Visiones de la pandemia en suelo cubano (2)
La creación y difusión de arte desde el confinamiento.
Más de un año después de registrarse los primeros contagios de SARS-Cov2 en el archipiélago, los cubanos enfrentan ahora un alarmante rebrote de casos propiciado por diversas cepas del virus que recorre el mundo desde fines de 2019. Con muy pocas opciones de aislamiento total, la gran mayoría debe seguir saliendo a la calle a diario para resolver sus necesidades más elementales con el consiguiente peligro de infección ante el más mínimo descuido en una cola, en un transporte, en un mercado, o en cualquier otro sitio.
Pero el prolongado encierro entraña también otros peligros para la salud. Vivir en un permanente estado de sitio es en extremo asfixiante, dañino, perturbador. Para saber su parecer al respecto, nos acercamos a un grupo de profesionales de la literatura, las artes, el periodismo, la comunicación, las ciencias, y les preguntamos cómo han lidiado con el tiempo, cómo han transcurrido sus días, qué reflexión quieren compartir sobre esta realidad y cómo imaginan el futuro post pandemia.
JORGE MATA: PREFIERO PENSAR QUE LO MEJOR ESTÁ POR VENIR Y TODOS SALDREMOS DEL POZO
El artista visual Jorge Mata (La Habana, 1970), fundador del proyecto para la difusión cultural Tuyomasyo, ha multiplicado sus acciones artísticas y promocionales en el tiempo de la pandemia, ha exprimido las horas y los días, mantiene un alto ritmo de trabajo creativo, y conserva el optimismo contra viento y marea, según nos deja saber en la segunda entrega de esta serie.
José Antonio Michelena (JAM): Mata, ¿cómo has lidiado con el encierro, las ocupaciones, y el tiempo, en esta época de pandemia; en qué has ocupado tus días y tus noches?
Jorge Mata (JM): Desde que tengo uso de razón, me impongo ciertas dosis de aislamiento. Ello tiene mucho que ver con los procesos de gestación, producción y realización de mis obras. Y cuando me refiero a obras, el concepto engloba todo el trabajo que hago activamente como artista visual, promotor cultural, creativo, diseñador, articulista, editor, community manager, curador y papá. No separo mi obra artística de esas labores. Lo veo como la ejecución de una obra total, una sinfonía. Siempre admiré la capacidad de Samuel Feijóo, Fernando Ortiz, o el recién desaparecido Pedro de Oraá, para abrazar distintas ramificaciones de la creación. En ellos me inspiro; me sirven de estímulo en momentos difíciles, como el que ahora vivimos.
Por regla general, al menos en mi caso, me gusta trabajar en soledad, en aquellos espacios que destino a estos menesteres, siempre acompañado de música o de la radio. En aislamiento me siento cómodo, más centrado en las cosas que importan. Nunca me aburro, no sé lo que es eso. Más bien siento cierta pesadumbre por el paso del tiempo, no me alcanzan los días para hacer todas las cosas que nacen en mi cabeza.
En estos días de encierro forzado por la pandemia y como no puedo estar quieto, hemos creado y puesto en marcha distintos proyectos en internet, desde donde venimos desarrollando nuestro trabajo de manera ininterrumpida desde 2008, cuando fundamos Tuyomasyo, en Barcelona.
La primera propuesta, Arte en cuarentena, es una página grupal del sello Tuyomasyo en Facebook y WhatsApp. Surgió a principios de abril de 2020 y ya el día 21 de ese mes la hicimos pública, tras un debate con los otros dos administradores de la página, Ariel Infante y Omar Copperi. Desde entonces su crecimiento ha sido vertiginoso y al día de hoy sobrepasamos, entre amigos y colaboradores, las 1 300 personas que participan de forma activa.
Arte en cuarentena surge con el objetivo de hacer más llevadero el encierro y divulgar los trabajos de artistas cubanos e internacionales en todas las esferas de la creación. Tenemos como máxima la calidad y diversidad de las propuestas –sin importar el lugar de residencia– de los creadores, sean propias o de terceros. A diferencia de muchos otros espacios de divulgación cultural, en nuestro caso no solo damos cobertura a los contenidos realizados por Tuyomasyo, también compartimos los contenidos de casi todas la páginas que, al igual que nosotros, desarrollan su trabajo en el campo de las artes.
Aunque en muchos casos son los propios creadores quienes comparten sus trabajos en Arte en Cuarentena, varias instituciones culturales del país también se han animado a publicar sus contenidos. De esta forma se cumple uno de nuestros principales objetivos: un espacio de todos y para todos. En la actualidad, a diario, más de 3 000 personas visitan la página con regularidad.
En medio del primer encierro surgió la propuesta de los organizadores del Festival Internacional Cubaneando, de Montreal, para organizar una exposición virtual con artistas cubanos en la Web Oficial de esta fiesta de las artes que desde hace diez años se celebra en Canadá, un evento con el que venimos colaborando desde sus inicios de manera presencial. Como los organizadores no tenían mucha experiencia en los eventos virtuales, su directora y fundadora, Anays V. Ford, nos dio libertad absoluta. En esa relación de confianza y respeto, se gestó Contigo en la distancia, exposición colectiva de artistas cubanos.
La exposición albergó la obra de diversos exponentes de las artes visuales, como Eileen Almarales, Juan Carlos Bermejo, Miguel Ángel Couret, Omar Copperi, José Duverger Aliaga, Wilay Méndez Páez, René Rodríguez, Lissette Solórzano, Maikel Sotomayor, Nelson Villalobos, Pablo Villalobos, y un servidor.
Los artistas, en este período de crisis, respondieron a nuestras iniciativas con pujanza y generosidad infinita. Sus obras saltaron de lo físico a la realidad virtual, las redes sociales e Internet. Contigo en la distancia ejemplifica el hecho de lo mucho que podemos hacer, productivamente, con un simple teléfono móvil y conexión a internet. La organización de la muestra se hizo en su totalidad de esta forma, con elevadas dosis de artesanía digital. Los artistas nos enviaron sus materiales y en nuestras casas hicimos el resto: la campaña de comunicación, las capsulas audiovisuales, la confección de un catálogo digital de más de setenta páginas que los internautas pudieron bajar gratuitamente de la Web, la selección de obras, y todo lo referente a una labor de estas características.
A un año de la inauguración de Contigo en la distancia, para finales de julio de este 2021 presentaremos Con luz propia, una nueva proposición expositiva en la Web Oficial de la 10ma Edición del Festival Internacional Cubaneando. A petición de sus organizadores, se mostrarán exclusivamente los trabajos de creadoras cubanas. Las artistas ya han sido seleccionadas y nos encontramos en la fase de producción, preparación y organizaron de los materiales recibidos. Todas las artistas sin excepción ya han entregado las imágenes y la documentación que necesitamos para realizar nuestro trabajo.
Entre las artistas que conforman la exhibición, destacan: Belkis Ayón, Rocío García, Marianela Orozco, Ailen Maleta, Lianet Martínez Pino, Liliam Domínguez y Tamara Campo Hernández.
En medio de la organización de las propuestas mencionadas, abrimos tres nuevas páginas en Instagram: @tuyomasyo (para la difusión del arte cubano), @extramurosproject (para la difusión de la obra de artistas cubanos que viven o han realizado su obra fuera de la Isla) y @jorgemataartecubano; esta última, para mostrar mis trabajos como artista visual, cosa que no hago mucho en realidad. Nuestro amigo Orlando Hernández, fue el promotor de la idea, quien me dio la chispa.
Comencé a compartir mis trabajos en Instagram y Facebook y la recepción que han tenido en la gente me ha tomado por sorpresa, para bien. No esperaba las reacciones que he podido visualizar y mucho menos los comentarios en general. Supongo que eso se deba a la ausencia de imágenes de mis obras en los medios cubanos especializados.
En estos tiempos de pandemia he reparado la casa familiar con mis propias manos, sin dejar de un lado las colas para la compra de insumos necesarios para la vida. Trato de salir poco, tengo un niño diabético, de alto riesgo para una enfermedad tan contagiosa y letal como la covid-19. Él también es muy creativo y pasa el día entre lecturas, teleclases, juegos, dibujos, alguna que otra película y sus creaciones escultóricas con Legos y papeles, las cuales también he publicado en las redes a petición suya.
JAM: Qué reflexión quisieras compartir sobre los efectos de esta plaga en las personas, sobre todo en los estados emocionales
JM: En mi caso y supongo como todos, echo de menos el contacto con los amigos; asistir a teatros, cines, exposiciones, la playa, restaurantes, y otras actividades al aire libre, sin la mediación del nasobuco. Creo que del entorno familiar, mi esposa es la que está sufriendo más las consecuencias de esta situación anómala del aislamiento, de precariedad económica y hacer actos de magia para llegar a fin de mes.
Los cubanos somos sujetos sociales por naturaleza; nos gusta el toqueteo, la música, el baile, el ejercicio, la fiesta y otros resortes propios de nuestra cultura, que se han visto interrumpidos bruscamente. El día a día se ha convertido en pura rutina para muchos, pero también en una lucha a muerte para sobrevivir, que es –a mi juicio– justo lo que nos golpea más duro, lo que causa mayor malestar.
Por ahora no se vislumbra un fin inmediato a esta situación; por tanto, la gente no puede hacer planes, no tiene una visión de futuro. He visto como poco a poco, algunas personas a mi alrededor se encierran más en sí mismas y en su egoísmo, superadas por una realidad que no controlan, un enemigo invisible que al menor descuido puede acabar con tu vida o la de algún ser amado.
Pero la obligación de sobrevivir hace que la gente se aventure en las interminables colas por los insumos de primera necesidad. En algunos casos para el consumo familiar, en otros para la reventa, negocio en expansión en estos tiempos difíciles. La nueva dolarización de la sociedad está sacando a la luz una división de clases que había sido eliminada de nuestra realidad, lo cual añade al cóctel pandémico elementos devastadores. La mayoría, entre los que me incluyo, no tienen acceso a esas tiendas; eso genera más estrés y tensión acumulados.
La precariedad económica es un enemigo tan poderoso como la pandemia en sí misma. La necesidad obliga a la gente a salir de sus casas, a exponerse a un posible contagio. Esto a la larga trae consigo el incremento de los contagios y más tarde vendrán secuelas psicosociales, similares a las del Periodo Especial. Demasiados conflictos abiertos a la vez. Creo que en sentido general se percibe un caos tremendo.
Una situación como la que hoy vivimos, nos muestra cuan vulnerable somos y la importancia de un tejido social sólido; y no me refiero tan solo a las instituciones. Me refiero a la calidad de los valores que poseemos los seres humanos y que en tiempos de crisis debieran aflorar. El bien y el mal son dos caras de una misma moneda, que todos llevamos con nosotros. Está en cada quien hacer lo correcto. Soy optimista, prefiero pensar que lo mejor está por venir y todos saldremos del pozo.
JAM: ¿Crees que volveremos a una normalidad como la que teníamos antes de 2020?, ¿cómo piensas el futuro post pandemia?
JM: A lo largo de nuestra historia, la humanidad ha demostrado su enorme capacidad de adaptación. No creo que inmediatamente volvamos a esa “normalidad” que teníamos a principios de 2020. Y la verdad, espero que no. Si entendemos como “normalidad” la sobre explotación del planeta, el sobre consumo de los países “desarrollados”, el incremento de la miseria en el tercer mundo, las talas y quema indiscriminada de árboles (algo que por desgracia estamos viendo de forma preocupante en La Habana). Los incendios de la Amazonia son un ejemplo extremo de lo que sucede, cuando fundamentalistas e ignorantes toman el poder y añaden más leña al calentamiento global y la propia pandemia.
Creo que los seres humanos aún no han entendido que solo tenemos una casa, y esa es la Tierra. Fuera solo hay vacío, por ahora no hay certeza de vida inteligente alguna. La vida es un regalo. Espero que con el paso del tiempo las cosas cojan nuevamente su cause. No es la primera, ni será la última plaga que nos azotará. Solo cabe esperar que para la próxima estemos más preparados.
Hay muchas cosas que solucionar en la post pandemia. La industria cultural global mueve miles de millones al año en todo el planeta y Cuba, siendo una cantera inagotable de talento y de artistas, está muy rezagada en esos empeños. Solo se generalizan los aspectos negativos de la industria cultural y se descartan lo positivo o favorable, los que un sector tan dinámico y rentable puede ofrecer a la economía real del país. Espero que en un futuro no muy lejano todas estas trabas institucionales se desbloqueen y tengamos todos un futuro más prospero y sostenible, menos asentado en los teques o el caciquismo y más en las acciones necesarias y oportunas, esas que hacen fluir la economía y dinamizan la sociedad. Sería un buen comienzo para recuperarnos tras la pandemia. (2021)
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