Investigadora visibiliza reconocimiento de reguetoneras cubanas

Enfocada en las plataformas digitales, la musicóloga Lalau Yllarramendiz analiza la imagen, la creación y la producción de la mujer reguetonera cubana

Fotograma del video Entaconá, de Malaka, una de las reguetoneras que destaca por su presencia en las redes sociales y la factura estética de sus audiovisuales.

Foto: Tomada de Youtube

La Habana, 1 mar.- “Aunque no es precisamente un logro feminista, el empoderamiento de las reguetoneras sí es un suceso cada vez más frecuente en la música urbana producida por mujeres cubanas”, plantea la musicóloga Lalau Yllarramendiz, del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (Cidmuc).

Dedicada al estudio del actual consumo del reguetón cubano desde el análisis de la presencia femenina en ese género musical y en el mercado cultural, la especialista considera que la postura independiente asumida por reguetoneras cubanas constituye una respuesta a los cánones hegemónicos y de poder masculinos.

Asegura que el estudio de las redes sociales “ha ido amplificando” su visión integradora del referido género musical, al profundizar en la imagen, la creación y la producción musical de la mujer reguetonera cubana en esas plataformas digitales.

“A la hora de valorar el rol de la mujer en el reguetón existe un elemento común visto desde el periodismo, la musicología y otras ciencias sociales: lo violento; la violencia simbólica implícita, lo misógino y lo sexista que sustenta cada propuesta”, señala.

Y agrega: “más allá de eso, hay que ver cómo es representada la mujer reguetonera en cada una de las canciones, la hipersexualización de su cuerpo, los cánones estéticos que se potencian, sobre todo en las más reconocidas desde el punto de vista mediático”.

De acuerdo con la musicóloga, se observan modelos que responden a la belleza “reguetónica”, por llamarla de alguna manera, exportada de países como Colombia y Puerto Rico.

Acota Yllarramendiz que mientras en Cuba se anuncian acciones para implementar el nuevo Código de las Familias y para favorecer el avance del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM), emergen expresiones de reguetoneras que “asumen diferentes maneras de crear, de representarse no solo a nivel de texto, sino también en cuanto a respuestas hacia la mayoría masculina”.

Muchas veces, como estrategia en pos de ser visibilizadas, indica la estudiosa, “ellas se apropian de los códigos de los hombres para abordar sus preocupaciones; algunas emplean, incluso, los mismos recursos textuales-musicales que ellos, y otras crean respuestas a las palabras ofensivas. Todo en función de no sentirse renegadas o relegadas en un universo signado por el machismo”.

Artistas, música y estereotipos

En el movimiento del reguetón cubano se destacan referentes como Patry White, La Diosa, Señorita Dayana y Malaka. “Cada una conforma recorridos por diferentes maneras de crear y representarse, al no permitirse ser vistas ni tratadas como instrumentos sexuales”, apunta Yllarramendiz.

Considera, además: “El reguetón, y el cubano no está exento de ello, siempre ha tenido al macho y al falo como epicentro de su creación. Esto condiciona las relaciones que tiene no solo con la mujer, sino con otros roles de género”.

A juicio de la experta, “el reguetón es un género evidentemente homófobo y ese tratamiento no es más que reflejo de entornos en los que se consume y se produce, pues la música es respuesta de lo que acontece en los distintos contextos sociales”.

En tal sentido, se refiere a “la creación de una identidad visual donde los cuerpos femeninos son preconcebidos a partir de claros ideales estéticos que responden a la mujer blanca, quizás torneada por hacer ejercicios físicos en gimnasios, tal vez no, pero en todo caso predomina la rubia y la forma peculiar de conducirse, donde prima lo sexual”.

En contraste, apunta: “En Cuba, aparecen patrones que dan al traste con ello, (la Diosa, por ejemplo) lo cual significa que cada reguetonera de aquí se ha diferenciado y creado una identidad dentro de la escena, a modo de enmarcar una proyección artística que responde a un dilema social común a todas”.

No obstante, aclara que se trata de una minoría y “por tanto, ante ese hecho, trata de visibilizarse cada quien con su estrategia, fortaleza y en la zona que más impacte».

El estudio de Yllarramendiz demuestra que las redes sociales “han funcionado para estas intérpretes como nicho de creatividad: lo mismo para convertirse en figuras influyentes (influencers) y ganar seguidores como personas que odien su proyección (haters), y eso también les da visibilidad para compartir sus productos artísticos”.

Otra manera de visibilizarse, destaca la investigadora, es colaborar con artistas (featurings), hombres preferentemente, “pues al ser mayoría, ellos abren un potencial éxito a las mujeres reguetoneras”.

Discurso femenino no feminista

Diferentes especialistas aseguran que si bien no se puede hablar de un discurso feminista en el reguetón cubano, sí existen voz, postura y estrategia femeninas ante la necesidad de las artistas de ser reconocidas en el panorama social.

Al respecto, Yllarramendiz valora: “Aun cuando no son numerosas las exponentes del género en la isla, con el tiempo podrá haber más en la medida que aumenten también los modos de posicionarse en las redes sociales”.

Y concluye: “Ellas han demostrado que no solo se trata de cantar y realizar videos clips; también resulta muy importante hacer ver y hacer valer quiénes son, a través de las redes sociales, eso que en marketing se llama marca personal”. (2023)

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