus líderes, el «apoyo y referencia de varios centros docentes de otras partes del mundo como la Foto Escuela de Paraná, Entre Ríos, Argentina, del artista Eduardo Segura; la Escuela de Fotografía de Juan José Oddino, de Córdova; Escuela Activa de Fotografía de México», entre otras.

El intercambio con otros docentes que han visitado Cuba, ha favorecido a sus estudiantes con charlas de creadores como Juan Manuel Díaz Burgos de España; Raúl Ortega, Adrián Fierro y María Isabel Mejía, todos de México; y con otros como Max Alarcón, de Chile; Fulvio Bugari, de Italia y Mack Malloy, Oscar Frasser y Garner Dewey, de Estados Unidos.

Un comentario

  1. maribel

    Efectivamente, tanto Rufino del Valle como Ramón Cabrales, son dos buenos profesionales, preocupados, preparados e intuitivos con la fotografía y el arte, por ello no es de extrañar que su academia tenga tanto éxito.

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