La Habana, 4 abr.- Historias diversas sobre los caminos hacia el trabajo en el sector privado cubano, tropiezos, resiliencia, transgresiones, desafíos y oportunidades incluyó el encuentro Mujeres emprendedoras, en el Centro Cultural Padre Félix Varela, de esta capital.

La cita convocada por el proyecto CubaEmprende, el pasado 15 de marzo, se dedicó a apoyar el emprendimiento con capacitación, asesorías e intercambios. Entre otras actividades, sesionó el panel con las intervenciones de las creadoras de Agua de Marzo; La Rosa de Ortega, D´Sara salón unisex, Pujalte GC y El bazar de Tito.

Se propuso ser un espacio para que mujeres emprendedoras compartieran sus experiencias y sirvieran de inspiración a personas interesadas o que conforman la creciente comunidad de actores económicos del sector privado en Cuba, según explicó Arlen Martínez, coordinadora de comunicación de CubaEmprende, quien condujo el intercambio.

Ellas hablan

María Cristina Pujalte, presidenta de Pujalte GC, que lleva su apellido porque así lo decidió su equipo, dirige una empresa constructora especializada en trabajos con técnicas de cuerdas y posicionamiento que ejecuta un grupo de alpinistas entrenados, entre ellos, nueve mujeres.

Ante la ausencia de prendas de su gusto para vestir a su hijo, la psicóloga Mileidys Quintana creó el Bazar de Tito, una línea y tienda de ropa para niñas y niños, donde se dan consejos sobre moda, estilos y género, con presencia también en redes sociales.

Cintia Núñez, a quien desde pequeña le gustaba lucir cintas y lazos, cuando tuvo la oportunidad de emprender, eligió crear Agua de Marzo, enfocada en la personalización, el diseño y la creación de accesorios para el cabello.

Por circunstancias del contexto económico cubano a inicios de la década de 1990, Julia de la Rosa vio cambiar su sueño de convertirse un día en embajadora y hoy opera un negocio familiar de hostal-boutique, con servicio de restaurante y piscina, en un barrio alejado del centro de La Habana, donde pasa la mayoría de su tiempo, que mucho le cuesta gestionar.

En Sancti Spíritus, en el centro de Cuba, a Saray Rodríguez no le fue fácil crear su salón unisex D´Sara, donde además funciona una academia y, más recientemente, el café Sarandonga, en el cual las mujeres pueden disfrutar de su tiempo libre.

Elementos comunes

Aunque con diferentes puntos de partida, esas mujeres emprendedoras revelaron durante el encuentro algunos elementos comunes, entre ellos, la necesidad de la formación básica para emprender, que en sus casos se satisfizo mediante los talleres de CubaEmprende.

También hablaron de las culpas que en ocasiones sienten las madres al dejar sus niñas y niños para ir a trabajar y sobre la importancia de que sus parejas entiendan que no se trata de “una ayuda”, sino de asumir la corresponsabilidad por la descendencia y el hogar.

En tal sentido, se refirieron a la posible creación de una red de apoyo, ya sea familiar o de amigos, que acompañe a cada mujer emprendedora, como sucedió con la creadora de Agua de Marzo. Ella contó incondicionalmente con sus colegas del negocio anterior donde trabajó: D´Brujas.

Entre las lecciones aprendidas en el camino del emprendimiento, dijeron, están la de no dejarse vencer ni por las circunstancias, extremas en ocasiones, y enfrentar los retos con determinación y resolutividad. De igual modo resaltaron la relevancia de tejer alianzas con otros negocios y de promover la sororidad.

Otros puntos de coincidencia que mencionaron las mujeres emprendedoras fueron su interés por sus equipos de trabajo y su bienestar, la calidad de los productos y servicios que brindan, así como la preocupación por el entorno, el reciclaje, la no violencia y la no discriminación por motivos de color de la piel, origen u orientación sexual.

Desafíos

Para la CEO de D´Sara constituye un desafío superior obtener la materia prima. Cuando su red de apoyo le avisa, alguien del equipo debe viajar a otras provincias a adquirirlo.

Una de las dificultades que enfrentan las mujeres emprendedoras –y también las que se desempeñan en el sector estatal–, son las reducidas oportunidades de recreación y de formación para su descendencia, más allá de la escuela, consideraron las panelistas.

Ante ello, se refirieron a la oportunidad que representa, como parte de la responsabilidad social empresarial, generar desde los diferentes emprendimientos iniciativas y talleres que pudieran resultar atractivas. Al respecto, Pujalte mencionó una exhibición de técnicas verticales que llamó la atención de niñas y niños que hasta quisieron ponerse los arneses.

Otras participantes reflexionaron acerca de la necesidad de políticas públicas sobre los cuidados, pues las mujeres aún son consideradas las cuidadoras por excelencia, disponen de pocos espacios que les brinden apoyo y los existentes tienen costos elevados.

Al cierre del encuentro, Perla Baltar, directora de CubaEmprende, reiteró que la comunidad emprendedora puede seguir contando con el proyecto. (2024)