Activistas de Cuba defienden inclusión de legado afro
En un reciente encuentro de la Red Barrial Afrodescendiente en La Habana se llamó a visibilizar a mujeres afrodescendientes en la historia, desde la educación.

La Red Barrial Afrodescendiente desarrolla acciones enfocadas en la lucha contra el racismo y la discriminación racial.
Foto: Archivo IPS Cuba
La Habana, 24 jul.- La necesidad de sistematizar el pensamiento de pensadores y pensadoras afrodescendientes, darlo a conocer, defender su historia, llevar ese legado a la educación y de continuar el trabajo para eliminar las manifestaciones de discriminación por color de la piel se encuentra en la agenda de activistas en Cuba.
Durante el encuentro mensual convocado por la Red Barrial Afrodescendiente, en la Asociación Yoruba de Cuba, intercambiaron representantes de la red, activistas y estudiosas. Además, se presentaron artistas trans del proyecto Afrodiverso.
Analizaron temas relacionados con la necesidad de profundizar sobre las mujeres afrodescendientes en la historia de Cuba, su inclusión en los libros, la urgencia de mejorar la formación de los futuros maestros y también de docentes que ya ejercen.
Historia incompleta
La profesora Lilian Caridad Milián, de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, de La Habana, preguntó sobre la existencia a lo largo de la historia de mujeres cubanas negras que defendieran sus derechos.
“¿Las conocemos? No, porque siempre hemos sido invisibilizadas y hemos tenido muchísimas barreras y todavía las hay”, enfatizó.
Mencionó a mujeres como Fermina Gómez, Iyalosha cubana, conocida como Osha Biy, primera santera que entregó el secreto de Olokun.
“Quién fue, cuál es su historia, entre otras tantas que llegaron a ser oriaté, a leer caracoles, a entregar secretos… Por qué existen cultos para hombres y ellas no pueden ser oriaté y la que se hizo iyanifa –mujer que realiza la adivinación de Ifá o es custodia de esa deidad en una capacidad personal–”, cuestionó.
Milián llamó la atención sobre los productos que se venden, los videos exhibidos en la televisión, que muestran a mujeres negras y su movimiento pélvico. “Queremos avanzar, pero no podemos por los clichés y estereotipos que se han ido creando a lo largo de la historia”.
Existen ejemplos de mujeres que fueron feministas, pero, desde la academia, no está fundamentada en Cuba la presencia de un pensamiento negro general, cómo evolucionó, no hay ningún estudio que hable de eso, señaló la estudiosa.
“Las mujeres negras tuvieron que enfrentarse a un primer patrón por las mismas estructuras y leyes de la sociedad, casi todas tuvieron que enfrentar la maternidad solas, criar a los hijos solas y aprender a ganarse la vida solas y eso solo las empoderó”, dijo.
Acerca de la invisibilización de aportes literarios apuntó: “en las antologías, cuántas poetas afrodescendientes hay: Nancy Morejón, Teresa Cárdenas, Georgina Herrera, Carmen González, Magia López y Soleida Ríos”.
Y agregó: “ y antes, ¿ninguna?, es que no hubo poetas negras en Cuba? ¿Y Damasa Jova, Juana Pastor y Cristina Ayala y publicaciones como Minerva? Esa es la que historia que tenemos que sistematizar, porque ahí está la esencia de esa evolución del pensamiento negro”, sostuvo.
Teología negra
Por su parte, Luis Carlos Marrero, del Centro Oscar Arnulfo Romero, se refirió a tipos de teologías –afrodescendiente, indígenas, queer, LGBTIQ y negras, entre otras–, de personas que a partir de su experiencia cristiana tienen una relación con Dios y practican desde ahí su quehacer teológico.
A su vez, dialogó acerca de los motivos del surgimiento de una teología negra, sobre la base de la teología de la transmigración del alma construida por la iglesia para los procesos esclavistas.
Marrero recordó que esos procesos, sobre todo en América, estuvieron justificados por la iglesia, que construyó un discurso basado en la llamada teología de la transmigración del alma, según la cual el cuerpo y el alma estaban en pecado.
Todo se justificó con un texto bíblico, la maldición de Caan, quien sintió deseo por el padre al verlo desnudo y el padre lo maldijo, con una marca: su piel negra, apuntó el especialista.
También expuso que a las personas esclavizadas desde África se les “salvaba el alma” con el bautismo, pero el cuerpo permanecía en pecado, por eso, “merecían” los castigos y los azotes, para que sintieran lo que había sufrido Jesús. Solo cuando la persona moría, por las causas que fueran, pasaba al cielo, donde alma y cuerpo eran libres.
Marrero expresó su disposición de acudir a la Universidad Pedagógica a contribuir a la formación docente de la institución y de sus estudiantes. (2023)
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