Especialistas cubanos analizan impactos de la violencia en generaciones

Docentes y estudiantes involucrados en el proyecto universitario Sol-Luna dedicaron un reciente evento científico a los estudios sobre la violencia de género.

Investigaciones demuestran que niñas y niños cuyas madres son objeto de violencia en la pareja pueden presentar todas las tipologías del maltrato infantil y tener un comportamiento violento en sus relaciones personales.

Foto: Archivo IPS Cuba

La Habana, 8 dic.- Cómo el maltrato a las mujeres se extiende a sus hijas e hijos, dejándoles huellas que tal vez nunca sanen, el maltrato infantil y hacia la tercera edad fueron temas abordados durante el III Taller Provincial “Visibilidad y Prevención de la Violencia para el Desarrollo de una Cultura de Paz”, en la occidental ciudad de Matanzas.

Organizado por el proyecto Sol-Luna, de la Universidad de Matanzas, y su Cátedra de Género, la Universidad de Ciencias Médicas y los hospitales Faustino Pérez y Antonio Guiteras, el evento científico incluyó un panel de expertos y la conferencia sobre el anteproyecto del Código de las Familias.

Entre las iniciativas para la socialización de investigaciones sobre la violencia y su prevención se destacó el panel “Una mirada a la violencia desde los servicios de salud”, con los médicos Juan Carlos Morales y Norge Estupiñán –especialistas en Medicina Legal–, además de la pediatra Eldalina Rodríguez.

Los panelistas se refirieron a los delitos sexuales, la violencia hacia el adulto mayor y el maltrato infantil, respectivamente.

Riesgo generacional

“El maltrato a la mujer se extiende a sus hijos e hijas, afectando negativamente su bienestar y desarrollo con secuelas a largo plazo, llegando incluso a transmitirse a sucesivas generaciones”, alertó Rodríguez.

El análisis de investigaciones sobre el asunto, destacó la médica, arroja que menores cuyas madres son objeto de violencia en la pareja pueden presentar todas las tipologías del maltrato infantil, con alta posibilidad de repetir la dinámica de comportamiento violento en sus relaciones personales.

También hizo énfasis en que las niñas de madres víctimas de la violencia presentan más probabilidad de sufrir maltrato en el futuro, mayores problemas de socialización, así como el incremento de una patología física y psiquiátrica en la adultez.

“Los verdaderos peligros que acechan a los niños se encuentran solapados, tapizados en patrones de conducta, en falsos criterios de buen funcionamiento familiar”, apuntó Rodríguez, quien consideró prioritario unificar el trabajo de salud pública, de los servicios sociales y la instrucción penal para una mejor resolución de estos casos.

La pediatra reflexionó acerca del maltrato infantil como forma de violencia de género y sobre la preparación de médicos de familia, pediatras, trabajadores sociales y el sistema de salud para percibir el riesgo, identificarlo y actuar ante la sospecha de su ocurrencia.

A su vez, llamó a la urgencia de desterrar el mito de que la violencia de género solo forma parte de los conflictos de pareja.

Investigadores de la Universidad de Matanzas proponen acciones para capacitar en temas de violencia y su prevención a directivos de escuelas, docentes, estudiantes y familias en municipios y comunidades del territorio.

Otras caras de la violencia

En su conferencia “Delitos sexuales, una contraposición a las normas sociales y a la familia”, Juan Carlos Morales expuso hechos penados por la ley en Cuba que atentan contra el normal desarrollo de la infancia.

El experto llamó a profesionales de la salud a estar preparados para orientar a las familias

y a especialistas del sector jurídico a fin de sancionar los casos con todo el rigor que demandan, pero sobre todo instó a prevenirlos, “para que niñas y niños puedan sonreír con sonrisa limpia, sin recuerdos de dolor, una huella difícil de quitar”.

Por su parte, Norge Estupiñán centró su exposición en la violencia contra las personas adultas mayores, que tiene entre sus factores de riesgo la edad avanzada, ser mujer, el deficiente estado de salud, la incontinencia, el deterioro cognitivo, el aislamiento social, la vivienda compartida, la falta de apoyo familiar y la dependencia económica.

El médico consideró inadmisible el maltrato hacia la adultez y llamó a educar en la responsabilidad, el amor y el respeto a sus derechos.

La continuidad

La tercera edición del evento científico enfocado en la visibilidad y la prevención de la violencia incluyó  talleres de socialización de investigaciones.

Heidy Ramón, del departamento de Pedagogía-Psicología de la Universidad de Matanzas, dio detalles de una investigación realizada con 319 personas (mujeres y hombres) sobre la percepción de la violencia durante la covid-19.

Los resultados de ese estudio apuntan al desconocimiento sobre las formas de violencia y su naturalización en el espacio intrafamiliar, a la vez que revelan un mayor impacto en la mujer, tanto por el maltrato como por la sobrecarga doméstica.

La jurista Clara María Martínez, de la Universidad de Matanzas, impartió una conferencia sobre el anteproyecto del Código de las Familias y llamó a estudiar con seriedad el documento, cuya versión 23 puede ser descargada desde Internet para que las personas emitan criterios, incluso antes de la próxima consulta popular. (2021)

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